Es un lavadero de autos muy particular. Aguantando temperaturas
de 46 grados centígrados, las tropas británicas usan mangueras a presión para
lavar el polvo de Afganistán de los vehículos blindados que fueron llevados allá
a través de los años.
Y no es solo el polvo.
Cualquier bicho que pueda colarse en el equipo estacionado en la base
británica "Bastion" de la provincia afgana de Helmand debe ser removido para que
el equipo pueda ser devuelto a Reino Unido, bajo las estrictas leyes ambientales
del país.
La teniente coronel Suzi Donoghue es la comandante de un grupo de logística
con 550 efectivos.
"Toda la mugre tiene que salir para que los vehículos cumplan los estándares,
y además deben estar libres de explosivos", explica.
Lo que está pasando en la base Bastion y en otras instalaciones británicas en
Helmand desde octubre del año pasado, es uno de los mayores retos para cualquier
fuerza armada: retirarse en orden al final de una campaña.
Reto logístico
Se considera que este es el mayor ejercicio logístico para las fuerzas
armadas británicas desde la Segunda Guerra Mundial.
Ya han regresado 625 vehículos de combate a Reino Unido, y para el final de
las operaciones de combate después de 2014, habrán sido repatriados casi 3.000
vehículos.
Los soldados están recogiendo todo lo que creen que vale la pena rescatar.
Un comité en Reino Unido decide qué se debe dejar abandonado, o entregado en
donación a las fuerzas afganas.
El comodoro John Bassell está a cargo de la mudanza.
Debe asegurar que la operación no interfiera con la capacidad de los 8.000
soldados británicos en Afganistán para pelear o mantenerse.
Los militares todavía necesitan balas, comida, aguas y raciones para los
soldados destacados en las 13 bases que quedan de las 137 originales.
"Es el reto logístico de una generación, tanto en escala como en complejidad,
pues estamos en un país sin costas", asegura, mientras caminamos cerca a un
helicóptero Merlin que ya está empacado y listo para ser almacenado en un avion
C17 que lo llevará de vuelta a Reino Unido luego de 4 años acá.
Por tierra y por mar
Reino Unido, al igual que otras fuerzas de la OTAN, tiene varias opciones de
rutas para retirar el equipo.
El material que tiene más valor militar, como los vehículos blindados, es
enviado por aire al Golfo Pérsico en un vuelo de dos horas y media, y de ahí es
transportado por mar.
Es una ruta segura y confiable.
Pero otras provisiones y equipo menos valioso son llevados por vía terrestre
hasta el puerto paquistaní de Karachi.
Otra ruta terrestre va por Uzbekistán hasta Riga en Letonia, de donde se
embarca a Reino Unido.
El viaje en avión del helicóptero Merlin hasta tierras británicas toma 10
horas.
En total, la reubicación debe costar cerca de US$450 millones, después de más
de una década de presencia británica en Afganistán.
Sin basura
Reino Unido también empleó una firma privada de logística, Agility. El
contrato es administrado por un excomandante del cuerpo de logística del
ejército, Chris Murray, quien se encarga de ayudar a que el precio obtenido por
la venta de cualquier equipo militar sea el mejor.
"La lección clave cuando salimos de Bosnia es que uno debe empezar a pensar
en cómo sacar el equipo desde el día que llega".
"Si traes equipo, tienes que empezar a planear sobre cómo lo vas a sacar",
asegura.
"La geografía aquí significa que fue muy difícil traer todo el equipo. Mucho
llegó por aire o por una línea de aprovisionamiento tortuosa y peligrosa. Mucho
va a tener que salir de la misma manera".
"Ya que es tan lejos de casa y no tiene costas, es muy, muy caro mover las
cosas. Así que la lección es: no lleves basura de regreso a casa".
Caroline Wyatt Corresponsal de Defensa, BBC Última actualización: Sábado, 13 de julio de 2013
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