Le ha costado lo suyo. Pero esta semana, por fin, Barack Obama ha despejado una de las grandes incógnitas que tenía en vilo al mundo económico. Finalmente, el presidente de Estados Unidos se ha decantado por Janet Yellen para relevar a Ben Bernanke al frente de la Reserva Federal (Fed), el banco centra norteamericano. A la espera de que su candidatura sea ratificada por el Senado -un trámite que será más o menos duro en la medida en que se mezcle con la tensión actual sobre el presupuesto federal y el límite de deuda-, resulta conveniente ir conociendo quién es, cómo piensa y qué le espera por delante a una mujer que aspira a ocupar el cargo económico más influyente del mundo financiero.
Casada con un Nobel. Janet Louise Yellen nació el 13 de agosto de 1946. Licenciada en Economía por la Universidad de Brown, se doctoró por Yale en 1971. Como en el caso de Bernanke, Yellen también ha desarrollado una extensa y prolífica carrera académica en centros como Harvard o Berkeley. Para completar el círculo económico en torno a su vida, Yellen está casada con George Akerlof, que fue premio Nobel de Economía en 2001.
A la decimoquinta llega la primera mujer. En diciembre de 2013 la Fed cumplirá 100 años. En este periodo, ha visto pasar 14 presidentes distintos. Y todos ellos han sido hombres. Por este motivo, la designación de Yellen también contiene un fuerte componente simbólico. El de los bancos centrales ha sido un mundo muy masculino. Pero esta realidad está cambiando en 2013. En junio de este año, Elvira nabiollina fue nombrada gobernadora del Banco de Rusia; y ahora Yellen va camino de convertirse en la primera presidenta de la Reserva Federal. O lo que es lo mismo: aspira a convertirse en la voz con más capacidad de influencia de todo el mundo sobre los mercados financieros.
Desde el 1 de febrero. Si es ratificada, Yellen tomará el relevo de Bernanke el 1 de febrero de 2014. Por delante, tendrá cuatro años, hasta el 31 de enero de 2018, puesto que el mandato de los presidentes de la Fed tiene una vigencia de cuatro años. La primera reunión del Comité Federal del Mercado Abierto (CFMA), el órgano de la Fed que define la política monetaria en EEUU, presidida por Yellen se celebrará el 13 de marzo.
Límite: 2024. Para ser presidente de la Fed hay que ser gobernador de la institución; y el mandato propio de cada gobernador tiene un plazo máximo de 14 años. El de Yellen comenzó en 2010 y expirará el 31 de enero de 2024. Es decir, ocurra lo que ocurra, como mucho ocupará la presidencia de la Fed durante 10 años.
Un vieja conocida de la casa. Una cosa está clara: nadie tendrá que explicarle a Yellen cómo funciona la Reserva Federal ni cómo lidiar con los poderes públicos estadounidenses. Ya tuvo un fugaz paso como economista en el banco central a finales de los años 70. Años después, fue gobernadora de la Fed entre 1994 y 1997, ocupación que dejó para pasar a ser la principal asesora económica del presidente Bill Clinton entre 1997 y 1999. Entre 2004 y 2010, presidió la Fed de San Francisco, uno de los 12 bancos de distrito que conforman el Sistema de la Reserva Federal. Y a partir de octubre de 2010 ha sido la número 2 de la Fed, por detrás de Bernanke, puesto que desde entonces es la vicepresidenta de la institución monetaria.
¿Parte del problema o de la solución? Para unos, la trayectoria de Yellen constituye su mayor aval para merecer la presidencia de la Fed. Conoce la casa y cómo se mueven los hilos en Washington. Para otros, sin embargo, su carrera supone más bien un obstáculo... porque esa trayectoria demuestra que fue una de las piezas del sistema cuando se cebaron los excesos y los problemas que ahora se siguen purgando. Esta dualidad se refleja en otra de las valoraciones que se hace sobre Yellen. Como en 2007 fue una de las primeras voces de la Fed en advertir de lo que se le venía encima a Estados Unidos, hay quien juzga que anticipó la crisis; otros, en cambio, creen que apenas fue el tuerto en el país de los ciegos. En cualquier caso, los juicios que se hagan sobre ella no podrán pasar por alto que ella ya ocupaba puestos de responsabilidad en el banco central estadounidense cuando se sembraron las semillas de la Gran Recesión.
Una 'paloma' para dar continuidad. El pasado miércoles, durante el acto en el que Obama anunció oficialmente la designación de Yellen, ella dejó bien claro que, en estos momentos, si prioridad consiste en afianzar la aún endeble recuperación del mercado laboral. Aunque el paro, que llegó a subir hasta el 10% en 2009, ha bajado en los últimos meses hasta el 7,3%, se encuentra todavía alto para los estándares habituales en EEUU. Como muestra, la tasa de desempleo media en el último medio siglo se limita al 6,1%. Estos datos y esa declaración de intenciones manifestada ya por Yellen certifica lo que se esperaba: la actual vicepresidenta ya ha sido una aliada clave de Bernanke a la hora de poner en marcha las medidas anticrisis más extraordinarias y, ahora que pasará a ser la que manda, no variará su postura. Representará, por tanto, una línea continuista con la actual estrategia, puesto que Bernanke ya situó al mercado laboral como el elemento prioritario de su política en 2012. Al mismo tiempo, su preocupación por el desempleo confirma la impresión que se tiene de ella. Yellen es vista como una paloma, sobrenombre que reciben los banqueros centrales menos beligerantes con la inflación y más proclives a bajar los tipos de interés que a subirlos.
La cuadratura del círculo monetario. Desde esa perspectiva, Yellen afrontará desde febrero un desafío titánico; posiblemente, uno de los más grandes que jamás ha encarado un presidente de la Fed. Algo así como una cuadratura del círculo, pues deberá casar su pretensión de afianzar la recuperación de la economía y el empleo con la necesidad de ir retirando los estímulos para evitar que estos alimenten nuevos desequilibrios y excesos financieros. Dicho de otro modo: si se precipita a la hora de reducir la asistencia monetaria, podría arruinar la reactivación económica; por el contrario, si actúa tarde, correría el riesgo de inflar nuevas burbujas.
Generadora de consensos. Además de sus conocimientos económicos y la experiencia adquirida en la Fed durante estos años, Yellen deberá recurrir a otra de las cualidades que se le atribuyen: su capacidad para tejer consensos. Sin duda,resultará clave que la aplique para acometer la responsabilidad que tiene por delante. Yellen deberá reunir el mayor apoyo posible dentro del CFMA para trasladar a los mercados financieros y a la opinión pública un mensaje claro sobre las actuaciones que lleve a cabo la institución, principalmente a la hora de retirar los actuales estímulos.
Pedro Calvo
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