Milán
- Centros comerciales convertidos en autenticas atracciones turísticas
Se acercan las Navidades e ir de compras se ha convertido en una de las actividades más habituales para muchos europeos. Tiendas y grandes almacenes se llenan de compradores ávidos por adquirir algún que otro presente con el que obsequiar a familiares y a amigos.
Sin embargo, en ocasiones, lo importante no es hacerse con un objeto, lo que realmente cuenta es el lugar donde se adquiere. Y es que el Viejo Continente puede presumir de atesorar algunos centros comerciales cuya belleza, exclusividad o diseño los han convertido en auténticos templos del shopping , hermosos lugares que, al viajar, merecen ser visitados. ¿Nos acompañas?
Harrods, Londres
Hablar de Harrods es hablar de 90.000 m2 de lujo y glamur en pleno Londres . Convertidas en un auténtico atractivo turístico, las cinco plantas de este centro comercial de Brompton Road, cerca de Hyde Park, ofrecen absolutamente de todo, entre estatuas, fuentes y salas decoradas con diferentes motivos, aunque destacan dos espacios particularmente singulares: la sala egipcia y la conmemorativa de Diana de Gales.
Sus orígenes se remontan a 1834, cuando Charles Henry Harrod abrió una pequeña tienda de comida, pero su historia está plagada de anécdotas -entre ellas un aparatoso incendio-. Considerada la tienda más grande de Europa, con 33 secciones, contó en 1898 con la primera escalera mecánica del mundo, algo que inquietaba a los clientes, a los que el centro fidelizaba a base de brandy.
Galerías Lafayette, París
Aunque pueda parecer increíble, la centenaria cúpula de cristal de las galerías Lafayette es tan fotografiada como dos de los grandes atractivos turísticos parisinos: la torre Eiffel o el museo del Louvre. Y es que cada año pasan por este edificio modernista de diez plantas, situado en el nº 40 del Boulevard Haussmann, alrededor de 30 millones de turistas y compradores.
“Las galerías Lafayette son más que un centro comercial. Reflejan la historia de París”, apunta la historiadora Florence Brachet Champsaur. Inauguradas en 1893 por Alphonse Kahn y Théophile Bader, atrajeron de inmediato la atención de la burguesía de la época, adquiriendo una popularidad que se ha prolongado hasta nuestros días. Sus espectaculares escaparates, las vistas de París desde su azotea y la amplísima oferta de productos -no apta para todos los bolsillos- son algunos de sus reclamos.
Galería Vittorio Emmanuelle II, Milán
Situada junto a la catedral, en la misma plaza, encontramos la galería Vittorio Emmanuelle II, una de las perlas de Milán. Proyectada por el arquitecto Giuseppe Mengoni durante la segunda mitad del siglo XIX, este centro comercial de auténtico lujo nos sirve de paso desde la plaza del Duomo a la de la Scala. Se trata de una auténtica calle cubierta de una bella estructura en forma de cruz, con una cúpula central de hierro y cristal.
Pasear sobre suelos de mármol, comprar en alguna de sus selectas tiendas -entre las que se encuentran establecimientos de los principales diseñadores-, o degustar alguna especialidad local en uno de sus restaurantes de lujo son una auténtica delicia. Sería imperdonable abandonar las galerías sin antes pisar las partes nobles del toro que representa el símbolo de la ciudad y que forma parte del mosaico. Según la tradición, hacerlo nos colmará de suerte.
Galería Saint Hubert, Bruselas
Punto de encuentro de intelectuales y artistas desde mediados del siglo XIX, las elegantes galerías Saint Hubertfueron en su día las primeras galerías comerciales de Europa. Comunican la zona del Teatro de la Monnaie con la Grand Place, es decir, el casco antiguo y la zona más moderna de Bruselas.
En la actualidad, los 200 metros calle de cubierta por una enorme cúpula de cristal continúan albergando lujosos establecimientos con escaparates delicadamente decorados. Entre sus locales figuran sobre todo joyerías, grandes chocolateros, tiendas exclusivas, cafeterías y restaurantes.
Galería Umberto I, Nápoles
Situada en una de las zonas más céntricas de la ciudad, en la vía San Carlo, frente al edificio del Teatro de la Opera, cerca del castillo Nuevo, la galería Umberto I sorprende por su elegancia. Inaugurada durante la última década del siglo XIX, es en realidad una construcción con planta en forma de cruz cubierta por bóvedas de cristal, en cuyo punto más alto alcanza los 56 metros.
De su fachada principal destacan sus esculturas que representan las cuatro estaciones del año y de su interior, unos espectaculares mosaicos del zodíaco instalados en 1959 en sustitución de los originales, destruidos durante la Segunda Guerra Mundial. La galería, que suele ser escenario de conciertos y exposiciones, cuenta con boutiques de moda, restaurantes y cafeterías, que conservan el sabor de antaño.
Zlote Tarasy, Varsovia
Elegante, futurista y original son algunos de los adjetivos que mejor describen el Zlote Tarasy, un centro comercial, de entretenimiento y oficinas situado entre las calles Jana Pawła II y Emilii Plater, en pleno centro de Varsovia. A diferencia de las galerías anteriores, su construcción no supera la década, pero no por ello pierde un ápice de interés.
La firma Jerde Partnership, encargada de su diseño, se inspiró en los tradicionales parques urbanos de la capital, que se salvaron de la destrucción durante la Segunda Guerra Mundial. Por este motivo, está concebido como una prolongación de un parque subterráneo cerrado por una innovadora cubierta acristalada ondulada que pretende recordar un paseo arbolado. Las tiendas, tanto de firmas nacionales como internacionales, se asoman no solo al espacio interior sino también al aire libre.
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