- Este domingo arranca una nueva edición del certamen cinematográfico
De todas las alfombras rojas que año tras año celebra el mundo del cine, la de los Oscars es la más esperada y mediática de todas. Este domingo llega una nueva edición del certamen cinematográfico y a estas alturas la suerte de los nominados está echada.
Al igual que la porra sobre los profesionales de la industria que recibirán estatuilla esta noche, también en cuestión de estilo podemos augurar quién protagonizará los mayores aciertos y desastres de la alfombra roja de los Premios Oscar 2018 echando un vistazo rápido a ediciones pasadas.
Y es que así como los ganadores de cada edición quedan grabados en la historia del cine, también los peores estilismos quedan archivados para la posteridad en el universo de la moda. Estos diez desastres en clave de estilo van más allá de la subjetividad en el gusto de cada uno o las tendencias de cada época y, por ese motivo, se han ganado un hueco en la historia de los peores estilismos jamás vistos en Hollywood.
Según confirmó una encuesta realizada por la cabecera británica Daily Telegraph el vestido que lució Björk en la edición de los Oscars del 2001 se ha convertido en uno de lo más icónicos de la historia del certamen. Sin embargo, que sea uno de los más recordados no lo convierte en una buena elección de vestuario.
La cantante apareció por la alfombra roja con un vestido corto de plumas que simulaba la forma de un cisne. La prenda llevaba incluso una cabeza artificial del animal, que se enrollaba alrededor del cuello, y un huevo como accesorio. El vestido de la islandesa, diseñado por Marjan Pejoski, era más propio de una fiesta de disfraces que de una gala, por lo que las críticas y parodias sobre él no tardaron en llegar.
Sin ir muy lejos, 2015 fue testigo de uno de los peores vestidos de los Oscar. La periodista Willow Bay asistió al certamen cinematográfico con un diseño de Rodarte que pretendía ser un homenaje al universo de Star Wars. El traje asimétrico y con varios tejidos inconexos lucía de manera poco agraciada la ilustración del maestro Yoda en la falda del vestido. Un despropósito estilístico que, de nuevo, no quedó en el olvido.
La actriz Kim Basinger fue la autora de un auténtico crimen estilístico en 2011, cuando lució en los Oscar un diseño propio, asimétrico y de seda blanca, que le hizo parecer sobre el escenario una auténtica tarta de boda.
Faith Hill acudió en 2004 a los Oscars para interpretar sobre el escenario ‘Over the Rainbow’. Parece que la cantante de country quiso interiorizar con todas sus fuerzas el tema y lo plasmo hasta en la alfombra roja con un vestido de Versace con todos los colores del arco iris.
En 2002 Jennifer Conelly ganaba su primer Oscar gracias a su actuación en ‘Una mente maravillosa’. Lo que no fue tan maravilloso esa noche fue el traje con el que recogió su galardón, un vestido color crema con plisados en la falda y escote palabra de honor. El golpe final al look lo propinó con un pañuelo amarillo pastel.
Aunque Kate Winslet suele acertar en este tipo de eventos, sus inicios no fueron tan memorables. En 1996, con tan solo 20 años, la actriz asistió a la Gala de los Oscar con un vestido lila pastel de la firma Vivienne Westwood. Arcaica y demasiado clásica para su edad, el vestido de Winslet parecía sacado del vestuario de Titanic. El toque final del outfit, y que la acabó de hundir, fue un chal fucsia que se daba de patadas con el tono del vestido.
Muchos invitados a los Oscar buscan destacar en la alfombra roja a cualquier precio. En la noche de los Oscar de 1995 la aparición estelar de Lizzy Gardiner con un vestido hecho por completo de tarjetas American Express acaparó los flashes y todas las miradas de la alfombra roja. Dejando de lado la espectacularidad y originalidad de la prenda, el outfit no era adecuado para una gala del calibre de los Oscars.
El vestido -si se le puede llamar así- de Whoopi Goldbergen la Gala de los Oscar de 1993 quedará marcado como uno de los ‘patinazos’ más grandes en estilismo de la historia. La actriz de ‘Ghost’ puso toda la carne en el asador con este diseño falda-pantalón en verde y púrpura y evidentemente salió escaldada.
En 1989, Demi Moore se paseó por la alfombra roja de los Oscars del brazo de Bruce Willis y un diseño creado por ella misma. ¿El resultado? Una auténtica aberración de la moda que se ganó un puesto de altura entre los peores diseños jamás llevados en los Oscar.
Si nos remontamos a la noche de los Oscar de 1987, sin duda el peor vestido de esa edición lo lució Helena Bonham Carter. La actriz ha demostrado edición tras edición su marcado y personal estilo y tras tantos años liderando la lista de peores vestidas sus outfits caen en gracia. Sin embargo, el vestido de ultratumba que se enfundó fue un desastre de proporciones desmedidas.
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