jueves, 31 de marzo de 2022

El impacto sobre China: efectos de las sanciones contra Rusia



Las consecuencias dependerán del perjuicio que sufra la economía rusa, de la unidad occidental y de la capacidad de EEUU de aplicar medidas secundarias


La actitud de China ante la guerra en Ucrania es de apoyo cauto a Rusia. En los organismos internacionales no respalda ninguna resolución de condena. Muestra comprensión por la intervención y también apela a la negociación. Xi Jinping a menudo destaca la legalidad internacional como mecanismo para gestionar la globalización. Los análisis rápidos de las masivas sanciones que han impuesto los países occidentales concluyen que provocarán un mayor estrechamiento de la cooperación económica y militar entre China y Rusia. Para Pekín ya es decisivo el suministro ruso de petróleo, gas natural, carbón, metales y materias primas agrícolas. Entre 2010 y 2021 las exportaciones rusas a China se cuadruplicaron, ascendiendo a 80.000 millones de dólares. Las importaciones de China en el mismo periodo se incrementaron de 38.000 a 68.000 millones. En 2021 el volumen comercial entre ambos países se disparó un 35% hasta 146.000 millones y China se convirtió en el primer mercado de exportación de Rusia.

Pero la exposición de Rusia y China a la economía occidental es muy distinta. Entre 2013 y 2020 la participación de Rusia en el comercio internacional descendió del 2,8% al 1,9%. En 2021, Rusia fue el quinto socio comercial de la UE, representando solo el 5,8% de su comercio total. En cambio, en 2020 la UE fue el primer socio comercial de Rusia, con un 37,3% de sus intercambios. La UE es el primer inversor en Rusia, con un stock acumulado de inversión directa extranjera (IDE) de 311.000 millones. Bruselas ha acordado la prohibición de inversión en el sector energético ruso y tanto EEUU como la UE revocarán la cláusula de nación más favorecida en su menguante comercio con Rusia.

Para China la situación es radicalmente distinta. Es el primer exportador y segundo importador mundial de bienes. Sus flujos comerciales, de servicios e inversión con el conjunto de países occidentales no los pueden sustituir Rusia y algunos países emergentes como India, Brasil, México y Turquía, que por ahora mantienen sus negocios con Moscú. El énfasis de la administración Biden en consensuar todas las rondas de sanciones con el máximo número de aliados refleja dicha realidad. Pekín no puede remplazar su comercio e inversiones con EEUU, la UE, Japón, Reino Unido, Canadá, Corea del Sur, Australia y Taiwán, cuyo PIB conjunto de 56 billones de dólares es 3,3 veces superior al de China. La ministra de Comercio de EEUU advirtió que se cortará el acceso de empresas chinas al software y componentes de alta tecnología estadounidenses si Pekín ayuda a Rusia a evadir las sanciones. Joe Biden también avisó a Xi Jinping de las consecuencias negativas de un apoyo militar a Vladimir Putin.

En 2021 las exportaciones chinas a EEUU aumentaron un 25% respecto al año anterior y registraron un récord histórico de 3,3 billones, con un superávit de 667.000 millones. Para Pekín, Rusia solamente es su octavo mercado de exportación, por detrás de no solo EEUU sino también de la UE, ASEAN, Hong Kong, Japón, Corea del Sur, India y Taiwán. Los 68.000 millones de exportaciones chinas a Rusia palidecen al lado de los 3,3 billones en bienes vendidos a EEUU y 472.000 millones a la UE. En 2021, China fue el tercer mercado de destino de exportaciones de la UE (10%) y la primera fuente de sus importaciones (22,4%).

Washington ha advertido que sancionará a cualquier empresa y país que exporte a Rusia bienes vetados bajo las sanciones o que contienen tecnología de EEUU. Lo haría mediante la normativa denominada normas sobre productos directos extranjeros (FDPR, por sus siglas en inglés). La Casa Blanca ha impuesto un FDPR total sobre el sector militar ruso y uno parcial sobre el resto de la economía. Biden añadió más empresas chinas a la lista de 60 con las cuales Donald Trump ya prohibió compartir tecnología.

China es el primer suministrador de Rusia de móviles, ordenadores, equipos de telecomunicaciones, juguetes, textiles, ropa y bienes electrónicos. La UE y EEUU venden a Rusia maquinaria, vehículos, aviones, productos farmacéuticos, equipos eléctricos, médicos y ópticos. Pekín proporcionará dichos bienes a Rusia. Pero hay productos tecnológicos que China no fabrica y debe importar de Occidente. Los semiconductores son imprescindibles para los sistemas electrónicos de los vehículos, armamento y sectores tecnológicos punta. Taiwán cuenta con una cuota de mercado del 60% en su producción, mientras que la de China es del 6%. Únicamente la taiwanesa TSMC y Samsung producen chips de alta gama de cinco nanómetros. TSMC ya está desarrollando un chip de tres nanómetros, mientras que su rival china SMIC está en la lista de empresas vetadas. En 2020, la IED (inversión extranjera directa) entre EEUU y China fue de 15.900 millones, la más baja desde 2009. En 2020, la IED de China en la UE registró solamente 13.200 millones, su nivel más reducido en seis años (7.100 millones de dólares). Dichas cifras contrastan con el hecho de que EEUU en 2019 se erigió en el primer destino mundial de IED con 4,4 billones.

La congelación de las divisas del banco central ruso y la prohibición de invertir en y comprar deuda de sus principales bancos por parte de EEUU y la UE también son un problema para China. El yuan constituye sólo el 2,2% de las reservas mundiales y el 1,7% de las transacciones internacionales se efectúan con la moneda china, mientras que el 38% y 39% se llevan a cabo en euros y dólares, respectivamente. Moscú ha doblado su tipo de interés al 20% y restringe la conversión a dólares. Pekín y los emergentes neutrales no subvencionarán indefinidamente a Rusia pagándole sus exportaciones en un rublo que se ha desplomado en 2022 un 40% frente al dólar.

El impacto de las sanciones sobre China dependerá del perjuicio que causen a la economía rusa, de la unidad occidental y de la capacidad de EEUU de aplicar sanciones secundarias. Haber sumado Japón, Corea, Australia y Taiwán al frente occidental es fundamental porque dichos países comparten el temor a la expansión militar y avance tecnológico de China y Rusia.



ALEXANDRE MUNS
30 MAR 2022 - 07:36 CEST
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2022/03/29/opinion/1648547790_317776.html

¿Está la encriptación de WhatsApp en peligro? Expertos ponen en duda la nueva normativa europea


  • La Ley de Marco Digital quiere acabar con el oligopolio de las grandes tecnológicas
  • Cada app tiene una encriptación distinta y no son compatibles entre sí



La Ley de Marco Digital (DMA) está generando mucho revuelo, aunque todavía no se haya aprobado, lo último referido a este tema es la preocupación por parte de expertos en ciberseguridad de que la normativa haga que se pierda la encriptación de algunas apps al mezclarlas con otras menos seguras.

El principal objetivo de la DMA es convertir a las grandes compañías tecnológicas como Google, Facebook o Apple en "guardianes" de otras compañías más pequeñas, con el fin de generar un espacio en el que todos puedan participar y que no haya un oligopolio en este sector.

Entre las medidas más llamativas de esta normativa, encontramos la de que las apps de mensajería tendrán que ser interoperables entre sí, es decir, que puedas enviar un WhatsApp y le llegue a otra persona que está utilizando Telegram por ejemplo. A raíz de esta noticia varios expertos en ciberseguridad han salido a dar su opinión, y la DMA no ha quedado muy bien parada.

El problema está en que hay aplicaciones como WhatsApp, que usan la encriptación de extremo a extremo en sus mensajes, ofreciendo un alto nivel de seguridad y privacidad para sus usuarios. Sin embargo, no todas las apps tienen esta función, haciendo muy difícil sino imposible mantener la encriptación si enviamos un mensaje entre ellas.

Steven Bellovin, un conocido investigador de seguridad en Internet, explica que este problema no tiene una solución fácil, ya que cada app ha sido diseñada con diferentes funciones y modelos de encriptación y no podemos esperar a que sean compatibles, recoge The Verge.

La manera más viable sería eliminando la encriptación de los mensajes mientras que la UE propone que, si se envía un mensaje entre dos apps con encriptación incompatible, se debería de desencriptar el mensaje para luego volver a encriptarlo con las características de la otra app. Esto tampoco es viable, ya que acabaría con el encriptado de extremo a extremo haciendo que durante el proceso de envío estos mensajes pudieran ser interceptados.

Otro de los problemas que han encontrado está referido a mantener un espacio de nombres coherente. Esto hace referencia a que, debido a la posibilidad de interoperar entre apps, ni el usuario ni el propio teléfono sabrán con certeza a que sistema se están dirigiendo. Hasta ahora, un whatsapp iba encriptado específicamente para ser recibido en otro whatsapp, pero ahora podría enviarse a cualquier otro servicio de mensajería lo que afectaría al cifrado y en consecuencia a la seguridad del mensaje.

Aunque no todo son críticas, y es que también hay expertos que piensan que los beneficios de esta nueva normativa tienen más peso que sus deficiencias. Y es que varios son partidarios de acabar con los sistemas de encriptación cerrados de cada compañía y piensan que crear un sistema conjunto seguro es una mucha mejor opción.


Las inesperadas consecuencias de trabajar 4 días a la semana


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 Cuando a Koray Camgöz le aceptaron que trabajara cuatro días a la semana, los beneficios parecían muchos. El nuevo horario obligó a este relacionador público que vive en Londres a organizar mejor su tiempo.

Todavía podía cumplir con los plazos y mantenerse al día con la lista de tareas pendientes, mientras disfrutaba de un día libre adicional cada semana. Lo más importante para el flamante padre era que podía pasar más tiempo con su hijo.

Su día libre rotaba entre martes y miércoles. Igual tenía que estar disponible para emergencias en su día libre y también tenía que trabajar más horas en sus días laborales para compensar.

"Eso difuminó la línea divisoria entre el hogar y el trabajo", dice Camgöz. "Los domingos por la noche, revisaba mi carga de trabajo y distribuía mi tiempo de la mejor manera posible".

Pero él dice que cualquier compensación valió la pena. "Estaba agradecido de poder pasar tiempo con mi hijo que de otro modo no hubiera podido. Y alivió las presiones financieras: solo ese día extra en casa significaba que podía ahorrar US$520 de una guardería privada".

Sin embargo, algunos miembros de más alto rango del equipo que preferían un horario convencional no estaban muy contentos con su patrón de trabajo. "Yo sentía que iba bien, pero mi jefe directo no sentía lo mismo", dice Camgöz.

"Profesionalmente, me veían menos, así que pensaban que recibían menos de mí". En ausencia de comentarios claros, Camgöz acabó dudando sobre dónde estaba parado. Seis meses después, cuando le ofrecieron un ascenso, le impusieron una condición: tenía que volver a un horario de cinco días.

Equilibrio

Desde que la pandemia introdujo un cambio sin precedentes en el mundo del trabajo, se ha generado mucha discusión sobre la semana laboral de cuatro días. Promocionada como una panacea contra el agotamiento y el estrés laboral, las empresas e incluso los gobiernos han estado experimentando con la idea.

Los resultados preliminares sugieren que los beneficios potenciales incluyen un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal y un mayor bienestar, sin costo alguno para la productividad de los empleados.

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Para los padres con niños pequeños, tener un día libre adicional es de gran ayuda.

Pero aunque se elimina un día del calendario, la carga de trabajo, en muchos casos, sigue siendo la misma. Enfrentados a un horario más apretado, los trabajadores a menudo deben adaptarse a nuevas prácticas y horarios más largos.

Y, como descubrió Camgöz, un cambio rápido a un nuevo modelo de trabajo puede generar problemas, especialmente si no todos están totalmente de acuerdo con el cambio. Eso significa que, si bien la semana laboral de cuatro días podría traer muchos aspectos positivos, para algunos también podría haber consecuencias inesperadas.

Cómo evolucionó la semana de cuatro días

Los debates sobre la duración de la semana laboral no son nada nuevo. En 1926, Ford Motor Company estandarizó el patrón de lunes a viernes; antes, la práctica común era una semana laboral de seis días, con solo los domingos libres.

"La teoría de Henry Ford era que [trabajar] cinco días, con el mismo salario, aumentaría la productividad de los trabajadores, ya que las personas pondrían más esfuerzo en una semana laboral más corta", dice Jim Harter, director de gestión y bienestar en el lugar de trabajo de Gallup, la firma de análisis estadounidense con sede en Nebraska.

Se demostró en gran medida que la teoría era correcta: en las décadas posteriores, la semana laboral de cinco días se ha convertido en una práctica común.

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Antaño, la semana laboral era de 6 días. Solo se dejaba de trabajar el domingo.

Sin embargo, en la década de 1950, hubo llamados de los sindicatos para introducir una semana de cuatro días. "La gente comenzó a pensar que si quitamos otro día de trabajo, sería aún mejor", dice Harter.

Pero la adopción de la semana laboral de cuatro días se ha mantenido lenta: en marzo de 2020, un estudio de Gallup de más de 10.000 empleados de tiempo completo en Estados Unidos mostró que solo el 5% trabajaba una semana más corta.

Sin embargo, la pandemia ha generado un replanteamiento para algunos jefes: se produjo un gran aumento en la cantidad de pruebas y anuncios de la semana laboral de cuatro días.

"Los cambios recientes en el trabajo han acelerado el movimiento en favor de cuatro días", comenta Alex Soojung-Kim Pang, director de programas de la organización sin fines de lucro 4 Day Week Global, con sede en California, que aboga por una semana laboral más corta.

"La pandemia ha dejado en claro que podemos cambiar la forma en que trabajamos de manera muy drástica; la Gran Renuncia (nombre que se le dio en EE.UU. a la renuncia voluntaria de trabajadores en 2021) ha hecho que las empresas busquen nuevas herramientas de contratación y retención".

Modelos de trabajo

Existen diferentes modelos de semana laboral de cuatro días: desde recortar una jornada, reducir la jornada laboral y cobrar el mismo salario; a jornadas laborales intensas, en las que cinco días de trabajo se acumulan en cuatro turnos más largos.

La configuración anterior es generalmente el objetivo, logrado mediante una combinación de la introducción de nuevas herramientas y prácticas operativas que aumentan la eficiencia y dan como resultado un aumento en el bienestar de los trabajadores que impulsa la productividad.

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Cuando se trabaja desde la casa, a veces se hace dificil mantener separados ambos espacios.

Pero sin cambios operativos cuidadosamente planificados, existe un mayor riesgo de que ocurra esta última situación.

"Un error común es que una empresa diga: 'Comenzaremos esto el lunes y lo resolveremos a medida que avanzamos'", agrega Pang. "Eso puede crear grandes problemas en el futuro".

Cómo el trabajo de cinco días se hace en cuatro

En los últimos meses, a medida que algunos jefes han hecho permanentes algunos planes piloto, los empleados ahora se han familiarizado con los pros y los contras de la semana laboral de cuatro días.

Jennifer Shepherd dice que cambiar a una semana laboral más corta ha sido "transformador". Su empleador con sede en Durham, Reino Unido, la empresa de tecnología financiera Atom, presentó su semana laboral de cuatro días en noviembre de 2021 para todos sus 430 empleados. "Los viernes son ahora un día especial que paso con mi hija de un año", dice.

Andy Illingworth, de la agencia de diseño Punch Creative, con sede en Leeds, Reino Unido, que lleva trabajando cuatro días a la semana desde 2020, también valora mucho su día libre adicional.

"Los viernes por la tarde no son históricamente los más productivos", dice. "Ahora, los viernes, puedo dedicarme a mis pasatiempos, jugar al tenis y dar largos paseos. También me da más tiempo para desarrollar habilidades e ideas que puedo traer frescas los lunes por la mañana. No me gustaría volver a una semana laboral de cinco días".

Sin embargo, tanto Shepherd como Illingworth son conscientes de que hacer todo su trabajo en cuatro días, en lugar de cinco, puede tener un costo.

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Tanto Jennifer Shepherd como Andy Illingworth dicen que el día libre adicional que ahora tienen es enormemente valioso para ellos (Crédito: Jennifer Shepherd (izquierda) y Andy Illingworth (derecha))

El horario de oficina obligatorio de Illingworth ahora es 90 minutos más largo cada día de lunes a jueves. "Trabajo de 08:00 AM a 17:00 PM, con un descanso de 30 minutos en el medio", explica. "Tuvimos que reducir nuestra hora de almuerzo a la mitad. Pero me siento más fresco, más concentrado y productivo trabajando durante cuatro días de manera sólida".

Shepherd, mientras tanto, se está adaptando a un ritmo de trabajo más intenso. "Todavía hay ocasiones en las que entro en pánico a media tarde del jueves y recuerdo que ya no tengo otro día de trabajo para completar todo", dice.

"Pero ahora uso mi tiempo de manera más eficiente. Puedo trabajar cuando es más conveniente: una vez que los niños están en la cama, puedo conectarme a la computadora y hacer un 'trabajo profundo' mientras mi bandeja de entrada y los mensajes de chat permanecen felizmente silenciosos".

Contras

De manera similar, la investigación de Gallup encuentra impactos tanto positivos como negativos de trabajar una semana más corta.

Si bien el bienestar de los empleados aumenta y el agotamiento se reduce debido a una semana laboral de cuatro días, la desconexión activa también aumenta: los trabajadores que ya se sienten desconectados de su empresa tienen más probabilidades de alejarse más si trabajan menos días.

Algunos trabajadores pueden resistirse a tener una semana laboral comprimida, con horas potencialmente más largas y menos descansos, impuestos por su empleador. Es posible que otros ya estén trabajando a pleno rendimiento, lo que significa que una semana laboral más corta podría hacer que su carga de trabajo sea menos manejable.

"Hay algunos empleados que terminarán tratando de acumular más trabajo en cuatro días cuando antes tenían una mayor flexibilidad para trabajar en cinco días", dice Harter. "Si llegas al jueves por la tarde, todavía no has terminado tu trabajo y todos los demás se han ido a casa, eso puede generar estrés y resentimiento".

Pang dice que una trampa potencial con la semana laboral de cuatro días es el impacto en el trabajo en equipo: los empleados están tan concentrados en realizar sus tareas en un marco de tiempo más ajustado que eso apaga la chispa de la colaboración.

"Las oficinas pueden acabar sintiéndose como pueblos fantasmas", añade. Sin embargo, Illingworth cree que tales "problemas iniciales menores" se pueden corregir con el tiempo. "Nuestro lugar de trabajo todavía tiene un ambiente animado", dice. "Apresurarse para completar un trabajo un jueves por la tarde no es algo habitual".

La importancia de la planificación operativa

En este momento, muchas empresas están buscando nuevas formas de atraer y retener a los mejores talentos: según una encuesta reciente de 4.000 trabajadores en EE.UU., el 83 % quiere una semana laboral de cuatro días. Esto hace que sea más probable que las empresas se apresuren a tener una semana laboral más corta y resuelvan problemas sustanciales sobre la marcha.

Pero Pang advierte que, en lugar de presionar al personal para que trabaje más rápido durante menos días, la preparación y el pensamiento cuidadoso son cruciales para que el modelo de trabajo sea sostenible.

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La semana de cuatro días puede ser una solución para algunos, pero no para todos.

"No conozco muchas empresas que lo hagan con éxito sin transformar radicalmente sus operaciones diarias", dice. "Es crucial diseñar una semana laboral más corta que sea más justa para todos, desde los ejecutivos hasta los trabajadores de primera línea".

Harter sugiere que un modelo de trabajo más personalizado para cada empleado, que puede incluir una semana laboral más corta, puede ser una mejor solución que simplemente imponer un patrón de semana de cuatro días a todos los miembros del personal.

"Una semana laboral de cuatro días podría ser la respuesta para algunas personas", dice. "Pero los empleados generalmente desean el trabajo flexible, se correlaciona más con el compromiso y el bienestar, y se adapta a un lugar de trabajo moderno".

A Camgöz, que acabó aceptando el ascenso y volviendo a un horario de cinco días, le gustaría volver algún día a una semana laboral de cuatro días, y Shepherd e Illingworth no renunciarán a la suya.

Todos han descubierto, sin embargo, que poner en práctica el nuevo modelo de trabajo conllevaba consecuencias: jornadas laborales más largas, jueves de mucha presión o preocupación por las opiniones de los jefes.

En el caso de Camgöz, se dio cuenta de que hacer que funcionara habría requerido una mejor alineación entre sus objetivos, la cultura del lugar de trabajo y las personalidades involucradas. "La decisión inicial de otorgarme una semana laboral de cuatro días provino de un buen lugar, pero puso de manifiesto que se debe pensar mucho en estas decisiones: en esta ocasión, tal vez, eso no sucedió".

Este artículo se publicó originalmente en BBC Worklife. Haz clic aquí para leer la versión en inglés.


  • Alex Christian
  • BBC Worklife

"Shell puede acabar como Kodak o Blockbuster" si no refuerza su compromiso climático



Estación de servicio de Shell. (Reuters/M.Shemetov)



La organización internacional de derecho ambiental ClientEarth está preparando acciones legales contra los directores de Shell por la falta de compromiso climático que muestran al frente de la compañía



ClientEarth ha iniciado una acción legal contra la Junta Directiva de Shell por no estar preparando adecuadamente a la compañía para la transición energética. Es el primer caso que busca responsabilizar personalmente a los directores de una gran compañía energética por no emprender medidas de adaptación para hacer frente al cambio climático y por poner de ese modo en riesgo los activos de la empresa.

Esta organización especializada en derecho ambiental para defender la vida en la Tierra, argumenta que el hecho de que la Junta Directiva no esté implementando una estrategia climática alineada con el Acuerdo de París es un incumplimiento de las obligaciones que establece la Ley de Sociedades del Reino Unido. En virtud de esa Ley, el equipo directivo de la petrolera está legalmente obligado a actuar, de manera que “promueva el éxito de la empresa con el cuidado, la habilidad y la diligencia razonables”.

Algo que según Paul Benson, abogado de ClientEarth, no se estaría llevando a cabo. “Shell está seriamente expuesta -afirma el letrado- a los mayores riesgos del cambio climático, sin embargo, su plan de adaptación y mitigación es del todo defectuoso, por lo que estaría engañando a los inversores y al mercado en general”.

El prestigioso equipo jurídico de esta organización dice actuar en defensa de los intereses de Shell al aceptar los litigios de sus accionistas contra la actual dirección, con el propósito de “garantizar que las ganancias a corto plazo no se obtengan a expensas de la viabilidad comercial de la empresa”.

“El mundo de los negocios está plagado de ejemplos de empresas que no supieron adaptarse. Shell se arriesga a seguir el camino de compañías como Kodak o Blockbuster. A menos que la Junta cambie de rumbo, su valor a largo plazo se irá erosionando hasta llegar a desaparecer”, agregó Benson.


Protestas contra Shell en Londres. (EFE/V. Flores)


Una tendencia que podría acelerarse tras la invasión rusa de Ucrania, que ha desencadenado el mayor impacto en los mercados energéticos en décadas. Los analistas alertan que la guerra está acelerando la tendencia internacional a alejarse de los productos de petróleo y gas, más allá de los repuntes que puedan estar experimentando de forma coyuntural.

Muchos de los principales accionistas institucionales de Shell han expresado su preocupación por la estrategia climática de la empresa. Así, ClientEarth recuerda que más del 30 % votaron en contra de la Junta en 2021, introduciendo una resolución que pedía objetivos de emisiones alineados con el Acuerdo de París, recordando que la iniciativa Climate Action 100+, respaldada por los mayores inversores del mundo, hizo un llamamiento en ese sentido.


Una estrategia equivocada y temeraria

En mayo de 2021, un tribunal holandés ordenó a Shell a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) de su actividad industrial en un 45% neto antes de que acabe la presente década. La compañía apeló el fallo del tribunal, calificándolo de “irrazonable” y argumentando que dicho dictamen es “esencialmente incompatible con su negocio”.

Por el contrario, la petrolera defiende públicamente que su estrategia de reducción de carbono es coherente con el objetivo de contener el aumento de la temperatura en 1,5 °C para eludir las peores consecuencias del calentamiento global, e insiste en que mantiene su objetivo de convertirse en una empresa neutra en carbono en 2050.

Sin embargo, según los cálculos presentados por ClientEarth, dicha estrategia es equívoca, pues no cuadra con dichos objetivos de reducción de GEI. Muy al contrario, según los científicos que han asesorado a la organización, lejos de lograr una reducción del 45% en 2030, la actual estrategia de Shell conduciría a un aumento superior al 4 % en las emisiones netas de GEI para esa fecha.

En ese sentido, cuanto más se demore la Junta Directiva en asumir su responsabilidad, más probable es que la empresa se vea obligada a ejecutar un abrupto 'freno de mano' para mantener su competitividad comercial y adaptarse a los inevitables desarrollos regulatorios para la reducción de emisiones de GEI que, con mayor o menor nivel de compromiso, se están activando ya en todo el mundo.


Planta de hidrógeno de Shell en Colonia, Alemania. (Reuters/T. Schmuelgen)


Durante la Junta de Accionistas del pasado mes de febrero, la compañía declaró un aumento de dividendos cercano a los veinte mil millones de dólares y anunció un plan de recompra de acciones. Sin embargo, en opinión del equipo de expertos de ClientEarth, “aumentar los dividendos y las recompras podría aplacar a los inversores temporalmente, pero ese enfoque es miope, pues el dinero debería emplearse para redigirir la actividad de la empresa hacia un modelo de negocio neutro en emisiones de carbono”.

Para Benson y sus compañeros “la proporción de inversión que actualmente se destina a la transición energética en Shell es, en términos relativos, minúscula. Debe haber un mayor enfoque hacia el largo plazo y una mayor inversión en energías renovables para liberarse de los combustibles fósiles y su volatilidad inherente”.

ClientEarth está alentando a los inversores institucionales a unirse a la reclamación de los accionistas de Shell para obligar a la Junta a adoptar una estrategia climática más ambiciosa y que de verdad proteja a la compañía contra las pérdidas financieras a las que deberá hacer frente si no contribuye de manera más eficaz a evitar el actual avance de la crisis climática hacia los peores escenarios.
 

Más información en www.redirectingshell.com


Por
Jose Luis Gallego
30/03/2022 - 05:00
"Shell puede acabar como Kodak o Blockbuster" si no refuerza su compromiso climático (elconfidencial.com)
www.elconfidencial.com/medioambiente/energia/2022-03-30/shell-acabar-kodak-blockbuster-compromiso-climatico_3399277/

Un estudio de Harvard revela un extraño vínculo entre los antibióticos y el deterioro cognitivo



Foto: iStock.


La investigación, que ha analizado datos de 14.542 mujeres, ha encontrado una relación (aún no explicada) entre tomar estos medicamentos en la mediana edad y el puntaje cognitivo varios años más tarde



Un nuevo estudio realizado en casi 15.000 mujeres ha encontrado un vínculo aún no explicado entre tomar antibióticos durante al menos dos meses en la mediana edad y una caída en las evaluaciones de puntaje cognitivo hechas varios años después.

Muchos estudios anteriores han resaltado el vínculo entre la microbiota y el cerebro, pero no está claro exactamente cuál podría ser la relación. Esta nueva investigación, que ha analizado a un total de 14.542 mujeres, añade más datos en un campo de estudio muy necesario.

El equipo detrás de la investigación, dirigido por epidemiólogos de la Escuela de Medicina de Harvard (Massachusetts, EEUU), apela a la importancia de controlar y seguir atentamente el uso de antibióticos. Asimismo, señalan cuán importante es que entendamos el vínculo entre lo que sucede en nuestros intestinos (qué antibióticos puede afectar) y lo que sucede en nuestro cerebro.


Menor capacidad de aprendizaje, atención, memoria...

"En una cohorte de más de 14.000 mujeres, observamos que el uso de antibióticos en la mediana edad se asoció significativamente con puntajes posteriores más bajos para la cognición global, el aprendizaje y la memoria de trabajo; y la velocidad y la atención psicomotoras", explican los investigadores en su artículo publicado en 'Plos One'.

"Hasta donde sabemos, nuestro estudio representa el primer gran estudio sobre el uso crónico a largo plazo de antibióticos y la cognición posterior", remarcan los expertos de Harvard.

Las mujeres de la cohorte (un proyecto de investigación de enfermedades crónicas a largo plazo llamado Estudio de Salud de Enfermeras) habían tomado antibióticos por varios motivos, incluidos infecciones respiratorias, problemas dentales, acné e infecciones del tracto urinario.

Para las que tomaban antibióticos, la caída resultante en la capacidad cerebral en las diversas categorías de aprendizaje, respuesta y memoria fue el equivalente a unos tres o cuatro años de envejecimiento normal.

La capacidad cognitiva se evaluó durante unos siete años después de que comenzó el consumo de antibióticos, a través de una prueba 'online' que los participantes hicieron en casa. La prueba incluye cuatro tareas diferentes, diseñadas para medir diferentes aspectos del rendimiento cognitivo.

Tabla: Escuela de Medicina de Harvard.


"Esta relación se asoció con una mayor duración del uso de antibióticos y persistió después del ajuste de muchos posibles factores de confusión", apuntan en el estudio.

Como es habitual en estudios como este, la relación no es suficiente para probar la causalidad; es decir, los datos no muestran que sea definitivamente el uso de antibióticos lo que produce una disminución de la cognición. Por ejemplo, es posible que las enfermedades que los antibióticos pretendían tratar, en lugar de los medicamentos en sí mismos, causaran esta pequeña caída en la cognición.

Sin embargo, hay suficiente evidencia científica para sugerir que es necesaria más investigación. Los análisis sobre el vínculo entre los antibióticos, la microbiota y la función cerebral continuarán, pero hasta la fecha, este es uno de los mejores estudios realizados sobre los posibles efectos a largo plazo en seres humanos adultos.

Entre las limitaciones de este estudio se encuentran que no analiza ningún tipo de antibiótico en concreto y que se basa en el autoinforme para el uso de medicamentos. Sin embargo, el gran tamaño de la muestra y la consideración de otras variables –incluida la dieta y otros medicamentos– aumentan la importancia de la investigación.

"Dado el profundo efecto del uso de antibióticos en el microbioma intestinal, con estudios previos que muestran alteraciones en el potencial funcional a los dos y cuatro años después de la exposición a los antibióticos, el eje intestino-cerebro podría ser un mecanismo posible para vincular los antibióticos con la función cognitiva", concluyen los investigadores de Harvard.




Por
Fran Sánchez Becerril
30/03/2022 - 05:00
Harvard revela un extraño vínculo entre los antibióticos y el deterioro cognitivo (elconfidencial.com)
www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2022-03-30/estudio-harvard-vinculo-antibioticos-deterioro-cognitivo_3399602/