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Quienes viven en las latitudes más alejadas del ecuador desarrollaron cerebros y ojos más grandes para resistir la falta de luz durante los largos inviernos y los días nublados, según científicos de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.
Los investigadores midieron las cuencas de los ojos y el volumen cerebral de 55 cráneos que corresponden a 12 poblaciones en diferentes partes del mundo y analizaron los resultados en función de la latitud.
"Encontramos una relación positiva entre la latitud y ambos factores, el tamaño de las cuencas de los ojos y la capacidad craneal", dijo a la BBC Eiluned Pearce, quien encabezó el equipo que realizó el estudio.
El estudio, publicado en la revista de biología de la Royal Society, concluyó, sin embargo, que el hecho de tener cerebros más grandes no implica mayor inteligencia, porque la capacidad extra es utilizada para la visión.
Los investigadores del Instituto de Antropología Cognitiva y Evolutiva de la Universidad de Oxford utilizaron para su estudio cráneos que datan del siglo XIX y que son mantenidos en museos de Oxford y Cambridge.
Los cráneos pertenecían a poblaciones indígenas de Escandinavia, Australia, Micronesia y América del Norte.
Capacidad craneal
Las cavidades craneales de personas de Escandinavia eran las más grandes, mientras que las más pequeñas correspondían a las de Micronesia.
Eiluned Pearce señaló que "mientras más hacia el norte o hacia el sur está un punto de la linea ecuatorial, recibe menos cantidad de luz y sus días son más cortos en el invierno".
"Encontramos que en las zonas donde el nivel de luz decrece, se observó en los cráneos cómo se iban agrandándose progresivamente las cuencas de los ojos, lo cual sugiere que era para acomodar ojos más grandes",
"También fueron adquiriendo cerebros más grandes, porque también hallamos un incremento en la cavidad craneal".
"En el estudio, planteamos que tener cerebros más grandes no implica que los humanos que viven en las latitudes más elevadas son necesariamente más inteligentes. Simplemente necesitan ojos y cerebros más grandes para mirar mejor".
La investigación indica que los humanos estuvieron sujetos al mismo patrón evolutivo que aves que tienen ojos más grandes porque son las primeras en cantar al amanecer o especies como los búhos y las lechuzas.
El profesor Robin Durbar, uno de los autores del estudio señaló que "los humanos sólo han vivido en altas latitudes en Europa y Asia por unas cuantas decenas de miles de años, y sin embargo parecen haber adaptado su visibilidad relativamente rápido a los cielos nublados y a los inviernos largos que allí se producen".
El equipo midió el tamaño del foramen magno, el orificio situado en la base del cráneo, donde éste se une a la espina dorsal, a fin de descartar que la dimensión de la cavidad craneal se debiera a un mayor tamaño del cuerpo.
También descartaron que las cuencas de los ojos se relacionaran con el hecho de tener más grasa alrededor de los ojos para proteger del frío.
Los investigadores continuarán haciendo más estudios para establecer con mayor firmeza el vínculo entre ojos más grandes y mayor capacidad visual.
También buscan comparar los resultados de este estudio con nuevas investigaciones que involucren a especímenes de otros museos.
Por Judith Burns from BBC 27 de julio de 2011
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