miércoles, 26 de octubre de 2011

Sin miedo, atrévase a decir ‘no’


Foto from pasosparaserlider.wordpress.com

Decir ‘no’ es lícito, saludable y hasta puede resultar muy higiénico para la empresa, para sus jefes y para sus compañeros porque hace que las cosas funcionen. Un ‘no’ a tiempo evita los problemas que puede generar un ‘sí’ disfrazado, permite organizar mejor el trabajo y, por tanto, conseguir mejores resultados. La cuestión está en saber cómo decirlo sin ofender.
Recuerda la última vez que se atrevió a decir ‘no’? ¿Es capaz de negarse a hacer una tarea para no descuidar su trabajo? Si la respuesta a estas preguntas es negativa, tiene un problema de gestión y de actitud que, a la larga, le puede traer complicaciones profesionales y personales. Saber decir ‘no’ es uno de los secretos mejor guardados de la gestión del tiempo y una opción muy saludable que le ayudará a vivir mucho mejor.
El problema, como explica Fernando Botella, CEO de Think & Action, “es que socialmente y, sobre todo, en el ámbito empresarial, el ‘no’ está mal visto. Pero lo cierto es que el ‘sí’ no siempre es la mejor alternativa”. Lo peor, sin duda, es una afirmación fingida. “Un ‘sí’ disfrazado de ‘no’, asentir cuando no se está de acuerdo o para evitar sentirse mal y sólo para satisfacer a los demás, está muy lejos de la manifestación de compromiso y es un camino que puede llevar a cometer muchos errores. Negarse a hacer algo también compromete al que lo dice, en primer lugar con uno mismo”, afirma Botella. A veces se comete el error de pensar o priorizar la valoración de los demás sobre la propia. “El respeto comienza por uno mismo”, añade.
El precio que se puede pagar por quedar bien es un error difícil de subsanar. “Decir que ‘sí’ de entrada puede salir caro”, explica Ovidio Peñalver, socio director de Isavia. “Si al final no cumples o lo que entregas no es lo esperado, te juegas la credibilidad, ¿existe algo más importante?”.
A vueltas con los jefes
Aparentemente parece una estrategia sencilla de llevar a cabo, pero ¿quién le pone el cascabel al gato? Esto es, ¿quién se atreve a decir que ‘no’ al jefe? Peñalver recomienda ser diplomático y, si no se puede, tratar de poner una excusa convincente y clara. Propone decir algo similar a: “Gracias por confiar en mí y solicitar este tema. No me puedo comprometer, si no dejo de hacer el informe que tengo apalabrado para este viernes”.
Botella recomienda decir ‘no’ lo primero, sin mentiras y sin excusas, explicando los motivos reales: “No hay que sentirse culpable. Dar adecuadamente prioridad a nuestras necesidades, opiniones y deseos es una manifestación de responsabilidad, autoestima y madurez, no de egoísmo”. Javier Mateos, director general de Think & Go, dice que “este sistema es válido siempre y cuando esa negativa no sea constante y se ayude al jefe a buscar una solución a su problema”.
Sin embargo, estas actitudes pueden generar un conflicto interno si el responsable del equipo no lo gestiona de forma adecuada. A menudo el ‘no’ por el ‘no’ enmascara a profesionales que no hacen nada. Es lo que Botella denomina los ‘es que’, aquellos que siempre tienen una excusa preparada. También están los que recurren a despertar lástima a su alrededor con frases como ‘si yo supiera’, ‘cuando me formen’, etcétera. Botella asegura que a estos profesionales se les detecta enseguida porque “sólo están de paso, huyen continuamente de la zona de influencia responsable y se asientan en el valle de las excusas”.
Para evitar que manzanas podridas de este tipo contaminen al resto, Peñalver advierte que hay que ser ecuánime y no pedir tareas siempre a los mismos: “Premiamos la ineficacia al no recurrir a los que incumplen, castigando de esta manera la eficacia, a los que están dispuestos sin excusas y cumplen. Si no se controla, se corre el riesgo de quemarles. Para no caer en este error es interesante llevar un registro de cuántas veces una persona ha dicho que ‘sí’ y cuántas que ‘no’”.
La comunicación no violenta Practicar la comunicación es un arte y no caer en las redes de la violenta utilizando las palabras como arma arrojadiza un pulso diario que sólo los más ingeniosos son capaces de ganar. Para dominar este arte, Peñalver recomienda la lectura de ‘La comunicación no violenta’, del psicólogo norteamericano Marshall Rosenberg. “Este sistema ayuda a defender nuestros intereses respetando a la otra parte y velando por mantener la relación desde un plano de igualdad. Ni desde la agresividad que impone ni desde la pasividad que cede. Supone hablar y escuchar”, explica Peñalver.
Por Montse Mateos  from Expansion.com  9/08/2011

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