Desigualdad de género El Gobierno de Narendra Modi (abajo) ha hecho públicas por primera vez cifras sobre el aborto selectivo en el país (Ajit Solanki / AP)
- Las familias no quieren hijas ya que ellas pagan la dote cuando se casan y no tienen herencia
En India faltan 63 millones de mujeres porque las familias interrumpen el embarazo cuando saben que esperan a una niña. El aborto selectivo en este país asiático no es novedad pero sí que lo es el gesto del Gobierno de Narendra Modi, que por primera vez ha publicado los datos que revelan el grave desajuste demográfico de este país y la ineficiencia del sistema legal indio, que desde el año 1994 cuenta con una ley que prohíbe (y penaliza con pena de 3 años de prisión) detectar el sexo del feto durante el embarazo.
Según el informe Economic Survey 2017-18, que se ha hecho público recientemente, la ratio natural es que haya 1.050 hombres por cada 1.000 mujeres mientras que en India la relación es de 1.108 por cada 1.000 debido a los abortos selectivos que tienen lugar por todo el país. Además, el estudio revela que en India hay 21 millones de mujeres entre 0 y 25 años que son “indeseadas” por sus familias, es decir, que reciben menos atención que la de los hijos hombres. El informe alerta que “India tiene que combatir esta preferencia masculina que frena el desarrollo normal de la sociedad... y añade que “este fenómeno perjudica a las niñas, que corren el riesgo de disponer de menos recursos a lo largo de su vida”.
El Gobierno dice que hay 21 millones de jóvenes de 0 a 25 años “indeseadas” por sus padres
Raquel Artiles, directora de asuntos de género de Vicente Ferrer, una fundación catalana que cuenta con implantación en el país, explica que “la discriminación se manifiesta en menos recursos en alimentación, educación y sanidad para las chicas, cosa que implica más mortalidad infantil femenina que masculina”. Según Artiles, las causas de esta desigualdad demográfica son diversas aunque la dote es, con diferencia, la más relevante.
“A pesar de estar prohibida por ley desde el año 1961, familias de cualquier casta siguen exigiéndola cuando una mujer contrae matrimonio. La dote es un fenómeno transversal en toda India, muy arraigado a tradiciones y la religión. Sigue estando mal visto que la familia de la mujer no pague o no dé una cantidad de bienes a la familia del marido como contraprestación para que mantenga a la hija durante todo el matrimonio. De hecho, muchas niñas ya no van a la escuela para trabajar y ahorrar para pagarla”.
Artiles lamenta la ineficiencia de las leyes y la lentitud del proceso judicial, que impide denunciar con éxito y eliminar de una vez esta costumbre ilegal. Aparte de la dote, Artiles indica que la discriminación de género también se debe a la sumisión de la mujer a la familia del hombre, que, entre otros aspectos, pierde su apellido familiar y el derecho a la herencia, que se queda en manos de la familia del marido.
Según la ONU, India es el peor cuarto país para nacer mujer, sólo por detrás de Afganistán, Congo y Pakistán. Y no en vano. Además del problema del aborto selectivo, el informe del Gobierno revela que la inserción laboral femenina fue sólo del 24% en el año 2016, cosa que demuestra, una vez más, que las mujeres indias están destinadas al cuidado de la familia y el hogar.
La solución pasa por mejorar la educación
El doctor Balasubbaiah, ginecólogo y director de la red de hospitales de la fundación Vicente Ferrer, explica que la solución a la discriminación de la mujer en el ámbito personal y laboral pasa por la formación de las familias sobre la importancia de las mujeres en la comunidad. Aun así, lamenta que los esfuerzos de las oenegés e incluso del Gobierno –que en los últimos tiempos está haciendo campañas contra el aborto– son todavía insuficientes. “Conozco casos de familias formadas y educadas, incluso que viven en el extranjero, que deciden abortar cuando saben que esperan una chica. Hay que ir más allá”.
Artiles alerta de que el hecho de que haya menos niñas que niños tiene graves consecuencias sociales y económicas. “Las mujeres son imprescindibles para mantener la economía de un país, no sólo porque son ellas las que dan vida, y por lo tanto el capital humano, sino porque también son las que, en India, desarrollan las tareas de cuidado y de sostenibilidad de la vida humana; las que atienden las necesidades más básicas de las personas más dependientes y las encargadas del mantenimiento de las condiciones de vida. Sin ellas, por lo tanto, todo el sistema social y económico se vuelve extremadamente vulnerable”.
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