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La estrella está situada en la constelación de Leo
La composición química del astro obliga a los investigadores a revisar las teorías más aceptadas sobre formación estelar.
El descubrimiento de la estrella más vieja observada hasta la fecha ha puesto en cuestión las actuales teorías sobre formación estelar. Según un estudio publicado hoy en Nature, la composición de la estrella no concuerda con lo observado hasta ahora. La contradicción es tal que, según los actuales modelos, un astro así ni siquiera podría existir.
La estrella en cuestión es el astro más antiguo jamás observado, con una edad de unos 13.000 millones de años. Para calcular la edad de una estrella se mide la cantidad de metales que la componen, de forma que una menor cantidad de metales indica que la estrella es más vieja. "La estrella que hemos observado tiene el menor contenido de metales que se ha observado, con lo que es la más cercana al principio del universo", explica Lorenzo Monaco, investigador del Observatorio Austral Europeo y uno de los autores del estudio.
Precisamente, el análisis de los metales que componen esta estrella, es lo que ha desconcertado a los astrofísicos, hasta el punto de afirmar que "la estrella no debió formarse". Así de rotundo se muestra Monaco al referirse al cuerpo estelar que ha estado analizando durante varios meses junto a otros astrofísicos. Las teorías más aceptadas sugieren que las estrellas de baja masa, como la descubierta, se deben formar a partir de nubes de gas que "necesitan un cierto valor crítico de carbono y oxígeno", explica Monaco. Sin embargo, los niveles de estos elementos medidos en la estrella son muy inferiores a esos límites, con lo que "la nube de materia que originó la estrella no habría podido condensarse", explica Elisabetta Caffau, investigadora de la Universidad de Heidelberg y autora principal del estudio. "Esto marca una diferencia con respecto a lo obser-vado hasta ahora e indica que los modelos teóricos deben ser revisados", afirma Monaco.
La primera generación
Este descubrimiento implica que las cantidades de elementos necesarios para formar una estrella pueden ser mucho menores de lo esperado, lo que, según Monaco "abre la puerta a la posible existencia de estrellas de primera generación".
Según los modelos actuales, ya no quedan estrellas de las primeras que se formaron en el universo. Las estrellas de baja masa, más pequeñas que el Sol, son las más longevas y son las únicas que pueden vivir tanto tiempo. Sin embargo, los modelos teóricos de formación estelar requieren de unas cantidades de carbono y oxígeno que no existían en los inicios del universo, lo que hace imposible que se pudieran formar estrellas de este tipo. Las primeras estrellas que se formaron debieron ser muy masivas, con lo que ya habrán desaparecido.
Según explica Jonay González, investigador del Instituto Astrofísico de Canarias, "los modelos actuales indican que hoy no puede haber estrellas de primera generación de baja masa". Sin embargo, los resultados mostrados en el nuevo estudio indican que estos modelos fallan, con lo que "encontrar hoy estrellas de primera generación puede ser posible", afirma.
La astrofísica Elisabetta Caffau recuerda que, en el mundo de la ciencia, "cada descubrimiento puede discutir una teoría y cada nueva teoría, nos desafía a buscar nuevos objetos".
Por TEGUAYCO PINTO MADRID from publico.es 01/09/2011
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