Barcelona es una de las ciudades más iluminadas de Europa. (imv / Getty)
- Aumentan los tumores de mama y de próstata cuando se altera el reloj interno
Exponerse a un exceso de luz con tonalidades azules después de la puesta de sol se asocia a un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres y de próstata en hombres, según un estudio epidemiológico basado en datos de más de 4.000 personas de once regiones de España.
Las tonalidades azules abundan en la luz que emiten las pantallas de teléfonos móviles, tabletas y ordenadores.También se encuentran en la luz de los leds blancos como los que se han instalado recientemente en Barcelona y otras ciudades.
La longitud de onda de la luz azul interfiere en la secreción de melatonina en el cerebro, explica Ariadna García-Sáenz, primera autora de la investigación, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Esta interferencia se explica porque las tonalidades azules inciden en las células de la retina, en el fondo del ojo, de un modo que transmiten al cerebro el mensaje de que aún no es hora de dormir.
Perturbar la secreción de melatonina, añade García-Sáenz, trastoca el reloj interno del organismo, lo que tiene múltiples efectos potenciales sobre la salud. Investigaciones anteriores han observado que las personas que alternan turnos de trabajo nocturnos y diurnos tienen un riesgo algo más alto de cánceres de mama y de próstata.
El nuevo trabajo, publicado esta semana en la revista Environmental Health Perspectives, amplía la investigación a la población general y aplica por primera vez técnicas para distinguir los efectos de las diferentes longitudes de onda de la luz. Los resultados muestran un efecto negativo únicamente para las longitudes de onda más cortas, que corresponden a tonalidades azules.
Para estimar el riesgo del exceso de luz nocturna, se ha dividido la población analizada en tres tercios: el grupo con un nivel más alto de exposición a tonalidades azules; el grupo con un nivel medio; y el grupo con un nivel bajo. Se ha tenido en cuenta tanto la iluminación urbana del barrio de cada persona, evaluada a partir de imágenes de satélite, como la exposición a luz azul en el interior del hogar, evaluada a partir de cuestionarios.
En mujeres, se ha observado que el tercio con un nivel más alto de exposición tiene un riesgo un 47% mayor de sufrir un cáncer de mama. En hombres, el riesgo de cáncer de próstata es de más del doble en el tercio más alto respecto al más bajo.
En mujeres, se ha observado que el tercio con un nivel más alto de exposición tiene un riesgo un 47% mayor de sufrir un cáncer de mama.
“Es un primer estudio, es posible que los porcentajes no sean exactos”, advierte Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal y director del trabajo. Pero “nos indica que tenemos una cuestión de salud pública que puede tener implicaciones importantes y que merece la pena estudiar más a fondo”.
Una de las ideas que el equipo de ISGlobal ha empezado a estudiar es si la relación de la luz nocturna con el cáncer se limita a tumores de mama y de próstata, que suelen estar relacionados con hormonas, o bien si se extiende a tumores de otros órganos. Otra pregunta abierta es cuáles son los mecanismos por los que perturbar el reloj interno del organismo comporta un mayor riesgo de cáncer.
A falta de más certezas, “aún no podemos hacer recomendaciones”, reconoce Kogevinas. “Las recomendaciones de salud pública deben basarse en pruebas científicas muy sólidas que sólo llegarán investigando esta cuestión más a fondo”.
Por ahora, “podemos decir que es prudente limitar el uso de pantallas que emiten luz azul antes de ir a dormir”, señala el investigador. Algunos dispositivos disponen ya de programas para ajustar la longitud de onda de la luz a la hora del día, como la función Night Shift de iOS o el programa f.lux disponible para Windows, Mac OS y Linux.
“Es prudente limitar el uso de pantallas que emiten luz azul antes de ir a dormir”
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