Para algunos significa simplemente el primer parón tras un largo periodo hivernal y unas merecidas vacaciones de primavera. Sin embargo, para otros muchos, Semana Santa supone un momento idóneo para vivir la tradición y la pasión a través de una de las manifestaciones religiosas más arraigadas de España: las procesiones.
Durante estos días, miles de devotos saldrán a las calles para revivir la pasión de Cristo, en un espectáculo cuya liturgia fascina por su perfección. Cada procesión es distinta y cada localidad tiene sus ritos y costumbres, pero nos permitimos recomendarte nueve (pidiendo disculpas de antemano a aquellos que no compartan nuestra selección) que deberías vivir al menos una vez en la vida.
Sevilla
Si existe una ciudad que vive de forma intensa la Semana Santa, esta es sin duda la capital andaluza. Aunque durante ocho días -del Domingo de Ramos al de Resurrección- las procesiones se suceden, el momento culminante es la “Madrugá” del Viernes Santo, cuando al paso de imágenes tan veneradas como el Cristo del Gran Poder -conocido popularmente como el Señor de Sevilla-, la Esperanza de Triana o laMacarena, sacan a la calle a decenas de miles de devotos y turistas de todo el mundo.
Junto a estas, desfilan por las calles de Sevilla las cofradías de los Gitanos, del Silencio y del Calvario, completando una jornada que recuerda el juicio ante Poncio Pilatos, la flagelación y coronación de espinas, la condena a muerte de Jesús y su camino con la cruz a cuestas hasta el Gólgota.
Miles de nazarenos en procesión -alrededor de 60.000 de más de 60 hermandades- en un sepulcral silencio solo interrumpido por el cántico de las saetas ofrecen una imagen incomparable.
Málaga
Las primeras cofradías y hermandades de la capital malagueña se remontan a finales del siglo XV, lo que permite hacerse una idea del profundo arraigo de la Semana Santa y de las procesiones entre sus habitantes. Sus pasos barrocos -conocidos como tronos-, aglutinan a miles de costaleros y penitentes que siguen el recorrido con fervor.
Entre las cofradías más simbólicas sobresalen algunas de especialmente emblemáticas como la de los Gitanos, la de Jesús el Cautivo -sin duda el más venerado-, conocido como el Señor de Málaga, que tiene lugar el Lunes Santo por la tarde, o la de los legionarios y su Cristo de la Buena Muerte -o Cristo de Mena-. Esta última imagen, desembarcada en el puerto de Málaga durante la mediodía del Jueves Santo, recorre en procesión las calles de la ciudad la misma tarde -en algunos momentos a hombros de soldados- al son del himno del Novio de la Muerte.
La curiosidad de la Semana Santa malagueña la protagoniza el paso de Jesús el Rico que, por privilegio real, desde el siglo XVIII libera a un preso de la cárcel el miércoles por la tarde.
Cádiz
Aunque en Cádiz se celebra la Semana Santa por todo lo alto, con procesiones que transcurren por el centro de la ciudad -plazas de Candelaria, del Palillero y las calles de Montañés, Novena y Ancha, entre otras-, localidades como Jerez de la Frontera se llevan la palma. Declarada fiesta de Interés Turístico Nacional por el gran valor de sus imágenes, cuenta con alrededor de 40 cofradías.
Uno de los momentos culminantes de las celebraciones jerezanas tienen lugar el Jueves Santo, con la procesión de la Vera Cruz, con casi cinco siglos de historia. En ella, las saetas y los cánticos se dejan sentir, en medio de un clima de auténtica pasión.
Zamora
El Viernes Santo, Zamora protagoniza la procesión más larga, en la que están presentes cofradías centenarias como las de Santa Vera Cruz o la de Nuestra Madre de las Angustias. Durante siete horas, los penitentes conducen al Jesús Nazareno camino del calvario en medio de escenas de impresionante devoción.
Y es que la Semana Santa de esta ciudad castellana, declarada de Interés Turístico Internacional, tiene en su programa momentos y detalles muy especiales es el caso de el barandales, un personaje que desde principios del siglo XVII encabeza las procesiones de gran parte de las cofradías zamoranas, o de las sopas de ajo de la madrugada del Viernes Santo, o el ‘Dos y pingada’ del Domingo de Resurrección.
Valladolid
La procesión General del Viernes Santo de Valladolid no tiene nada que envidiar a las que se celebran por tierras andaluzas. Cuenta con tallas centenarias de grandes maestros barrocos que ofrecen una singularidad exquisita.
Uno de los actos más destacados de esta Semana Santa castellana es el tradicional sermón de las siete palabras, que reúne en la plaza Mayor a las 19 cofradías de la capital, y donde un sacerdote reflexiona sobre las siete palabras que Cristo pronunció en la Cruz.
Cuenca
Conocida como la procesión de las Turbas, la procesión del Camino del Calvario de la madrugada del Viernes Santo es el punto culminante de la Semana Santa de la ciudad manchega. Durante su recorrido por el casco antigua, se representa el trayecto realizado por Jesús camino de la cruz entres burlas. Miles de nazarenos desfilan en medio del sonido ensordecedor de tambores y clarines, alternados de momentos del silencio más absoluto.
Desde hace casi 40 años, la Semana Santa de Cuenca está considerada de Interés Turístico Internacional. Y es que su antigüedad -los orígenes se remontan a principios del siglo XVII- y su espectacularidad la avalan como una de las más espectaculares de España.
San Cristóbal de la Laguna
Conocida por su belleza y por ser patrimonio de la humanidad de la Unesco, San Cristóbal de la Laguna está considerada la capital religiosa de Tenerife. Y es que la intensa celebración de la Semana Santa -con numerosas procesiones- tiene a sus espaldas 500 años de historia.
Las más impactante son, sin duda alguna, la procesión de la madrugada del Jueves Santo, con el Cristo de La Laguna acompañado de la Dolorosa, San Juan y la Magdalena, o la del Silencio del Viernes Santo.
Calanda
El tambor es el protagonista de la Semana Santa de Calanda, una pequeña población tulorense que no alcanza los cuatro mil habitantes, que tiene en la Rompida de la hora el acto más multitudinario de cuantos se celebran en la localidad y en el resto de poblaciones que forman la Ruta del Tambor y el Bombo.
A las 12 en punto del mediodía del Viernes Santo, el sonido de los tambores rompe el silencio en una tamborrada que se prolonga durante horas y que precede a la procesión del Pregón. Al día siguiente, por la mañana tiene lugar la procesión del Entierro, que llega hasta el mediodía.
Verges
Original e impactante son dos de los adjetivos que mejor encajan con la descripción de la Dansa de la Mort (la Danza de la Muerte), una tradición centenaria -se remonta a la época medieval- de la población gerundense de Verges. Esta tradición macabra -la única que se ha conservado hasta nuestros días de toda Europa- se escenifica la noche del Jueves Santo.
Los protagonistas de este singular baile son cinco esqueletos que bailan al son de los tambores rodeados de símbolos que no hacen otra cosa que recordar a los presentes que a todos nos llegará la hora. La representación recorre las calles de este diminuto pueblo de poco más de mil habitantes mientra simula el camino de Jesucristo hasta la montaña del calvario.
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