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A mediados de octubre, los bonos en euros del fabricante estadounidense de blue jeans Levi Strauss se transaban con un descuento de 11% respecto de su equivalente en dólares.
La crisis de la deuda soberana ha hecho que la mayoría de los inversionistas salga huyendo a toda velocidad de Europa. Pero el pánico de algunos es una oportunidad de compra para otros: algunos intrépidos gestores de fondos están aprovechando para comprar bonos de empresas del Viejo Continente a precios de liquidación.
Los bonos chatarra de algunas empresas europeas son una opción, mientras que algunos prefieren sacar partido de las crecientes diferencias de precio entre la deuda europea y estadounidense de empresas multinacionales como Levi Strauss y Hertz Global Holdings. Los más osados aseguran que los bonos de los bancos griegos pueden resultar un negocio redondo.
"Esta clase de oportunidad sólo se produce de vez en cuando", afirma Ming Shao, director de DuPont Capital Management, que administra unos US$10.000 millones en inversiones de renta fija, en su mayor parte para su matriz, el gigante químico DuPont.
Shao dice que los precios de los bonos cayeron tanto en octubre que compró deuda de empresas europeas, principalmente bonos garantizados por los activos de las compañías y bonos de conglomerados internacionales denominados en euros.
Shao, experimentado operador de bonos hipotecarios, también acaba de adquirir deuda de bancos griegos respaldada por créditos hipotecarios, lo que se conoce como bonos cubiertos, a 60 centavos por dólar. Se trata de inversiones consideradas seguras, puesto que son respaldadas por hipotecas y garantizadas por los bancos.
Shao ha aumentado la exposición de DuPont a los bonos europeos en cerca de 5% desde septiembre y cree que la reciente ola de ventas en los mercados de crédito es parecida a las de 1998, 2003 y 2008 que terminaron siendo una buena oportunidad para comprar.
La principal razón que lleva a estos inversionistas a comprar activos europeos, a pesar del riesgo de que el continente caiga en recesión o una economía grande se declare en cesación de pagos, es que están en busca de inversiones que brinden algún retorno.
En momentos en que las tasas de interés en EE.UU. están en un mínimo histórico, los inversionistas están dispuestos a asumir un mayor riesgo con tal de obtener retornos más altos.
La demanda de los inversionistas es tan robusta que algunas empresas europeas están emitiendo nuevos bonos basura, es decir con calificaciones inferiores a las de grado de inversión.
El hecho de que empresas puedan siquiera colocar deuda basura demuestra que los inversionistas distinguen la suerte de los gobiernos de la de las compañías.
Por ejemplo, el fabricante francés de autopartes Faurecia recaudó el jueves 300 millones de euros, unos US$415 millones, mediante la emisión de bonos chatarra. La deuda paga un interés anual de 9,5%.
"Sabíamos que algunos experimentados inversionistas en deuda de alto rendimiento tenían efectivo a su disposición", explica Youssef Klat, director de inversiones de alto rendimiento de Credit Agricole CIB, que orquestó la colocación de la deuda de Faurecia, que tuvo lugar la semana pasada, en medio de las preocupaciones acerca de la realización de un referéndum en Grecia.
El operador sueco de cable Com Hem, por su parte, esta tratando de recaudar 287 millones de euros en una emisión de bonos.
Los fondos serán utilizados para ayudar a financiar la compra apalancada de la empresa por parte de Carlyle Group. De fructificar, se trataría de la primera colocación de deuda triple C, una de las notas más bajas, desde mayo. Voceros de Faurecia y Com Hem no hicieron comentarios para este artículo.
No todos los inversionistas están convencidos de que los precios de los bonos han tocado fondo. Algunos todavía esperan una mejor oportunidad y prevén que el panorama será aún más atractivo en 2012 conforme la crisis de la deuda europea prosiga.
Jame Donath, gestor de portafolio para Karsch Global Credit, confiesa que está comprando ahora, pese a que sospecha que habrá mejores precios en el futuro.
A mediados de año, los inversionistas no sólo se desprendieron de deuda de firmas europeas. También vendieron bonos denominados en euros de varias multinacionales, lo que generó una brecha inusual entre esa deuda y la de las mismas compañías en dólares.
A mediados de octubre, por ejemplo, los bonos en euros del fabricante estadounidense de blue jeans Levi Strauss se transaban con un descuento de 11% respecto de su equivalente en dólares, señala Sherif Hamid, estratega de Barclays PLC.
Por MATT WIRZ from Wall Street Journal 06/11/2011
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