lunes, 5 de septiembre de 2011

El río que todos ven pero no saben que existe


Foto from vivelohoy.com

El Támesis, el Sena, el Danubio son grandes ríos que corren por grandes ciudades. Pero cuando se piensa en Los Ángeles, no se viene a la mente ninguna imagen de una rivera.
Hay incluso angelinos que ni siquiera saben que la ciudad fue fundada al lado de un río, pero lo fue, y probablemente todos lo recordaríamos si lo viéramos.
Recuerde escenas de esas clásicas persecuciones en autos de Hollywood: vehículos salpicando el hilo de agua que corre por un sumidero de aguas pluviales de concreto, montándose a sus paredes, esquivando puentes y estrechándose en algún lugar del camino.
Ése es el río Los Ángeles. Piense en "Grease", "Terminator 2: el juicio final" y en incontables otras películas y videos de música pop de estrellas como Madonna y Kanye West.
Vida salvaje oculta
Gran parte de sus 80 kilómetros parece más un basurero o una alcantarilla, y desde el aire es como una cicatriz de concreto que atraviesa el corazón de la urbe.
Pero dos décadas después de que el grupo  Amigos del río Los Ángeles fuera fundado por un poeta, la campaña para rescatar el río está empezando a ganar ventaja y su lugar en la ciudad está pasando de ser una monstruosidad a un tesoro.
"Hemos estado trabajando durante 23 años para crear una vía verde para el río desde las montañas hasta el mar, con un Los Ángeles en el que se pueda nadar, pescar y navegar", le cuenta a la BBC el poeta Lewis MacAdams, quien lanzó la campaña.
"Al principio pensé que todo lo que tenía que hacer era convencer a la gente de que podía ser mejor, pero rápidamente me di cuenta de que tenía que convencerlos de que el río existía".
"Eso tomó mucho tiempo, pero ahora el público ya está consciente de su existencia", asegura MacAdams, mientras baja por las paredes del río hasta llegar a los árboles, pasto y vida salvaje que habita en una de las secciones en las que el piso es de tierra en vez de concreto.
Estaba lleno de animales: aves zancudas, familias de patos y gansos y toda una variedad de aves y plantas de pantano.
"Realmente es una cuestión de definición. Si uno lo concibe solamente como un canal de control de inundaciones, entonces todos estos árboles, estos pequeños lagos con libélulas volando sobre su superficie no son relevantes, sólo estorban", explica MacAdams.
"Pero si uno lo ve como un río, empieza a pensar en peces y los insectos de los que se alimentan los peces, y toda esa discusión filosófica precede al trabajo de restauración".
La carrera al mar
En los años '30, dos grandes aluviones en la ancha franja de pantanos de Los Ángeles forzaron al gobierno a tomar medidas. A los ingenieros del ejército les ordenaron encargarse de controlar las inundaciones.
Les tomó 30 años pero secaron al río, lo volvieron de concreto y lo guiaron de las montañas a Long Beach y al océano.
Conexiones de tren y carreteras fueron construidas a sus costados y la seguridad que el canal proveyó llevó al rápido desarrollo y crecimiento que Los Ángeles ha experimentado en los últimos 80 años.
En el sur de California no llueve mucho, pero cuando llueve, el hilo de agua que corre por el fondo del canal se convierte en una riada y el agua amenaza con desbordarse por las calles de la ciudad en su carrera al mar.
Sólo hay unos pocos trazos en los que la cama del río era demasiado alta para que el concreto aguantara. En esas secciones con fondo de tierra, la vida salvaje prospera, y se empieza a parecer a un río de verdad.
George Wolfe hace campaña para que se pueda navegar en canoa y su viaje ilegal a lo largo de todo el río fue decisivo para que fuera declarado "navegable" el año pasado.
Eso llevó a que se emitieran los primeros permisos, como prueba, para organizar paseos en kayak en un pedazo de un kilómetro del río.
"Es un momento histórico para la ciudad de Los Ángeles: le abre los ojos al público a la noción de que el río puede ser un lugar de esparcimiento, en el que se puede navegar, por ejemplo", señala Wolfe, mientras rema por debajo de una calle que pasa por encima del río.
"El plan maestro es revitalizar al río como parte de la noción de conservar agua. Nuestra situación respecto al agua es cada vez más grave. Como ciudad estamos acostumbrados a traer agua de otra parte, mientras que cada año botamos una cantidad enorme de las aguas pluviales".
Un lugar para todos
Los 280 boletos para hacer los paseos en kayak se vendieron en 10 minutos.
Quienes los consiguieron estaban encantados de estar en el río, en vez de sólo caminar, conducir o montar bicicleta a su lado.
"Siempre ha sido un lavabo, nunca había árboles aquí cuando yo era niño pero ahora es un lugar del que quieres ser parte", dice Harry Otto mientras pasea con su hija de 12 años en un kayak.
Hay quienes quieren que se remueva todo el concreto y que el río se convierta en un lugar para la naturaleza y la recreación para todos en la ciudad.
Pero hasta que todos sus vecinos renuncien a su idilio con el concreto eso no será posible.
Sin embargo, la creciente importancia que se le está dando a la ecología y la desesperada necesidad de agua limpia podría hacer que su sueño se convirtiera en realidad.

Por Alastair Leithead  from BBC.com  4 de septiembre de 2011

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