Apple tiene reservas por US$140.000 millones.
A mitad de año, como viene sucediendo desde el estallido financiero, organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y centros de estudios económicos han rebajado los vaticinios económicos: el relativo optimismo de principios de año no resiste el embate de la realidad"
La eurozona navega entre el estancamiento y la deflación, Estados Unidos no ha recuperado el terreno perdido durante la "Gran Recesión", en Japón se agota el impulso reactivador de la "Abenomics", China crece menos que lo esperado y en América Latina la Cepal ha reducido las expectativas económicas para este año.
En otras palabras: la economía mundial no termina de salir de la crisis económica y financiera de 2008-2009.
No es por falta de dinero. Según un cálculo de la consultora corporativa Thompson Reuters las 5.100 corporaciones más grandes del mundo tienen una reserva combinada de unos US$5.700 billones, equivalentes a alrededor de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) anual de Estados Unidos.
A una conclusión similar llegó otro estudio, de la consultora británica Deloitte, con un universo más restringido de 1.000 compañías.
En concreto, las compañías no invierten o reinvierten. Y según el director global de Fusiones de Deloitte, Sriram Prakash, el problema es que las corporaciones están a la expectativa de la marcha económica mundial.
"La intervención del Estado ya ha hecho todo lo que podía para que la economía global se recuperara. Es la hora del sector corporativo. El problema es que en los últimos cinco años el crecimiento económico mundial ha sido muy lento y el sector está esperando mejores noticias que no terminan de llegar, en parte porque las mismas corporaciones no invierten, esperando la llegada de buenas noticias", indicó a BBC Mundo.
Nadando en dinero
Las multinacionales estadounidenses encabezan la tabla corporativa global, con reservas de alrededor de US$2 billones.
Apple es el líder, con unos US$140.000 millones, seguido por Microsoft con US$83.000 millones y Google con US$59.000 millones.
Si se suman las reservas de estas tres compañías se obtiene la friolera de US$282.000 millones, superior al PIB de un país como Chile.
Por su parte, las 100 compañías de mayor cotización en la bolsa de Londres tienen unos US$85.000 millones a su disposición, con la farmacéutica Astra Zeneca y la minera Anglo American a la cabeza (reserva combinada de casi US$16.000 millones).
Estas reservas no forman parte de complejos balances contables sino que se componen de efectivo y deuda a corto plazo, es decir que son de inmediata disponibilidad.
Según Deloitte, uno de los problemas es que los fondos están concentrados en muy pocas manos.
"De las 1.000 compañías que examinamos un 32% acumulaba un 81% de las reservas totales. Es un número reducido muy concentrado en Estados Unidos y en el sector tecnológico y en el de telecomunicaciones. En gran medida todo depende de lo que decida la estrategia empresarial de unas pocas compañías", señala Sriram Prakash.
¿Qué hacer con miles de millones?
El dinero de una compañía no puede quedarse quieto porque se desvaloriza.
Una opción que tienen las corporaciones es mejorar su competitividad con una mayor inversión en la propia compañía o por medio de fusiones y adquisiciones que potencien sus posibilidades.
Una segunda alternativa es el pago de dividendos a los accionistas de la compañía.
Sin embargo, desde el estallido financiero de 2008, la mayoría de las corporaciones se ha inclinado por una tercera opción: el pago de la deuda contraída.
A diferencia del sector financiero que se ha seguido comportando con la audacia especulativa del pasado, la crisis 2008-2009 generó un reflejo conservador en las compañías no financieras que prefirieron equilibrar sus balances a correr nuevos riesgos.
Esta conducta "conservadora" ha impactado negativamente en ese pilar esencial del capitalismo: la inversión privada.
"Esta prudencia financiera fue positiva en un primer momento, pero ahora debería haber una nueva estrategia para aprovechar las oportunidades de crecimiento", apunta Prakash.
El gran enigma
Es posible que los vientos estén cambiando.
En una reciente encuesta de gerentes de fondos realizada por Bank of America Merrill Lynch la mayoría se inclinaba por la reinversión de ganancias.
Este aparente cambio de estrategia se refleja en el aumento del número de fusiones y adquisiciones, que crecieron en un 127% hasta superar los US$880.000 millones este año.
"Esto parece indicar que hay una mayor disposición para adoptar riesgos que antes", subraya Prakash.
Para tomar riesgos hay que tener una omnipotente inconsciencia (conducta presente en el sector financiero) o la suficiente confianza en que las oportunidades de ganancias son mayores que los peligros de pérdidas.
A mitad de año, como viene sucediendo desde el estallido financiero, organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y centros de estudios económicos han rebajado los vaticinios económicos: el relativo optimismo de principios de año no resiste el embate de la realidad.
"Es uno de los peligros, porque termina convirtiéndose en el círculo vicioso de las profecías autocumplidas. No se invierte porque la percepción que hay no inspira confianza y así se daña el crecimiento económico, lo que termina confirmando la falta de confianza. Es hora que el sector corporativo tome la iniciativa para salir de ese círculo vicioso", indicó Prakash a BBC Mundo.
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