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Los titulares sobre el sector inmobiliario chino empiezan a sucederse a lo largo del mundo, quizá el último relevante ha sido del WSJ alertando de que “la gran burbuja inmobiliaria de China” se podría estar pinchando. No cito el artículo por dicho comentario, algo ya tratado aquí en anteriores ocasiones, sino por un indicador del mercado que nombran realizado por la agencia Dragonomics, en donde, al contrario de lo que afirma el gobierno, se mostrarían por primera vez bajadas generalizadas en los precios: del 4.86% interanual en las nueve mayores ciudades del país en el mes de abril.
Claro que en China estos datos, al igual que otros, hay que cogerlos “con pinzas”, ya que a la trasparencia habitual en algunos casos se le une la fiabilidad de las fuentes usadas, por lo que no sabemos con certeza si en realidad los precios están cayendo ya o aún no. En cualquier caso lo que sí parece indudable y es con lo que debemos quedarnos es que la tendencia es clara a la baja, acompañando así a la economía en su desaceleración.
También se han facilitado estos días numerosos datos macro, unos buenos y otros malos, pero lo que más preocupa sin género a dudas es la inflación que marcó un 5.5% interanual y amenaza con tocar el 6% en junio. Sí, es mucho, aunque las apuestas se centran en si se moderará a partir de ahora o no, consiguiendo con ello una bajada más suave o más brusca de la economía. Pero pase uno u otro escenario, en lo que cada vez más personas coinciden es que algunos daños habrá, sean más o menos nocivos. Un ejemplo es S&P que acaba de poner en perspectiva negativa al sector promotor del país.
¿Por qué? Seguramente todos se hagan a la idea, pero en palabras de la agencia en los próximos meses estarán en riesgo por su alto apalancamiento y las dudas sobre la generación de cashflow. Con el actual endurecimiento monetario éste puede no ser suficientemente amplio para pagar deudas actuales, por lo que creen que en la segunda mitad del año podríamos ver “ajustes significativos” en el ladrillo por la falta de liquidez para hacer frente a los compromisos adquiridos.
Este hecho, unido al “bailout” realizado a las entidades locales por parte del gobierno central, pone en el punto de mira al sistema financiero del gigante asiático. Posiblemente mejor capitalizado que el occidental pero en donde se ha seguido una política de inversión muy “dudosa” por así decirlo, y que ahora puede verse enfrentado a una incipiente morosidad.
En resumidas cuentas, existe un “coctel” en donde hay familias a las que cada día les cuesta más alimentarse, una economía frenándose, un sector inmobiliario en proceso de ello, empresas promotoras apalancadas que pueden pasarlo mal, bancos a los que le puede subir notablemente la morosidad, etcétera. Pero paradójicamente quizá no son los protagonistas de todas las historias quienes peor lo están pasando ahora mismo, sino las PYMES. Algo que quizá puedan comprender perfectamente por empatía nuestros pequeños empresarios nacionales.
Al parecer en el sistema financiero no está sentando bien tanto endurecimiento monetario, lo que repercutiría en la financiación. Los bancos están pagando que las autoridades no aumenten de forma más rápida el tipo de cambio para luchar contra la inflación, por lo que la liquidez empieza a valorarse muy positivamente ante las restricciones. ¿Cuánto? Pues vean la siguiente gráfica del interbancario SHIBOR a una semana.
El pico de la izquierda fue motivado por las tensiones de fin de año en China, cuando numerosas entidades intentan cuadrar cuentas y además hay menos movimientos. Ya de por sí se dieron cifras inusualmente altas aún correspondiéndose con dichas fechas, ¡pues ahora incluso se superan! La política restrictiva del PBOC parece estar teniendo efectos.
Como decía las más perjudicadas ahora mismo están siendo otras: las pequeñas y medianas empresas. Y es que si ya de por si un sistema financiero intervenido como el chino no les favorece, lo que pasa actualmente las está, en muchos casos, matando lentamente. Incluso China Daily, diario muy “oficialista”, muestra sus problemas por ejemplo en el sector manufacturero: sube la mano de obra, suben las materias primas, los márgenes se reducen o convierten en negativos… ¡y aún encima no pueden acceder al crédito para campear el temporal!
Además esto no es algo particular de un tipo de negocio, porque el tamaño aquí sí importa y parece ser la variable decisiva para conseguir financiación en los bancos. A las pequeñas y medianas empresas les estarían cobrando entre un 7% y un 10%... ¡mensual! ¡MENSUAL! ¿Quién puede sobrevivir así? Pasa en todos sitios que quien paga es el débil, pero en China últimamente todos parecen afectados, de ahí el miedo a que una inflación más persistente de lo inicialmente planteado pueda causar problemas inesperados. Claro que eso será cuestión de otro capítulo.
From Las Perlas de Kike, Kike Vázquez – Cotizalia.com 16/06/2011
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