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Son absolutamente esenciales para nuestro bienestar. El problema es que si no estamos acostumbrados o si nos pasamos con ellas pueden suponer algunos efectos más que desagradables para nuestra salud
También conocida como vitamina B3, la niacina es absolutamente esencial para tener una salud absolutamente normal. Su función principal es intervenir en las reacciones que generan energía en nuestro organismo. Por supuesto, esa no es la única función de esta vitamina hidrosoluble: mantener el buen estado del sistema nervioso, producir neurotransmisores, intervenir en el cuidado del sistema circulatorio (dada su capacidad de relajar los vasos sanguíneos), mantener una buena salud de la piel y estabilizar la glucosa en sangre son algunos de los otros procesos para los que la niacina es fundamental.
El problema es que, como pasa con todas las cosas del mundo, demasiada es perjudicial y, en este caso, los problemas de salud asociados a la sobredosis de niacina son particularmente comunes y muy incómodos. Saber a qué nos enfrentamos, por qué tomamos niacina y cómo evitar sufrir estos efectos no deseados es crucial.
Qué es la niacina
Se trata de una vitamina hidrosoluble de estructura 'bastante' simple. Su fórmula es C6H5NO2 y, como sabemos, forma parte del complejo vitamínico B. Forma parte de las coenzimas NAD y NADP, que intervienen en la síntesis energética en el interior de las células y en la reparación de nuestras inmensas cadenas de ADN (de las que existe una copia exacta en cada célula de nuestro cuerpo).
Como decíamos antes, estas no son sus únicas funciones. Se ha estado investigando mucho sobre los beneficios que podría aportar a la salud del ser humano el consumo de suplementos de niacina. De algunos, como el control del colesterol y otras grasas presentes en nuestra sangre, se tiene una gran certeza (aunque en el mundo científico, a pesar de que los estudios indican que sí, lo consideran 'probablemente eficaz'). De hecho, al menos en Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA, de sus siglas en inglés), la mayor autoridad en lo que a aprobar medicamentos se refiere, ha aprobado (a través de receta médica siempre) los suplementos de niacina para combatir la hipercolesterolemia. Del mismo modo, y como es absolutamente lógico, los suplementos de niacina están recomendados para aquellos pacientes con carencia o insuficiencia de esta vitamina, así como para aquellos que sufren enfermedades que predisponen a esa situación, como la pelagra.
De todos modos, se ha investigado mucho (y se sigue haciendo) y parece haber pruebas de que el consumo de niacina puede ser eficaz para luchar contra otras enfermedades como la diarrea producida por el cólera, para combatir los niveles irregulares de grasas en sangre de pacientes con VIH y para ayudar a aquellas personas que padezcan síndrome metabólico.
Ahora, las nuevas líneas de investigación que se están llevando a cabo sobre los efectos de esta molécula se centran principalmente en sus efectos sobre el alzhéimer, las cataratas, la disfunción eréctil, la ateroesclerosis, la anemia drepanocítica y el alcoholismo.
El infierno de la vitamina B3
El efecto secundario más famoso y desagradable de la niacina, y que es extraordinariamente sencillo sufrir si consumimos una dosis a la que no estamos acostumbrados, es el 'niacin flush' (rubor de niacina) a causa de la misma. Es muy común en aquellas personas que empiezan a tomar complementos vitamínicos que incluyen esta molécula.
Se trata de un enrojecimiento muy severo de la cara que produce escozor, quemazón y picor intensos, según explican los investigadores V. S. Jamanna, S. H. Ganji y M. L. Kashyap, de la University of California-Irvine, en Estados Unidos. La forma más común en la que encontramos la niacina como suplemento es como ácido nicotínico (sí, suena fatal).
Como afirman dos investigadores de la Virginia Commonwealth University en un estudio, es un trastorno increíblemente común que afecta al 50% de la gente que toma suplementos de ácido nicotínico. De hecho, otro estudio elaborado por científicos de la Ruprecht-Karls-University Heidelberg, en Alemania, determinó que todos y cada uno de los pacientes que toman suplementos de ácido nicotínico sufre en mayor o menor medida el conocido como 'niacin flush'.
Los principales síntomas de esta dolencia son el enrojecimiento facial, el picor, la quemazón y la piel a una temperatura demasiado elevada. Estos ocurren, según se explica en una guía el Instituto de Medicina de Estados Unidos, tan solo 15 o 30 minutos después de tomar los suplementos y pueden llegar a durar hasta una hora después de la ingesta. La parte 'buena' es que tras unas semanas se desarrolla tolerancia a esta molécula, con lo que los síntomas del 'niacin flush' se reducen.
Es muy incómodo pero, por suerte para nosotros, no presenta una amenaza mortal o severa para nuestra salud. De todos modos, debemos tener en cuenta que el rubor de niacina es el primer paso hacia una intoxicación por B3, la cual es posible. Según informan desde los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, "el exceso de niacina puede producir elevaciones moderadas de la aminotransferasa y, a veces, daño hepático agudo, que puede ser severo y, en ocasiones, fatal".
Además, debemos tener en cuenta que las embarazadas no deberán tomar suplementos de niacina porque, en dosis altas, puede producir defectos en el feto, según indican desde la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Las soluciones
Si, por la razón que sea, lo mejor para nosotros es tomar niacina, pero en ningún caso deseamos experimentar sus desagradables efectos secundarios, hay una seria de fórmulas que podrán ayudarnos a cumplir estos objetivos.
- Utilizar una formulación diferente. Existen dos tipos distintos de suplementos en función del tiempo que tardan en hacer efecto. Los de liberación instantánea son los más propensos a provocar rubor facial, por lo que cambiar a los de liberación lenta puede ser nuestra mejor opción.
- Tomar una aspirina. Una gran cantidad de estudios científicos han observado esta correlación en la que si 30 minutos antes de ingerir el suplemento vitamínico nos tomamos 325 mg de ácido acetilsalicílico, reduce enormemente el riesgo del 'niacin flush'. Del mismo modo, otros antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, pueden lograr resultados similares.
- Ir poco a poco. Diversos expertos recomiendan empezar con dosis pequeñas e ir aumentándolas paulatinamente hasta el nivel que deseamos ingerir. Recomiendan que este proceso se prolongue hasta dos meses.
- Comer manzanas. La investigación es antigua y limitada, pero un estudio aseguró que la pectina presente en esta fruta puede tener efectos similares a la aspirina. Vale la pena probar porque una manzana no le hace daño a nadie.