sábado, 31 de octubre de 2015

Max Martin, el desconocido músico sueco con más números 1 que Madonna o Michael Jackson


Max Martin ha logrado la proeza de que 21 de sus canciones hayan ocupado el primer puesto en el listado Billboard Hot 100.

¿Qué tienen en común "…Baby One More Time" de Britney Spears, "Roar" de Katy Perry y "Bad Blood" de Taylor Swift?
Además de haber alcanzado el número 1 en las listas de éxitos en Estados Unidos, estas tres canciones fueron escritas y producidas por un sueco desconocido para el gran público.
Se trata de Karl Martin Sandberg, productor de 44 años que trabaja bajo el seudónimo de de Max Martin y que en la última década ha definido el sonido de la música pop que consumen los jóvenes en todo el mundo.
Sin hacer mucho ruido, Martin ha logrado la proeza de que 21 de sus canciones hayan ocupado el primer puesto en el listado Billboard Hot 100estadounidense.
Tan sólo John Lennon, con 26 temas, y Paul McCartney, con 32, le superan en este ranking, en el que que 54 de sus canciones se han situado en las 10 primeras posiciones, más que artistas como los Beatles, Madonna o Elvis Presley.

Debilidad por el pop

Martin se crio en los 70 a las afueras de Estocolmo en una familia de clase media y, según ha explicado en las pocas entrevistas que ha ofrecido, atribuye su éxito al sistema de educación musical público de Suecia, que le permitió desarrollar su talento para la composición.
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Image captionMartin está detrás de los temas de Taylor Swift "Shake it Off", "Blank Space" y "Bad Blood" que han dominado las listas de éxitos en los últimos meses.
De joven se sintió atraído por bandas de metal como Kiss o Def Leppard, aunque su verdadera debilidad era la música pop.
En los años 90 trabajó para el estudio sueco Cheiron, contribuyendo al éxito de bandas como Ace of Base, que alcanzó fama mundial con temas como "All That She Wants" o "The Sign".
Una vez se estableció por su cuenta, fue el responsable de crear algunas de las canciones que lanzaron al estrellato a los Backstreet Boys y a Britney Spears, escribiendo y produciendo para esta en 1999 el que sería su primer tema que llegó al número 1 en EE.UU.: "...Baby One More Time".
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Image captionMax Martin escribió y produjo la canción que lanzó al estrellato a Britney Spears en 1999.
Como destacaba en un reciente artículo la revista estadounidense The New Yorker, la carrera de Martin , a quien describen como "el maestro de la melodía", destaca por su longevidad.
Está detrás de las canciones de Taylor Swift "Shake it Off", "Blank Space" y "Bad Blood", que han dominado las listas de éxitos en los últimos meses y ha hecho que The Weeknd lograra su primer número 1 en EE.UU. este año con "Can't Feel My Face".
Martin es el alumno aventajado del grupo de compositores y productores suecos herederos de ABBA, que han dado forma a la música comercial que se consume en todo el mundo, siendo los primeros en mezclar los sonidos del R&B y el pop.

Adelantado a su tiempo

"No hay duda de que Max Martin ha tenido una gran influencia en la música pop que ha triunfado en la última década", asegura Shirley Halperin, editora de la revista Billboard.
"En la actualidad es casi imposible encender la radio y no escuchar una canción escrita o producida por Martin", señala Halperin en conversación con BBC Mundo.
Image captionEl músico sueco es heredero de la tradición que Abba empezó en los años 70.
"Es impresionante cómo su estilo ha evolucionado a lo largo de los años. Es un adelantado a su tiempo y sabe perfectamente qué tipo de música le gusta a la gente".
Halperin destaca la forma "colaborativa" en la que trabaja Martin, contando con un equipo de compositores y productores que bajo su supervisión "son los responsables de crear esas canciones tan pegadizas que se te meten en la cabeza".
"Es heredero de la tradición que ABBA empezó en los 70 escribiendo canciones que son la esencia del pop. Las discográficas lo saben y por eso todo el mundo quiere trabajar con él".

Los cantantes que han triunfado con Max Martin


21 éxitos de 1999 a 20015

  • Katy Perry 8
  • Taylor Siwft 4
  • Britney Spears 3
  • Pink 2
Getty
  • N'Sync 1
  • Kelly Clarkson 1
  • Maroon 5 1
  • The Weeknd 1
Getty
Según Halperin, Martin es en parte responsable "de que se hayan popularizado las colaboraciones entre artistas para componer y producir canciones, lo que ha hecho que hoy en día sea extraño que un tema exitoso haya sido escrito por una sola persona".
"Hay gente que cree que su forma de trabajar ha acabado con la creatividad y que todo se basa en una fórmula para crear éxitos, aunque la realidad es que es así es como funciona la industria musical hoy en día".
La editora de Billboard cree que Martin "logra sacar lo mejor de los artistas y en muchos casos les ayuda a refrescar su sonido".

Figura clave

Andrew Barker, periodista de la revista Variety, asegura que "ya hace años que Max Martin es una figura clave en la industria musical".
Katy PerryImage copyrightBBC World Service
Image captionMartin también está detrás de algunos de los mayores éxitos de la cantante Katy Perry.
"Cada década ha tenido un productor estrella que ha definido el sonido de una era.En los 60 fue Phil Spector, en los 70 y 80 fue Quincy Jones… y para bien o para mal Martin juega ese papel en la actualidad".
Según Barker, "la música de Martin ha evolucionado, adaptándose a diferentes estilos, siendo fiel al mismo tiempo a su fórmula".
"Su sonido domina la música pop y es difícil que una canción llegue a tener éxito sin contar con los elementos establecidos por Martin que hacen que un tema sea pegadizo".
"En el pasado se decía que tan sólo se necesitaba tener un buen gancho en una canción. Lo que hace Max Martin es que toda la canción de principio a fin sea un gancho", señala el periodista de Variety.
Con esta trayectoria no es de extrañar que Martin haya colaborado en el último disco de la cantante británica Adele, que saldrá a la venta en unas semanas.
Paul McCartney puede empezar a temblar.

BBC Mundo, Los Ángeles, @bbc_gonzalez    30/10/2015
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151030_eeuu_musica_max_martin_exitos_jg

¿Por qué querría un país comprar montañas de basura? Suecia lo hace


Los belgas la tiran en bolsas de 2 euros y los japoneses doblan tetrabriks. Así reciclan en cada país del mundo.



En los últimos años, la sociedad española ha sido testigo —y partícipe— de un cambio casi radical escrito con material de reciclaje. Casi sin darnos cuenta, en apenas unos años, hemos conseguido que el gesto de separar residuos sea absolutamente natural y cotidiano. Y los beneficios de esta transformación están fuera de toda duda. 
Es posible que una de las razones del éxito de la separación de residuos tenga que ver con el sistema tan sencillo que se ha impuesto en nuestro país. Lo cuenta Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes: “En España tenemos fundamentalmente cuatro contenedores: amarillo para los envases de plástico, latas y tetrabrik; azul para el papel y el cartón; verde para los envases de vidrio; y naranja, gris o marrón —según el municipio— para el resto de residuos que no van a los anteriores”. Casi todos los países europeos tienen un sistema similar, pero con peculiaridades. Estas son algunas de las más curiosas.         

 
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Bélgica: cada bolsa de basura, 2 euros

Es, probablemente, el caso que más envidia produce, porque es el país europeo que más envases recicla, un ejemplo a seguir. Su sistema —por colores y tipos de envases— es muy similar al español, pero con variaciones que complican un poco la cosa. Las bolsas de basura son oficiales (no vale cualquiera), no son baratas (entre 1 y 2 euros, según tamaño) y hay un color para cada tipo de residuo. Además, no se pueden sacar al contenedor cualquier día. Si yerra en el color o en el día, pueden llegar a multarle…
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Alemania: la botella se devuelve

Además del sistema de contenedores, hay otro que solo vale para reciclar envases de bebidas: el sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR). Los ciudadanos pagan un impuesto cuando compran ese tipo de envases que se les devuelve solo si los depositan en perfecto estado en unas máquinas situadas en los supermercados donde los compraron. No es cómodo para los usuarios y conlleva grandes costes para los comercios por lo que muchos países los han descartado. También es así en Suecia.
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Suecia: importan basura de otros

Pueden presumir de que solo el 1% de la basura doméstica que producen sus ciudadanos acaba en vertederos. Lo han conseguido con un sistema denominado, en sus siglas en inglés, WTE —Waste To Energy, algo así como de basura a energía—. Los desechos se transforman en energía incinerándolos con un sistema de filtrado menos contaminante que la mayoría. Tal ha sido el éxito del método que, en 2012, comenzaron a importar basura de otros países.
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Suiza: no todo el vidrio es igual

Los vidrios deben ser separados por colores. ¿El motivo? El vidrio coloreado no puede volver a ser transparente. Es decir, que con las botellas de color verde o ámbar solo se fabrican otras botellas de color.
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Japón: ponen orden en sus residuos

Sus habitantes deben limpiar las botellas y quitarles las etiquetas antes de depositarlas en el contenedor. Los envases de plástico y los tetrabrik deben ser doblados y apilados para que ocupen menos espacio.
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Reino Unido: se ciñen a un calendario

No tiene un código de colores de contenedores único. Cada Ayuntamiento decide el suyo, de modo que uno debe informarse antes de echar la basura a los contenedores. También es conveniente preguntar el día que pasa el camión de la basura, porque es cuando hay que trasladar las bolsas a los cubos.

http://elpais.com/elpais/2015/10/28/buenavida/1446016839_797723.html

¿Cuánto tardas en perder la forma física si dejas de hacer ejercicio?


Tres semanas sin calzarse las zapatillas ya empieza a notarse, aunque es peor para los novatos que para deportistas habituales.



En septiembre te apuntaste al gimnasio. Enhorabuena. Con el empuje de cumplir los buenos propósitos acudiste sin falta y con entusiasmo cuatro días en semana. A veces, hasta cinco. Incluso, llegaste a unirte a un grupo de iniciación al running. A finales de mes ya tenías una silueta más estilizada, dormías como un bebé y podías correr casi una hora seguida sin ahogarte. Pero entre que se acabó la jornada continua, que han venido las lluvias y que hay más trabajo en la oficina llevas un tiempo sin poner el pie en el gimnasio. No sin cargo de conciencia, te preguntas cuánto tardará tu cuerpo en volver al punto cero. “Cuando, por los motivos que sean, alguien hace un parón en sus entrenamientos, acaba dándose cuenta de lo que cuesta ganar la buena forma física y lo rápido que se pierde”, exclama Vanesa Sanz, directora del centro especializado en fisioterapia y entrenamiento personal, V21. “La buena noticia es que en cuanto se retoma, también se recupera con mucha rapidez”.

Ahora bien, ese retorno que suele ser ágil para un deportista de élite, cuesta bastante más para un novato poco constante. No hay más que mirar a esos futbolistas que, tras un mes de vacaciones, regresan a los terrenos de juego con ganas de correr y meter goles. “Antes de agobiarse por si se ha perdido masa muscular o potencia cardiovascular, hay que plantearse qué y cómo se come mientras no se hace ejercicio. A veces el problema no es tanto dejar de ponerse las zapatillas, como que se sigue comiendo igual. Imaginemos una persona que debe ingerir 2.200 calorías diarias. Si toma 2.300, pero quema 500 con ejercicio, poco a poco verá cómo pierde peso. En caso de seguir comiendo igual y no moverse, engordará”, advierte Sanz.

Sabiendo que cambiar los paseos al gimnasio por incursiones a la nevera es letal para nuestra silueta, queda plantearse si el parón afecta a todos los seres humanos por igual. La respuesta es no. Y los neófitos se llevan la peor parte. Si solo habías entrenado dos meses y te tiras uno sin actividad física, despídete de las mejoras cardiovasculares (en otras palabras, lo que hace que no te asfixies al correr). En cambio, aproximadamente, conservarás casi la mitad de la potencia muscular ganada, incluso seis meses después de abandonar el gimnasio. Aunque con matices: las fibras concéntricas (las que se acortar, por ejemplo, al levantar peso) pierden más fuerza que las excéntricas (las que se alargan, por ejemplo, al empujar una puerta). En otras palabras, te costará más cargar con las bolsas del supermercado pero no soltarlas. “No hay que darlo todo por perdido, pero aquí el principal enemigo es nuestra cabeza. Yo lo llamo traspasar el pico psicológico: si aún no se había consolidado el hábito de integrar la actividad física en la rutina semanal, es fácil desmoralizarse, pensar que ‘esto del deporte no es para mí’ o que ‘no voy a volver a ser capaz’. Pero si se ha hecho hace unos meses, se puede volver a lograr”, anima Sanz.

¿Y qué hay de quienes llevaban sudando la camiseta desde hacía más tiempo? “El tono muscular no se pierde tan rápido aunque todo depende de los motivos del parón. Por lo general se tardan unas tres semanas en empezar a notar que el cuerpo vuelve a estar más blando”. Molly Galbraith http://mollygalbraith.com, preparadora física y cofundadora de Girls Gone Strong http://www.girlsgonestrong.com, va más allá y en una entrevista con Greatist http://greatist.com/how-long-lose-your-fitness condiciona la pérdida de fuerza muscular a los motivos del cese de la actividad. “Si es por enfermedad, el cuerpo está sobreestresado y en dos o tres semanas ya se nota cómo pierde tono. En cambio, si estás sano y realizas algo de ejercicio ligero, puedes tirarte hasta cinco semanas sin una pérdida significativa”. 

En cuanto a la resistencia cardiovascular, un estudio de Edward Coyle estudió cómo afectaban doce semanas de sedentarismo a atletas habituales. Los resultados concluyeron que con tan solo 12 días sin sudar la camiseta ya habían perdido el 50% de las enzimas sanguíneas relacionadas con la resistencia, mientras que el VO2max (la capacidad máxima de un ser humano para ingerir, procesar y usar el oxígeno durante el ejercicio físico) se había reducido en un 7%. La buena noticia para ellos es que, a medida que avanzaban las semanas, su corazón tampoco perdía tanta capacidad. De hecho, al final del estudio, solo andaba un 18% menos fuerte que mientras entrenaban. La falta de ejercicio tampoco había afectado a los pequeños capilares que llevan el oxígeno a los músculos. En resumidas cuentas: tres meses después estaban solo un poco peor.

¿Y cómo se retoma el ejercicio? “Es más fácil para quienes ya le habían pillado el gustillo al deporte. Tienen la motivación de volverse a ver bien y saben que pueden hacerlo. Además se pican: si el de al lado puede, ¿por qué yo no?”, reconoce Sanz. “A los que llevaban poco les cuesta más. El gimnasio se les antoja aburrido, surgen mil excusas para no ir. Mi recomendación es que opten por la electroestimulación, que logra en pocos minutos lo que tendrían que currarse con horas de ejercicio. Y que confíen en un entrenador personal, para que les meta caña y evite las deserciones. Pero, sobre todo, que le busquen el lado divertido. Si el gimnasio te aburre, ¿qué tal salir a correr o jugar al paddle? Por mi experiencia, abandonan menos quienes hacen algo al aire libre que los que se centran solo en el gimnasio”. 

SALOMÉ GARCÍA
 
29 DE OCTUBRE DE 2015
 
07:28 H.
http://smoda.elpais.com/articulos/cuanto-tardas-en-perder-la-forma-fisica-si-dejas-de-hacer-ejercicio/6902

viernes, 30 de octubre de 2015

El mundo come carne por encima de sus posibilidades

Un grupo de terneros en un rancho situado a un centenar de kilómetros de Buenos Aires, Argentina

Un grupo de terneros en un rancho situado a un centenar de kilómetros de Buenos Aires, Argentina. / DANIEL GARCÍA (AFP)



La gran ingesta de productos cárnicos, que no para de crecer, genera graves impactos ambientales


Comer carne deja huella. Concretamente, en forma de impactos ambientales. El informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta semana, en el que vinculaba consumo excesivo de carne con un mayor riesgo de contraer cáncer, además de alterar a la industria cárnica ha puesto el foco sobre un problema solapado. “El consumo excesivo de carne no solo afecta a la salud de las personas sino que también perjudica al medio ambiente”, resume el catedrático de Nutrición de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Lluís Serra-Najem.
Tras el estudio de la OMS, la mitad de los españoles dice que comería menos carne
Existen cuatro variables medioambientales que limitan la producción de carne a escala global: la superficie que ocupa la zona de pastos; el agua que se consume, tanto por parte de los animales como en el proceso de producción; los gases de efecto invernadero provocados por las flatulencias de las vacas —actualmente, un 14,5% de los que se emiten a la atmósfera, según la FAO—, y la energía necesaria durante el proceso. Actualmente, gran parte de la población del mundo no consume ni productos cárnicos ni lácteos, pero a medida que mejoran las condiciones socioeconómicas de los países en desarrollo, la demanda de estos productos crece, poniendo en jaque los recursos ambientales de la Tierra. ¿Come el mundo carne por encima de sus posibilidades?
Para que una vaca produzca un kilo de proteína, debe consumir entre 10 y 16 kilos de cereales y los cerdos requieren 4 kilos. “Para producir un filete de unos 200 gramos se precisan unos 45 cuencos de cereales”, ilustra Laura Ordóñez, licenciada en Ciencias Ambientales y profesora de la Escuela Internacional de Naturopatía.

Factores limitantes


“Producir carne es muy costoso y sería más efectivo alimentar personas con los cereales que se destinan al engorde del ganado”, añade. El cereal es solo una parte de la huella ecológica (los impactos que cualquier actividad produce en el medio ambiente) de la industria cárnica. El agua es otro de los factores limitantes: mientras que para cultivar un kilo de maíz se necesitan 1.500 litros de agua, uno de carne se bebe 15.000 litros de este líquido. “Además de la contaminación por purines [residuos líquidos formados por las orinas y las heces de los animales], generados sobre todo en las granjas de cerdos, y con graves consecuencias en los suelos y las aguas subterráneas”, apunta Raúl García Valdés, profesor de Ecología en la Universidad Autónoma de Barcelona. 

Si se recuperara la dieta mediterránea se reducirían en un 72% las emisiones
Este año se producirán en el mundo 318,7 millones de toneladas de carne, “y se espera un aumento del consumo mundial a un ritmo del 1,6% anual en los próximos diez años”, anunció el agroeconomista belga Erik Mathijs durante el Congreso Internacional de las Ciencias y Tecnologías cárnicas, celebrado el pasado agosto. Un crecimiento que se concentrará, principalmente, en los países en desarrollo. “Actualmente, un 80% del planeta come poca carne y casi nada de leche”, recuerda Lluís Serra-Najem. Y pone un ejemplo: “En el momento en el que 1.200 millones de ciudadanos chinos empiecen a demandar estos productos, va a ser necesario un aumento de la producción que no sabemos si podrá realizarse por las limitaciones ambientales del planeta”, añade.
“El problema no es tanto el consumo de carne sino el abuso”, dice Serra-Najem, que junto a otros tres investigadores, se planteó qué pasaría en el mundo si se recuperase el patrón alimentario tradicional: “Si España volviera a la dieta mediterránea, no solo los ciudadanos tendrían mejor salud sino que las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de alimentos bajarían un 72%; el uso de tierras agrícolas se reduciría un 58%; la energía requerida disminuiría un 52%, y el agua necesaria bajaría un 33%”, concluye su estudio. Si, por el contrario, los españoles tendieran a comer al estilo estadounidense, el país más carnívoro en el último medio siglo, todos los impactos ambientales valorados crecerían entre un 12% y un 72%. “El modelo de Estados Unidos produce seis veces más gases de efecto invernadero que el mediterráneo. Y el doble que la dieta actual de los españoles”, concluye el catedrático.
El año pasado, en España, cada persona comió 51 kilos de carne, colocando al país en el décimo lugar del mundo en el ranking de consumo de carne.

http://elpais.com/elpais/2015/10/28/ciencia/1446060136_851539.html

Cómo Halloween derrotó a Todos los Santos

El 1 de noviembre se celebra el dia de todos los Santos

Un sepulturero en el cementerio de Aznalcóllar, Sevilla. / PACO PUENTES


La noche de los disfraces procede de la celebración celta de Samhain, que llegó a EE UU con la emigración irlandesa.



Todas las fiestas importantes tienen a la vez un origen estacional y pagano —aunque casi siempre llega hasta nosotros a través de Roma— y una gran reinvención comercial contemporánea. Navidad es el ejemplo más claro. Como explicaba Richard Cohen, autor deChasing the Sun: The Epic Story of the Star That Gives Us Life, enun evocador artículo en The New York Times "todas las culturas del mundo celebran de alguna forma el solsticio de invierno", la noche más larga del año que abre el paso a días cada vez más largos en una clara victoria del sol frente a las fuerzas de la oscuridad. Los romanos lo llamaban Saturnales, nosotros Navidad. Algo parecido puede decirse de la noche de Todos los Santos o Halloween en el mundo anglosajón.

Samhain era una vieja tradición celta que, en la noche del 31 octubre al 1 de noviembre, conmemoraba el final de la temporada de cosechas y el principio del largo invierno en las regiones nórdicas. Como muestrauna apasionante exposición que puede verse actualmente en el British Museum de Londres, no existe una definición clara e inequívoca de lo que significa la cultura celta y se trata más bien de objetos artísticos asociados a diferentes pueblos del norte de Europa. Cuando Roma, donde también se celebraban fiestas relacionadas con el final de la temporada de cosechas y la llegada del otoño, entró en contacto con aquellos pueblos adoptó su conmemoración.
Como tantas otras festividades, se asentó en nuestro calendario en ese momento crucial en que el cristianismo se convirtió en la cultura dominante en Occidente y las fiestas paganas se fueron adaptando lentamente al nuevo orden. Recibió el nombre de Día de Todos los Santos y está dedicada a todos aquellos mártires que no tienen una fecha concreta en el calendario y, de paso, a todos los difuntos familiares. Halloween es una derivación de All Hallows' Eve que quiere decir precisamente víspera de Todos los Santos.
Sin embargo, en ese difuminado mundo celta, sobre todo en Irlanda, muchas viejas tradiciones paganas perduraban, como poner una luz dentro de un nabo para espantar a los espíritus basándose en una vieja leyenda. Allí las tradiciones católicas se mezclaban entre las brumas con historias mucho más antiguas. La hambruna de la patata provocó una emigración masiva de irlandeses a Estados Unidos en el siglo XIX y así cruzaron el Atlántico y se adaptaron aquellas antiguas tradiciones (el nabo se cambió por una calabaza, mucho más frecuente en tierras americanas).
"Floreció en la larga noche de difuntos, All Hallows' Eve, que expira en el día de Todos los Santos, cuando los fuegos se encienden y los faroles lucen contra la creciente oscuridad", escribe Roger Clarke enLa historia de los fantasmas, un precioso libro que publicará Siruela en 2016. "Era la época en que los vendedores ambulantes y los quincalleros cambiaban sus afiladores y sus mercancías habituales por la linterna mágica, que montaban en las tabernas y los salones públicos para proyectar un espectáculo de terror con espectros y espíritus malignos pintados, figuras amortajadas, esqueletos, velas encendidas y hombres barbudos en círculos cabalísticos. Toda la estética moderna de Halloween procede de estos viajantes, que habían llegado de Irlanda y llevaron sus rituales a Estados Unidos en una oleada de inmigración".
Con el nacimiento del consumo masivo en Estados Unidos fue convirtiéndose en una fiesta cada vez más popular, con millonarias ventas de disfraces —ponerse máscaras procedía de las viejas tradiciones celtas y el objetivo era espantar a los diablos que llegaban con la larga noche que se avecinaba— y de caramelos —el famoso truco o trato, otra costumbre celta para mantener entretenidos a los espíritus malévolos con pequeños regalos—.
A partir de los años setenta, Hollywood hizo el resto para transformar Halloween en una fiesta universal y derrotar las representaciones de Don Juan en la noche de Todos los Santos. No se trata solo del éxito de la película de terror de John Carpenter La noche de Halloween, de 1978, sino sobre todo de la irresistible recreación que hizo Steven Spielberg en ET. Es imposible no querer formar parte de algo así en la idílica suburbia estadounidense. La versión celta de todos los Santos sigue avanzando ante la irritación de la Iglesia católica —este año el delegado de Hermandades del Obispado de Cádiz, Juan Enrique Sánchez, la ha calificado de "fiesta satánica, que propone monstruos"—. Pero, como escribió Roger Clarke, "la literatura de fantasmas ha sido el gran regalo de Inglaterra al mundo". Halloween forma parte de este antiguo e irresistible relato.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/28/actualidad/1446058791_841427.html