sábado, 27 de agosto de 2011

Irene fuerza a la evacuación de zonas vulnerables de Nueva York


Foto from BBC.co.uk

El alcalde de Nueva York, Micheal Bloomberg ordenó la evacuación obligatoria de las áreas bajas de la ciudad, consideradas las mas vulnerables ante el posible impacto del huracán Irene, que podría azotar la región el domingo.
"Nunca habíamos ordenado una evacuación obligatoria antes y no lo estaríamos haciendo ahora si no pensáramos que esta tormenta tiene el potencial de ser bastante grave", dijo Bloomberg en una sesión informativa la tarde del viernes.
El mapa de zonas propensas a inundarse identifica áreas situadas a baja altitud como Coney Island, en Brooklyn, o zonas de Queens y Staten Island, así como la parte baja de Manhattan.
Algunos residentes de esas áreas vulnerables deberán empezar a salir de sus hogares al final de la tarde del viernes. Se estima que unas 250.000 personas serán evacuadas, muchas de ellas a refugios establecidos por la alcaldía.
Como parte de las medidas de prevención, las autoridades de la ciudad informaron que el sistema de transporte subterráneo, el metro, estará cerrado a partir del mediodía del sábado, otra medida sin precedente en la historia neoyorquina.
"Nos hemos movilizado con rapidez para poner en marcha nuestros planes de emergencia, para trabajar con nuestros socios federales y locales, y para identificar y preparar una de las activaciones más agresivas que el estado de Nueva York haya puesto nunca en marcha ante un posible desastre natural", dijo el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo en un comunicado.
Débil pero peligroso
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Miami en su último boletín señaló que "Irene", de categoría 2, ha perdido intensidad al bajar sus vientos máximos sostenidos a 165 km/h, mientras se dirige a las costas de Carolina del Norte.
La Oficina de Manejo de Emergencia de la Alcaldía de Nueva York (OEM, por sus siglas en inglés) asegura que la llegada de un huracán a la ciudad tienen un potencial más dañino que fenómenos del mismo calibre que afectan a zonas del sur del país. Algunas áreas de Nueva York podrían quedar hasta 10 metros bajo el agua.
"Mucha gente cree que los huracanes sólo afectan a las áreas muy al sur de Nueva York, pero las tormentas costeras, incluyendo los huracanes, pueden y de hecho impactan en la ciudad", advierte el folleto informativo que distribuye la OEM.
Incluso si Irene se redujera a tormenta tropical, las torrenciales lluvias podrían dejar destrozos importante en una zona metropolitana de la densidad de la de Nueva York
Pero no es sólo Nueva York la que está amenazada, todo el corredor urbano del noreste del país, desde Washington D.C. hasta Boston podría verse afectado por Irene.
Se trata de la región más poblada de EE.UU. y, en el caso de Nueva York, su densidad poblacional complica los preparativos y cualquier eventual trabajo de emergencia y evacuación.
¿Un huracán menor?
Tras tocar tierra posiblemente en Carolina del Norte, Irene seguiría subiendo por la costa hacia las ciudades norteñas, quizá debilitado, al punto que cuando llegue a Nueva York podría ser de categoría 1, lo que algunos con optimismo han definido como un "huracán menor".
Pero como dijo durante una entrevista la mañana del jueves el director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencia (FEMA, por sus siglas en inglés), Craig Fugate, "no conozco ningún huracán que sea menor", dando a entender que sigue siendo un sistema peligroso.
Aunque los modelos computarizados de predicción sólo pueden trazar con precisión la ruta de un ciclón por 48 horas, ya los neoyorquinos están preparándose para la posible llegada de Irene.
De hecho, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, declaró este jueves estado de emergencia ante el posible impacto del huracán durante el fin de semana.
"Nos estamos comunicando con nuestros socios federales y locales para realizar un seguimiento de la tormenta y para planificar una respuesta coordinada, y vamos a desplegar los recursos según sea necesario en las áreas que se espera sean las más afectadas", explicó Cuomo.
Más de un siglo sin un impacto directo
A principios de este año, el experto en huracanes Rick Knabb, escribió un artículo para el canal de información meteorológica The Weather Channel en el que ofrecía una lista de las cinco ciudades estadounidenses que más podían esperar la llegada de un huracán por la cantidad de años que hace que no viven un impacto directo de una de estas tormentas.
Nueva York aparecía en el puesto número 3 de ese ránking.
Según señalaba Knabb, el último impacto directo que vivió la ciudad fue en 1893, cuando el centro de un huracán de categoría 1 tocó tierra entre Coney Island y el lugar donde se encuentra hoy en día el aeropuerto John F. Kennedy, causando graves daños en el este del área metropolitana.
El experto recuerda que en 1938 el ojo del gran huracán de Nueva Inglaterra no llegó a impactar directamente la ciudad, aunque causó la muerte de diez personas y numerosas pérdidas.
El último huracán en amenazar la ciudad de los rascacielos fue Bob en 1991, aunque en aquella ocasión la ciudad también se libró de un impacto directo.
Mientras, el alcade de Nueva York, Michael Bloomberg, aseguró en rueda de prensa que hay que esperar "lo mejor" mientras se prepara para "lo peor".
Cuando los reporteros le preguntaron qué podría ser lo peor que podría pasarle a los ciudadanos que no se preparen suficientemente ante la eventual llegada del huracán, Bloomberg dijo: "Que podrían morir".
Las dificultades del desalojo
La alcaldía es la encargada de emitir la orden de evacuación en caso de que lo juzgara necesario, pero la densidad poblacional y la falta de costumbre podrían ser factores que compliquen el trabajo de las autoridades.
La oficina de Bloomberg informó que se ha asegurado la disponibilidad de helicópteros y botes por parte de la policía, así como generadores de emergencia para hospitales.
Sin duda, los habitantes del sur de EE.UU. están más acostumbrados a los procedimientos de emergencia en caso de la llegada de un huracán: almacenar alimentos no perecederos; preparar un equipaje mínimo, que incluya documentación esencial, y tapiar y aislar las ventanas de las casas.
Las ferreterías de los estados de la costa del Golfo de México suelen tener grandes cantidades de materiales para esos trabajos, así como generadores eléctricos portátiles y otros equipos.
Estos días son los comercios del noreste estadounidense los que están agotando sus existencias ante la próxima llegada de Irene.
Un problema adicional en Nueva York, en medio de la temporada vacacional veraniega, son los turistas, cuya evacuación exigiría más recursos de parte de las autoridades, que tendrían que poner a su disposición vehículos y refugios.
Además, los expertos están advirtiendo que el huracán podría causar interrupciones en los servicios de agua, electricidad y transporte que podrían prolongarse durante días. Si ello sucediera, las pérdidas económicas para el corazón financiero de EE.UU. serían enormes.

From Redacción BBC Mundo  26 de agosto de 2011

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