El primer esbozo de un plan de política económica del presidente Xi
Jinping un año después de asumir las riendas de China señala que las fuerzas
del mercado jugarán un papel "decisivo", pero también insiste en que el control
del Partido Comunista debe mantenerse fuerte, una contradicción que en lugar de
dar un rumbo claro dio indicios de un camino difícil para las futuras reformas
económicas.
La reunión de cuatro días de los principales líderes comunistas de China que
concluyó ayer se había anticipado durante meses como un momento clave para la
reforma. Se preveía la presentación de un plan para transformar la economía
china, con el objetivo de que dependa más de la demanda interna y menos de las
exportaciones y las inversiones públicas.
Pero en lugar de alejarse de la típica jerga política, la reunión concluyó
con un comunicado redactado de manera difusa, con pocos detalles concretos y
abundantes lemas que dejaron tanto a los economistas como a los chinos comunes y
corrientes con dudas sobre el compromiso de las autoridades con el cambio y
sobre su capacidad para implementar las reformas.
El comunicado hizo un llamado a menos restricciones a la inversión, más
derechos para los agricultores y un sistema más transparente para la recaudación
de impuestos y gastos del gobierno, temas en que los economistas concuerdan que
China necesita reformas. Pero en vez de planes concretos, enfatizó de manera
ambigua la necesidad de "alentar, respaldar y guiar" el sector privado, aunque
al mismo tiempo reafirmaba "el papel principal de la economía estatal".
Se anticipa un documento más completo en los próximos días, lo que podría
ayudar a reducir parte de la confusión.
Hay mucho en juego: China afronta una economía en proceso de maduración, una
población que envejece, una deuda creciente y una corrupción endémica que
incluso los principales líderes reconocen que podría representar una amenaza a
su poder. Estos factores podrían poner trabas a esta economía que, cuando
Estados Unidos y Europa empezaron a mostrar señales de debilidad, asumió un rol
como motor de crecimiento global. América Latina se benefició durante años de su
apetito insaciable de materias primas.
Los líderes chinos han advertido desde hace años que el cambio es necesario
para asegurar que China siga creciendo a un ritmo saludable y distribuya los
beneficios de manera más igualitaria.
Por ahora, el comunicado deja vislumbrar cuáles son las prioridades del
liderazgo y los desafíos que enfrenta para llevarlas a cabo.
El documento demuestra "una intención por parte del nuevo liderazgo de
acelerar la reforma y eso es bueno", afirmó David Dollar, un académico del
centro de estudios Brookings Institution. "Sin embargo, los titulares también
sugieren que ha habido varios compromisos entre distintos grupos de interés. Por
tanto, hay algo de inconsistencia en el mensaje".
El comunicado refleja meses de trabajo de ministerios, centros de estudios y
académicos para crear un plan para remodelar la economía china, bajo la batuta
de uno de los asesores más experimentados de Xi, Liu He. Esto elevaba las
expectativas de que el partido estaría listo para abordar algunos de los
problemas más apremiantes de China. Las autoridades también han sugerido que la
desaceleración económica del país brinda una oportunidad para recalibrar la
economía, para que dependa más de los consumidores y menos de las exportaciones
y el gasto público.
Pero en los últimos cuatro meses, la economía había repuntado ligeramente,
calmando los temores de una crisis y reduciendo la presión sobre los líderes
para que tomen medidas políticamente duras. Cualquier cambio significativo en la
política económica también afronta la resistencia de las instituciones que se
benefician del sistema actual.
"Esta era una oportunidad para el partido para delinear una visión clara
sobre hacia dónde se dirige el país", dijo Mark Williams, economista de Capital
Economics. "Si hubieran logrado hacer eso, creo que habría tenido un gran
impacto sobre el comportamiento de las autoridades, pero no creo que hayan
recibido una dirección clara".
"El tema clave es lidiar con la relación entre el gobierno y el mercado, para
que el mercado juegue un papel decisivo en la distribución de recursos", indica
el comunicado. Pero incluso en esto, el documento es ambiguo. Más de 30 años
después de que China empezara a alejarse de una economía planificada, el
documento no utilizó ni una vez las palabras "sector privado". En su lugar, hizo
referencias a "una economía de propiedad no estatal", dejando entrever la
reticencia de algunos miembros del partido a abrirse al sector privado.
"La implicación parece ser que las fuerzas del mercado recibirán más libertad
pero dentro de parámetros estrictamente definidos", explica Eswar Prasad,
economista de la Universidad de Cornell.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.