- Lo dice un estudio de la Universidad de Yale que se acaba de publicar en ‘Cell Metabolism’
Hay momentos en los que se nos hace realmente difícil evitar echar mano a esa pieza de bollería con chocolate del supermercado, o a ese dónut que vemos expuesto en el bar, mientras tomamos el café. Ahora un estudio de la Universidad de Yale que se acaba de publicar en Cell Metabolism ha demostrado que hay una explicación científica a ese impulso.
Según la investigación, cuando se dan en un mismo alimento la grasa y los carbohidratos, nos resulta más gratificante que si el alimento solo contiene uno u otro elemento. “Cuando se combinan ambos nutrientes, el cerebro parece sobreestimar el valor energético de la comida”, ha apuntado Dana Small, directora del Centro de Investigación en Fisiología y Dietas Modernas de la Universidad de Yale, a The Independent.
Si un alimento combina grasas y carbohidratos resulta más gratificante que si tiene sólo uno de los dos componentes
Para entender el mecanismo hay que explicar que el proceso biológico que regula la asociación de alimentos con su valor nutricional ha ido evolucionando a lo largo de los años para que tomemos decisiones correctas. “Por ejemplo, un ratón no debería arriesgarse a exponerse a un depredador si un alimento proporciona poca energía”, comenta Small. “Sorprendentemente, los alimentos que contienen grasas e hidratos de carbono parecen indicar sus potenciales cargas calóricas al cerebro a través de mecanismos distintos”.
Junto con otros especialistas en Alemania, Suiza y Canadá, esta especialista ha evaluado las respuestas neuronales de los participantes en el estudio a las señales de los alimentos, sometiendo a estas personas a escáneres cerebrales mientras se les mostraban fotografías de alimentos con grasas (sobre todo azúcar) y otros con grasas y carbohidratos. Se ha demostrado que los conejillos de indias estaban dispuestos a pagar más por alimentos que combinaban los dos nutrientes, y además estas comidas iluminaban circuitos neuronales en el centro de recompensa del cerebro incluso más que los alimentos favoritos de cada uno, o los más dulces o con más energía.
Estamos dispuestos a pagar más por alimentos que con grasas y carbohidratos, según el estudio
La fisiología humana aún no ha evolucionado para poder controlar la activación simultánea de las vías de señalización de grasas y carbohidratos; y estos alimentos nos hacen reaccionar como las drogas, según los investigadores. Combinando estos dos nutrientes, la industria alimentaria estaría promoviendo comer en exceso. “Se potencia la recompensa y por lo tanto facilitar la transición a la respuesta habitual como se observa en las drogas de abuso”, dicen.
Esto puede estar dando lugar a las altísimas tasas de obesidad que tenemos hoy en día. “El entorno alimentario moderno está plagado de alimentos procesados con alto contenido de grasas y carbohidratos como dónuts, patatas fritas, barritas de chocolate… Esta potenciación de la recompensa puede ser contraproducente, promoviendo la sobrealimentación y la obesidad”, dice Dana Small.
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