Muchas ciudades chinas tendrán un peso económico tan gravitante como si se tratara de países.
La llegada de internet al mundo a comienzos de los 90 es uno de los últimos cambios de paradigma que transformaron profundamente la economía y la vida de las personas.
Internet fue un cambio con un impacto tan radical (o casi tan radical), argumenta Jeff Desjardins, editor del libro "Visualizing change: a data-driven snapshot of our world" como alguna vez lo tuvo la creación del modelo heliocéntrico de Nicolás Copérnico o la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein.
En el mundo de los negocios, agrega el fundador del sitio web Visual Capitalist, la transformación tecnológica es la manera más obvia de impulsar cambios en los mercados.
Pero también los nuevos consensos en esta área pueden venir impulsados por personas (como Steve Jobs, Warren o Jeff Bezos); por modelos innovadores (como SpaceX, Uber o Spotify); por cambios en la mentalidad de los consumidores (como la inclinación hacia las energías renovables); o por cambios en el equilibrio de la influencia económica en el mundo (como el ascenso de China).
"Eso significa que grandes oportunidades pueden venir de cualquier parte", señala Desjardins.
"El cambio de paradigma de mañana está ocurriendo en algún lugar hoy", agrega.
Y puede venir de la mano del crecimiento económico de África, de la explosión de las criptomonedas, de la omnipresencia de la inteligencia artificial, de la revolución verde, o de cualquier otro sitio, apunta el editor.
En este artículo seleccionamos algunas de las fuerzas que cambiarán el futuro de la economía, de acuerdo a la información contenida en el libro.
1. La invasión de los gigantes tecnológicos
Por décadas las empresas líderes a nivel mundial tenían un foco industrial de producción en serie a gran escala o extracción y procesamiento de recursos naturales.
Es el caso de firmas como Ford, General Electric, Exxon o Mobil.
Con el tiempo, ingresaron al top ten de las empresas con mayor valor de mercado compañías dedicadas a las finanzas, telecomunicaciones o a la ventas de productos del sector retail.
Pero actualmente la tecnología y el comercio se unieron de tal manera que la información ha pasado a ser más valiosa que los activos físicos.
El cambio de paradigma se ha acelerado a tal velocidad que en los últimos cinco años la lista de la mayores empresas que transan en bolsa cambió radicalmente, tal como lo muestra este gráfico.
2. Aumento en la velocidad del crecimiento chino
Aunque no es algo nuevo, lo que llama la atención es la velocidad con la que avanzan la economía y el desarrollo tecnológico chino.
Actualmente China tiene urbes cuya productividad económica es mayor que la de países enteros.
De hecho, el país cuenta con más de cien ciudades que tienen más de un millón de habitantes. Ellas se han desarrollado sobre la base de la creación de fábricas, la extracción de recursos naturales o el manejo de datos.
Un ejemplo es el desarrollo que han vivido ciudades alrededor del río Yangtze, donde se ubican Shanghái, Suzhou, Hangzhou, Wuxi, Nantong, Ningbo, Nanjing y Changzhou.
Esta última, con un Producto Interno Bruto (PIB) de US$2,6 billones, superior al de Italia.
Por ahora, cálculos indican que entre 2017 y 2019, China será la economía con la mayor velocidad de crecimiento (35.2%) y que alrededor del año 2030, superará a Estados Unidos como la primera economía del mundo.
3. El ascenso de las megaciudades
En las próximas décadas el crecimiento poblacional de las ciudades transformará la economía global.
Las proyecciones apuntan a que los países occidentales y China verán una estabilización de las tasas de natalidad, mientras que los países africanos y los del resto de Asia experimentarán un boom demográfico y una veloz urbanización.
Este fenómeno, muy estudiado, es conocido como el ascenso de las megaciudades.
Hacia el final de este siglo, África tendrá al menos 13 megaciudades con un tamaño mayor que Nueva York.
4. El alza del endeudamiento
Se calcula que en el mundo hay una deuda acumulada superior a los US$240 billones, de los cuales, US$63 billones son adeudados por gobiernos.
Estados Unidos, Europa y algunas economías emergentes aumentaron en los últimos años su nivel de endeudamiento, aprovechando el ciclo de bajas tasas de interés.
Recientemente EE.UU. ha aumentado su nivel de deuda, mientras que el déficit fiscal del país sigue creciendo aceleradamente.
Como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), Japón tiene una deuda de 253%; Estados Unidos de 105%; España de 98%, Reino Unido de 85%, Brasil de 74% y México de 46%, por nombrar algunos ejemplos.
Y a nivel global, los países que más deuda acumulan respecto a los demás son Estados Unidos, Japón y China.
5. La velocidad del cambio tecnológico
Grandes innovaciones tecnológicas en la historia moderna fueron, por ejemplo, la creación de la electricidad, el teléfono, el auto o el avión.
La masificación de estos productos demoró, en algunos casos, varias décadas, considerando el tiempo transcurrido entre el primer prototipo y una adopción amplia del producto por parte de los consumidores.
Se calcula que en el caso del auto fueron cerca de seis décadas; del teléfono, cinco; y de las tarjetas de crédito, más de 20 años.
Hoy sin embargo, el tiempo en que el mercado adopta una nueva tecnología puede ser de apenas unos meses.
6. Barreras comerciales
Después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo ha tendido a eliminar progresivamente las barreras comerciales entre países.
Sin embargo, esa tendencia ha sido recientemente desafiada por países como Estados Unidos que, en 2018, le aplicó aranceles a varios productos chinos, desatando una millonaria guerra comercial entre Washington y Pekín.
La duda en este sentido es si el mundo seguirá avanzando hacia el libre comercio o si surgirán nuevas reglas del juego en las relaciones comerciales entre países, un fenómeno que el libro describe como la "paradoja comercial".
7. La revolución verde
El uso creciente de energías renovables se aceleró en los últimos años, en la medida en que los costos de producción disminuyen y las tecnologías avanzan.
Algunas proyecciones indican que en dos décadas, la energía solar y eólica ocuparán casi la mitad de la capacidad eléctrica instalada en el mundo.
Otras señalan que para el año 2047 habrá unos 1.000 millones de autos eléctricos transitando por el mundo.
Y la inversión en energías más limpias a nivel global podría llegar a los US$10,2 billones en el año 2040, de acuerdo a las cifras presentadas por el libro.
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