El papa Francisco saluda a sus seguidores mientras luce un collar con los colores nacionales de Ecuador tras su llegada a Quito, el domingo. Jose Miguel Gomez/Reuters
En los dos años que lleva como líder de la Iglesia Católica, el Papa Francisco ha acusado a empresas multinacionales de esquilmar a los países pobres de sus recursos naturales, ha beatificado a un arzobispo salvadoreño asesinado que es ícono de la izquierda latinoamericana y ha criticado al capitalismo sin trabas por promover “ exclusión y desigualdad”.
Estos mensajes parecen extraídos del manual de los líderes populistas de izquierda de América Latina, incluyendo a los de Ecuador y Bolivia, las dos primeras paradas en la gira de una semana del pontífice argentino por tres países sudamericanos, que comenzó el domingo en esta capital andina.
Eso representa un dilema para el Papa, quien en el pasado ha sido crítico de los gobiernos de mano dura en su Argentina natal.
Grupos de derechos humanos y opositores políticos acusan al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y el presidente de Bolivia, Evo Morales, de ser cada vez más autoritarios.
“El Papa sin dudas es consciente de estas preocupaciones y deberá navegar un paisaje complejo”, dijo Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un centro de investigación en Washington.
Aunque el pontífice no ha evitado criticar el tratamiento abusivo del medio ambiente por parte de la humanidad o la teoría del efecto de goteo (según la cual el crecimiento generado por las ganancias de las grandes empresas termina llegando a toda la sociedad), no está claro si tocará el tema de las libertades civiles cuando se reúna con Correa el lunes en el palacio de Carondelet o el miércoles con Morales en La Paz, Bolivia. También visitará Paraguay, donde llegará el viernes y se reunirá, entre otros, con la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Los que conocen a Francisco dicen que no tiene una ideología política. Pero [en su anterior función como arzobispo de Buenos Aires] en su país natal, Jorge Bergoglio mostró un malestar con el estilo de gobierno del presidente Néstor Kirchner, que llegó al poder en 2003, y de su esposa Cristina Fernández, que lo sucedió en 2007.
En 2004, en un sermón al que asistió la pareja, el futuro Papa criticó su abrasivo estilo político y su acumulación de poder, diciendo que “negar los límites, bastardear o eliminar las instituciones, son parte de una larga lista de estratagemas con las que la mediocridad se encubre y protege”.
“El Papa entiende la realidad de lo que ocurre acá”, dijo César Pérez, alto editor del diario ecuatoriano El Universo, que ha enfrentado demandas y otras acciones del gobierno por su crítica de Correa. Pérez cree que el Papa podría hablar acerca de terminar con las divisiones, por las que los opositores de Correa culpan al gobierno.
“[Francisco] tiene una linda oportunidad, ojalá la utilice”, dijo Pérez.
Tierra de marcadas desigualdades, América Latina fue testigo del triunfo electoral de varios líderes populistas izquierdistas que prometieron amplios cambios desde 1998. Gracias al auge global de las materias primas y a una intención de expandir la riqueza, la pobreza se redujo desde Brasil a Argentina y Venezuela.
Pero la reciente y fuerte caída en los precios de las materias primas —junto con la corrupción y la mala gestión, según economistas— ha llevado a una crisis económica, que se siente de forma más aguda en Venezuela.
En Ecuador, donde Correa prometió una “Revolución ciudadana”, cientos de miles de manifestantes han salido a las calles para protestar contra de su propuesta de aumentar los impuestos sobre la herencia y para descargar sus frustraciones por su estilo de gobierno. La tasa de aprobación de Correa, que se había ubicado alrededor de 60% durante la mayor parte de su mandato, ha estado cayendo y fue de 46% en junio, según Cedatos Gallup International.
“Los ecuatorianos estamos cansados de ocho años de agresiones y persecución a quienes piensan distinto”, dijo Ana Trejo, de 48 años, un ama de casa de Quito.
El gobierno de Correa ha promovido leyes que dan al Estado un amplio margen para desafiar a los medios, y funcionarios han presentado demandas contra periodistas. El presidente también ha enfurecido a grupos indígenas al permitir la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní, en la Amazonia. Los críticos dicen que los opositores tienen poco margen de maniobra porque el partido oficialista, Alianza País, tiene un dominio absoluto sobre el poder judicial y el Congreso.
“La situación es deplorable”, dijo Ruth Hidalgo, directora ejecutiva de Participación Ciudadana, un grupo que lleva cuenta del gasto público y la transparencia. Correa llamó a Hidalgo espía de la CIA en la televisión estatal.
Un portavoz del presidente Correa no respondió correos electrónicos y llamadas telefónicas en busca de comentarios.
En Bolivia, Evo Morales enfrentó fuertes críticas después de que su gobierno aprobara permitir la exploración de gas natural en parques nacionales donde viven grupos indígenas.
La respuesta del presidente fue amenazar con expulsar a los grupos extranjeros que defienden al medio ambiente y los indígenas. Ya lo hizo en 2013, cuando ordenó la salida del país de una organización no gubernamental de Dinamarca.
“¿Cómo puede decir el presidente que tiene mucho en común con el Papa en cuanto al medio ambiente?”, dijo Hernán Moreno, de 64 años, un maestro en la ciudad boliviana de Santa Cruz, refiriéndose a las concesiones de Morales a las empresas de energía.
El Papa ha llamado a una reunión el martes en Quito con grupos indígenas, consejos empresariales y el director de El Universo, Pérez.
“Debería haber un pronunciamiento sobre la acumulación del poder, sobre democracia, sobre libertad de expresión”, dijo César Ricaurte, director de Fundamedios, un grupo de defensa de los medios con sede en Quito.
El pontífice fue profundamente influenciado por el peronismo, un movimiento populista lanzado por el ex presidente y hombre fuerte argentino Juan Domingo Perón, que ha hecho llover recursos públicos sobre la clase obrera.
Mantuvo lazos cercanos con los sindicatos argentinos y sus líderes, quienes dicen que el religioso cree que un empleo decente es un aspecto esencial de la dignidad humana.
“La doctrina peronista tiene mucho en común con la doctrina social de la iglesia”, dice Francisco según Sebastián Pfaffen, quien co-escribió una nueva biografía del Papa.
Con este mensaje y su popularidad, los gobiernos aquí han intentado alinearse con el Papa.
Durante una manifestación pro-gubernamental en Guayaquil, los trabajadores estatales desplegaron una pancarta enorme en un edificio con una imagen del Papa y una cita suya elogiando la humildad por sobre las riquezas.
Según críticos, la pancarta sugería que el pontífice estaba apoyando la propuesta impositiva del gobierno. Pero después de una protesta pública, el sábado Correa estuvo de acuerdo con sacar la pancarta, aunque negó que él estuviera tratando de politizar la visita.
“Lo que pasa es que el mensaje del Papa no les gusta a algunos,” dijo Correa.
Lunes, 6 de Julio de 2015 0:02 EDT
http://lat.wsj.com/articles/SB12591449784175704089704581090683597586462?tesla=y
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