Las semanas pasan sin que Constantinos Mentzis, el dueño de una taberna en
Nicosia, visite la sucursal de su banco. No hay razón de ir, dice, pues los
bancos en Chipre en gran parte han dejado de operar y los negocios pequeños como
el suyo operan con puro efectivo.
"Mi carnicero tiene que pagarle a su proveedor de inmediato, por eso me ha
dicho que no tiene otra opción que pedir el pago de la carne que recibo de él al
momento de la entrega. Procuro trabajar lo más que pueda con efectivo. De todos
modos, ya no hay crédito", apunta.
Más de cinco meses después que Chipre acordara recibir un rescate
internacional de 10.000 millones de euros (US$13.000 millones) para evitar un
colapso financiero, 90% de los depósitos en el mayor prestamista del país, el
Banco de Chipre, se encuentran congelados mientras este atraviesa por una
caótica reestructuración. Los controles de capital cercan al país del resto de
la zona euro.
La restructuración del Banco de Chipre fue una condición del acuerdo firmado
en marzo con otros gobiernos de la zona euro y el Fondo Monetario Internacional.
Por primera vez en los rescates de la eurozona, se impusieron fuertes pérdidas a
las personas con grandes depósitos bancarios, y además el gobierno ha sido
obligado a reducir su déficit presupuestario y suspender al segundo banco del
país, Laiki, conocido como Banco Popular de Chipre fuera de la isla.
Ahora, la economía parece estar hundiéndose con mucha mayor rapidez que la
contracción de 8,7% que sus acreedores pronosticaron para este año.
Se han multiplicado las tiendas vacías en las avenidas comerciales de
Nicosia, la capital del país. El desempleo se está disparando y decenas de miles
de empresas como la de Mentzis viven en la incertidumbre. Eso aumenta la
probabilidad de que Chipre no cumpla con los objetivos de presupuesto y
reducción de su deuda que son requisitos del rescate; además, podría necesitar
una ayuda adicional.
"Esto sigue siendo un programa de 'suspensión de la incredulidad'", dice
Gabriel Sterne de Exotix, una firma de asesoría de fondos de cobertura. "No
creemos que la deuda pública sea sostenible; creemos que las suposiciones
económicas y fiscales del programa son demasiado optimistas".
Sterne pronostica una contracción de 15% este año, que sería la más
pronunciada en la historia del país durante un período de paz. El Producto
Interno Bruto ya se ha reducido 4,8% en el primer trimestre del año comparado
con 2012, y 5,4% en el segundo período, según Eurostat, el servicio de
estadísticas de la Unión Europea.
La crisis está afectando incluso a las empresas más grandes de la isla.
Enfrentando un mercado de construcción en colapso y una acumulación de
pérdidas financieras en el país, Tony Antoniou, presidente ejecutivo de
Vassiliko Cements, espera exportar más a mercados alrededor del Mediterráneo,
como Egipto, Libia, Argelia e Israel. "Ellos aportan efectivo", apunta.
En el país, las ventas de cemento son solo un cuarto de lo que eran en 2008,
su mejor año, y Antoniou ha estado recortando costos lo más posible. La empresa
redujo su fuerza laboral por la mitad, a 170, en los dos últimos meses y
Antoniou dice que las futuras contrataciones serán ingenieros egresados, con
contratos a nueve meses, a 900 euros mensuales.
Christopher Pissarides, un ganador del premio Nobel y jefe del consejo de
asesores económicos del gobierno, reconoce que la economía está descendiendo más
rápido de lo previsto.
Señala que el problema principal es la "gran incertidumbre que rodea al Banco
de Chipre", que tras fusionarse con lo que queda de Laiki ahora posee
aproximadamente 38% de los activos bancarios del país.
Pese a que la mayoría de los depósitos fueron congelados, muchas personas han
estado retirando lo mayor posible de efectivo del banco. Pissarides calcula que
se retiran unos 30 millones de euros al día. Los dos bancos combinados tenían
24.600 millones de euros en depósitos en marzo, antes del rescate.
"Ha habido una enorme pérdida de liquidez en el Banco de Chipre", apuntó. "Si
esto continúa, el Banco de Chipre seguirá el camino de Laiki y eso llevará a un
escenario desastroso".
Según Eurostat, el desempleo fue 17,3% en junio, por encima del pronóstico de
15,5% del acuerdo de rescate. El comercio minorista para los primeros tres meses
del año ya tenía un descenso de 11,1%, un poco por debajo del pronóstico para
todo el año.
Por MICHALIS PERSIANIS,
MATINA STEVIS y ALKMAN GRANITSAS September 5, 2013, 12:02 a.m. ET
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