Foto por Getty from BBC.co.uk
Todos sabemos que el petróleo cuesta mucho dinero pero pocos sabemos por qué y quién se beneficia.
El costo del petróleo y el diésel se puede desglosar de una manera bastante precisa e inmediatamente es obvio que en varios países el beneficiario principal es el gobierno.
Aparte de los impuestos, el otro gran componente del precio del petróleo es... pues, el petróleo mismo. Es decir, el que los minoristas pagan por el combustible que encontramos en la gasolinería.
Ese precio sale del costo del petróleo y el costo de refinarlo para que pueda ser usado en su auto.
Pero ese proceso de refinado representa una porción muy baja del precio de un litro de gasolina, así que lo que queda es el costo del petróleo, que es donde las cosas se complican un poco.
Gran variación
El precio de un barril de petróleo en el mercado abierto está bien documentado (en el momento es de alrededor de US$115 por un barril de crudo Brent), pero cómo se desglosa esa cifra en las partes que la componen es más difícil de determinar.
Los cínicos dirían que eso se debe a que intereses particulares de la industria del petróleo no quieren que sepamos. Pero al profundizar un poco en el costo de la producción del petróleo, y no en su precio, esa visión parece un poco simplista.
Una de las principales razones de la falta de transparencia es sencillamente que no hay un barril de petróleo estándar: el costo de producirlos varía muchísimo dependiendo de en cuál de los miles de campos petroleros que hay en el mundo se extrajo.
Por ejemplo, en Arabia Saudita extraer de la tierra un barril cuesta unos US$2 - US$3, mientras que un barril sacado de las arenas de alquitrán en Canadá puede costar más de US$60.
En cualquier caso, esto no representa de ninguna manera lo que le cuesta a las compañías petroleras producir el oro negro.
Primero lo tienen que encontrar, lo que representa notablemente poco del gasto en la producción, a pesar del hecho de que están teniendo que buscar más lejos y en más lugares, debido a la disminución de suministros en las fuentes tradicionales.
Por ejemplo, instalar un pozo de exploración en aguas profundas puede costar entre US$100 millones y US$200 millones, y sólo tiene un chance en cuatro de éxito en promedio, según Robert Plummer, analista del grupo de investigación de energía global Wood Mackenzie.
Luego tienen que alquilar la tierra en la que quieren hacer las perforaciones, obtener los derechos para hacerlo, evaluar las reservas a las que están accediendo, arrendar la torre petrolera y organizar los oleoductos y los contratos de transporte necesarios para llevar el crudo a la refinería.
Y ese es un proceso largo, que toma unos siete años del descubrimiento a la producción.
Aproximadamente, esto representa un 20% del costo de un barril, pero está subiendo de precio a medida que el petróleo se acaba y las compañías tienen que excavar más profundo en lugares más remotos.
Después, por supuesto, tienen que operar las plataformas, lo que involucra mantener la maquinaria pesada necesaria para bombear el crudo, hacerle seguimiento y administrar las reservas, desbloquear pozos y pagar por los suministros para sus equipos, que necesitan ser bien compensados por lo arriesgado de su trabajo. Eso representa más o menos un 10% del costo del petróleo.
Todo esto nos lleva cerca de lo que cuesta sacar un barril de crudo de la tierra.
Impuestos y ganancias
Pero eso no es el costo del petróleo, pues faltan dos grandes componentes todavía: impuestos y las ganancias de las compañías.
El impuesto a la gasolina es una cuestión complicada -parte es cobrado como un porcentaje de los ingresos, y los aranceles de exportación pueden ser onerosos-, pero una buena porción de la renta pública proviene de gravar los beneficios de las empresas petroleras.
Las tasas marginales de impuesto a las ganancias en el Reino Unido, por ejemplo, son del 62%, en Noruega de más del 80% y en otros países alcanza al 90%. Y cuando las ganancias aumentan, la recaudación también, no sólo porque se basan en un porcentaje de los ingresos, sino también porque los gobiernos pueden subir la tasa de impuesto misma.
No obstante, a pesar de que en algunos países los impuestos son altos, este año las firmas petroleras anticipan márgenes de alrededor de 25% del costo total del petróleo, lo cual es espectacular comparado con los estándares de la mayoría de las industrias, aunque esta cifra no incluye los costos financieros.
Sin embargo, esos márgenes varían mucho de un año al otro. Por ejemplo, en 2009 eran de 8%, mientras que en 1998, las compañías petroleras no obtuvieron beneficios.
De hecho, las compañías usan los años buenos para protegerse de los malos, dice Plummer.
Finalmente, entonces, tenemos una idea general de cómo se divide el costo del petróleo.
¿Costo = precio?
Los márgenes de las compañías pueden depender en gran medida del precio del petróleo en el mercado abierto.
La diferencia entre el costo del petróleo y su precio se debe en gran parte a la oferta y demanda, y la especulación de los inversionistas.
Cuando la oferta se contrae, como cuando Libia dejó de producir su crudo de alta calidad a principios de este año, el precio aumenta.
De la misma manera, cuando la demanda se reduce, como durante la recesión golpeó a la mayoría de las economías desarrolladas en 2008, el precio cae.
Y aún más importante es la expectativa del suministro y demanda futura lo que controla el precio.
Finalmente, está el impacto de los especuladores, que es casi imposible de cuantificar, pero muchas organizaciones piensan que los inversores juegan un rol cada vez más importante en la determinación del precio del barril.
Pero sean los especuladores, inversores, gobiernos o firmas petroleras las que se benefician del alto costo del petróleo, una cosa es segura: son los consumidores los que invariablemente terminan perdiendo.
Por Richard Anderson y Damian Kahya from BBC 12/11/2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.