Hasta no hace mucho, Batista era la imagen del éxito.
Eike Batista, el empresario brasileño que soñaba con ser el
hombre más rico del mundo, sumó un nuevo capítulo al asombroso derrumbe de su
imperio con un pedido de protección de bancarrota para la petrolera OGX, buque
insignia de su grupo.
La solicitud de la empresa a la justicia brasileña fue realizada este
miércoles, un día después que anunciara el fracaso de las negociaciones con
tenedores de bonos para reestructurar una deuda de US$3.600 millones.
Especialistas sostienen que esta podría ser una de las mayores quiebras
corporativas en la historia de América Latina, si no la mayor.
Y algunos advierten que tal vez sea un golpe demasiado duro para el grupo
empresarial de energía y minería con el que Batista se convirtió en el hombre
más rico de Brasil y octavo del mundo, antes de perder más de US$30.000 millones
de su fortuna personal en año y medio.
"El problema de Eike Batista, que alguna vez era visto como una solución, era
que sus empresas tienen una interconexión muy grande", dijo Luciano Losekann,
jefe del Departamento de Economía de la Universidad Federal Fluminense
(UFF).
"Un fracaso de OGX puede contaminar todas esas inversiones y tener una
multiplicación devastadora en el grupo", agregó el experto, en diálogo con BBC
Mundo.
Cambio de vientos
OGX fue creada en 2007 y llegó a ser vista como una especie de versión
privada de la estatal Petrobras y más pequeña, favoreciéndose del entusiasmo que
causaron los hallazgos de enormes yacimientos de petróleo en la costa atlántica
de Brasil.
Su valor de mercado superaba los US$40.000 millones a fines de 2010. Y
Batista, amante de las lanchas deportivas que estuvo casado con una mujer que
modeló para Playboy, pasó a ser sinónimo de éxito.
Pero en una señal de cómo cambió aquel panorama, OGX falló en pagar en fecha
el 1º de octubre US$45 millones en intereses de deuda y comenzaron a correr 30
días para que lograra un acuerdo con sus acreedores. El plazo vence este jueves.
Si es admitido el pedido de protección judicial que presentó ante la justicia
de Río de Janeiro, donde OGX tiene su sede, la empresa tendrá 60 días para
presentar un plan de reestructuración que los acreedores luego pueden aceptar o
rechazar.
Si fuera rechazado, la empresa entraría en quiebra.
Un acuerdo entre empresa y acreedores se ha logrado en menos de un cuarto de
los casos de protección presentados ante la justicia brasileña desde 2005,
informó el diario O Estado de Sao Paulo.
En su pedido de protección judicial, la empresa declaró que su deuda
consolidada asciende a 11.200 millones de reales (cerca de US$5.100 millones)
que incluyen los bonos en el mercado internacional.
Las acciones de OGX se desmoronaron este miércoles un 26% en la bolsa de Sao
Paulo, que cerró en rojo por segundo día consecutivo.
"Bendecido"
Los problemas de OGX y del imperio Batista asomaron el año pasado con el
anuncio de que su producción sería bastante menor a lo esperado.
Los inversores comenzaron a sospechar que podría haber problemas para que la
empresa cumpliera con sus compromisos financieros y OGX perdió rápidamente valor
de mercado.
La situación se agravó este año cuando la firma admitió que podía interrumpir
en 2014 la producción de petróleo en el campo de Tubarão Azul, ante dificultades
que habían surgido.
La caída de cerca de 90% del valor de las acciones de OGX afectó la confianza
en otras empresas del grupo de Batista, que abarca rubros diversos como puertos,
minería y energía.
Sergio Lazzarini, profesor de estrategia en la escuela de negocios Insper de
Sao Paulo, sostuvo que Batista fue "exagerado en todos los sentidos" y se
sobreestimaron los resultados sin bases sólidas.
"El mayor atributo de los emprendedores es ser optimista por definición, pero
aquí hubo demasiado", indicó Lazzarini recientemente a BBC Mundo.
Sin embargo, Batista dijo que creyó en su proyecto, durante una entrevista
publicada en septiembre en el diario The Wall Street Journal.
"Viviendo en un país que tiene aquellos descubrimientos de petróleo
gigantescos, ¿por qué yo no podía haber sido bendecido con uno de ellos?",
interrogó el empresario, que en noviembre cumplirá 57 años.
Ahora muchos se preguntan hasta qué punto sus problemas afectarán a más
firmas en la mayor economía latinoamericana."El fracaso de OGX crea una duda
sobre la viabilidad de otras empresas nacionales en el área de petróleo",
sostuvo Losekann.
Gerardo Lissardy BBC Mundo, Brasil Última actualización: Jueves, 31 de octubre de 2013
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