Una de las preguntas más importantes que se hacen los economistas sobre el colapso de los precios del petróleo es si fue impulsado por la oferta o la demanda.
Si la caída del precio fue causada por una mayor oferta, entonces son buenas noticias para la economía ya que los precios cayeron simplemente porque el petróleo está disponible en cantidades más abundantes. Si los precios cayeron porque la demanda era débil, serían malas noticias, que darían señales de que los pilares de la economía se están deteriorando.
En su Perspectiva Económica Mundial más reciente, economistas del Fondo Monetario Internacional abordaron la pregunta. Su conclusión: comenzó como una historia de malas noticias debido a la demanda, pero se convirtió en una historia de buenas noticias por la oferta.
Hace mucho que está claro para la mayoría de los economistas que tanto oferta como demanda tuvieron algún rol en el bajón de los precios. Las estimaciones de crecimiento económico mundial se desaceleraban mientras la producción petrolera en Estados Unidos tocaba nuevos máximos.
Para desentrañar qué factor fue más importante, el FMI analizó el cambio del precio global de las acciones y del petróleo cada día, e hizo varias asunciones interesantes: si tanto los precios de las acciones como los del petróleo caen, esto sugiere que algo no saludable sucede en la economía, o que la demanda es débil. Si los precios del petróleo caen, pero los precios de las acciones suben, eso sugiere que se ha producido un desarrollo positivo: una mayor oferta de crudo.
El cuadro del FMI, arriba, separa el cambio porcentual acumulativo en los precios del petróleo (usando una escala logarítmica), dependiendo de si la caída fue impulsada por la oferta o la demanda.
Desde fines de julio a mediados de octubre de 2014, el enfoque del FMI sugiere que la mayor parte de la caída podría ser atribuida a la demanda. El precio del crudo West Texas Intermediate (WTI, precio de referencia en EE.UU.) cayó desde alrededor de US$105 a unos US$82 en este período. El modelo del FMI dice que este descenso inicial se debió en un 96% a una demanda global más débil.
Pero desde mediados de octubre hasta comienzos de enero, la historia cambió. Los precios del petróleo cayeron desde US$82 a US$50 en este período. En estos meses, la caída fue principalmente impulsada por una mayor oferta. El FMI atribuye 58% de la caída a fines del año pasado a la oferta y sólo 42% a la demanda.
La caída de los precios del petróleo no ha impulsado la actividad económica en la forma en que muchos habían esperado. Pero si el FMI tiene razón, eso podría deberse a que el colapso de los precios del petróleo comenzó siendo una mala noticia, y sólo se convirtió en una buena noticia hacia fin de año.
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