La princesa María Pace Odescalchi. Manuel Zublena y Massimo Listri
Maria Pace Odescalchi habita y regenta el suntuoso palacio familiar, una joya barroca en el corazón de Roma. El edificio, que fue propiedad de cuatro papas, acaba de ser restaurado y se ha abierto al alquiler turístico.
Qué no daría usted por aposentarse y dormir unas noches de ensueño en el mismísimo Umbilicus Mundo (ombligo del mundo a decir de los romanos, kilómetro cero del vasto imperio), en un palacio que fue propiedad de cuatro papas, al cobijo de sus estructuras renacentistas y tras una fachada barroca de Gian Lorenzo Bernini? El Palazzo Odescalchi ha abierto sus puertas el pasado otoño para albergar a quienes tengan el capricho de conocer el arte y la Historia que cobijan sus muros, adaptadas sus estancias, con suma elegancia, al confort del presente. Son seis apartamentos que recorren el patio central y un magnánimo piso principal volcado sobre la plaza de los Santísimos Apóstoles, flanqueada por otros dos palacios, Della Rovere y Colonna, y la iglesia que le da nombre, todo ello de factura renacentista.
La Historia mayúscula que encierra acaba de ser restaurada por su actual propietaria, la princesa Maria Pace Odescalchi (que accidentalmente nació en Suiza pero que se data en Roma, 7 de noviembre de 1970), quien quiere así respetar un legado secular y ofrecer a los demás la posibilidad de vivirlo. Han sido dos años de trabajo, entre artistas, maestros tapiceros, arquitectos de interior y su batuta al frente. La única hija del primogénito de la familia Odescalchi, heredera del título principesco, es una mujer moderna y mundana, comprometida con el cometido histórico y cultural de su herencia. Dedicada al management inmobiliario, que incluye varios palacios y un castillo en Bracciano (carne de couché el castillo porque entre sus murallas contrajeron matrimonio el actor Tom Cruise y Katie Holmes, la hija del magnate de la F1 Bernie Ecclestone y otras celebrities como Eros Ramazzotti), Maria Pace supo cómo hacerlo: "Las exenciones fiscales que concede el Gobierno italiano por preservar la Historia no alcanzan para mantener este patrimonio. Hay que buscar otras vías de financiación, eventos, visitas o el hospedaje de gran lujo".
LA RESTAURACIÓN
No fue sencillo conferir al renacentista palacio el confort de una casa moderna sin perturbar la arquitectura y decoración antiguas, "el resultado es no tener la sensación de que visitas un museo, sino que habitas una casa llena de vida". También la familia de la princesa, su marido y tres hijos, se ha instalado en uno de los seis apartamentos que, además del piano nobile (planta noble)se han restaurado o reubicado dentro del edificio. No escatimaron esfuerzo, tiempo y costes. Instalaron 110 m2 de mármol antiguo romano, utilizaron 70 m2 de damasco de seda Rubelli y San Leucio para confeccionar toda clase de cortinones, y hubieron de ser cuidadosos para introducir aire acondicionado en las estancias. "Lo más complicado fue encontrar la línea de equilibrio entre un museo y un hogar".
Palazzo Odescalchi fue construido en el siglo XVII por encargo de la noble familia Colonna, en concreto, por el cardenal Flavio Chigi, nieto del Papa Alejandro VII. Fue adquirido por los Odescalchi en 1745 y sometido a una ampliación que llevó a cabo el arquitecto de la cercana Fontana di Trevi (Nicola Salvi), a quien se le encomendó el diseño de su recoleto patio central que marca un contrapunto a la grandeur barroca de la fachada principal. Uno de los elementos más preciosos del palazzo es esta su fachada principal a la plaza, obra de Bernini.
Sala de baile. Neobarroco, su decoración se inspira en la del palacio del Quirinale.
Procedentes del negocio bancario en la provincia de Como, los Odescalchi se trasladan a Roma a finales del XVIII, fijando su residencia habitual en este palacio. Al mismo tiempo adquieren el Castillo de Braccino y otras propiedades en la región romana y en el oeste de Hungría, adonde, cuenta Maria Pace, solían ir sus abuelos en temporadas de caza mayor.
De él nos cuenta que pasó la II Guerra Mundial resistiendo a Mussolini, posteriormente al nazismo y a la postre, la invasión soviética; y que al término de la contienda, el palacio fue expropiado por el Gobierno de Italia como pago o compensación a Hungría en los tratados de paz.
La línea genealógica de los Odescalchi se remonta en la provincia de Como alrededor del 1290, donde se les sitúa como empresarios de la baja nobleza, estatus que fue creciendo primero con Pietro Giorgio Odescalchi, obispo de Alejandría a finales del XVI y, posterior y notablemente, con la elección de Benedetto Odescalchi como Papa Inocencio XI, en 1676 y hasta su muerte en 1689. Entonces pasaron de ser banqueros a miembros de la élite nobiliaria. Fue un sobrino nieto de Inocenzio XI quien recibió en 1714 los títulos de príncipe del Santo Imperio Romano y duque de Syrmia, en el reino de Hungría, y la calificación de Serena Majestad.
La relación de la noble familia con la curia vaticana ha sido prolífica. "Mi padre participó en asuntos de la curia, pero ahora ya no tenemos relación directa con el Vaticano". En una sociedad que, aparentemente, ha devenido aconfesional.
Si bien el espíritu barroco se siente nada más poner un pie en el hall de entrada, donde luce el escudo de armas del Papa Inocenzio XI, el viaje a la Historia va in crescendo a medida que uno avanza por su corredor en la planta baja. Su primer comedor está decorado con una monumental pintura de Bernardo Strozzi; a continuación, se abre una estancia en cuyo centro una fuente preciosista emana agua y que completa su grandiosidad con una de las más monumentales chimeneas que puedan verse en Roma (a decir de los expertos), labrada en mármol romano antiguo, como la mayoría de los revestimientos y suelos. Continuamos por la llamada habitación roja, dominada por un retrato de Van Dyck. A lo largo de las estancias se aprecian las obras de arte que en su día se adquirieron para decorar el palacio. Si bien parte de ellas se encuentran cedidas en museos alrededor del mundo, el mobiliario, los objetos, pinturas, esculturas y tapicerías son parte de la decoración original, que cuenta con piezas desde la civilización etrusca a la romana y del Renacimiento al Barroco.
Sala del Venere. Estancia con cama doble, del Rococó romano. Es un modelo para otros palacios barrocos italianos y europeos.
"PIANO NOBILE"
El apartamento o planta noble, que albergó a duques, príncipes y cardenales pero también a reyes, jefes de Estado y Papas, no ha sido reconstruido como un mero espacio de lujo sino como un lugar cargado de Historia. Bajo techos encofrados y entre muros de 6,5 m de altura, se suceden habitaciones decoradas con frescos. Todo combina el poso histórico y artístico con las comodidades de la vida de hoy, así por ejemplo frente a la monumental escalera central no es molesto observar un moderno ascensor. Contrasta la decoración de este piano nobile con las más íntimas y acogedoras habitaciones, salones y estudios que rodean el patio. El primer y noble piso, con cinco ventanas y dos balcones a la plaza de los Santísimos Apóstoles, acoge otras cinco estancias mayores en espacio que Maria Pace ha querido conservar en su distribución original, pensadas para recepciones oficiales.
Y como si de magia se tratara, en este ombligo de la ciudad eterna, hoy turística y ruidosa, el silencio se impone. Entre Vía del Corso y Plaza Venecia, a cinco minutos del epicentro arqueológico y monumental del mundo (Campidoglio, Foro Imperial y Coliseo) es capaz de resguardar su tranquilidad y nobleza del bullicio y el tráfico, su contaminación acústica y aérea. Como un secreto jamás contado.
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Palazzo Odescalchi. Piazza Santi Apostoli, 80. Roma. Precios según duración de la estancia (consultar). palazzo@odescalchi.it; www.uniquepropertiesandevents.com
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Elena Pita @Elenitapita
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