Un manifestante proBrexit protesta ante el Parlamento británico, en Londres. (Reuters)
Los Veintisiete tienen ahora la última palabra. Ahora se habla de “flextension”, una prórroga larga de un año que pudiera acortarse si Westminster da algún día su beneplácito al acuerdo
El Brexit no se materializó el 29 de marzo, se da por hecho que tampoco lo hará el 12 de abril y cada vez existen más dudas sobre si llegará a producirse algún día porque, este viernes, Theresa May ha solicitado una segunda una prórroga. La 'premier' plantea que sea hasta el 30 de junio, con la posibilidad de terminarla antes si Westminster lograra ratificar el Acuerdo de Retirada. En la carta enviada a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, asegura que “no sería del interés del Reino Unido ni tampoco de la UE” que los británicos participaran en las elecciones europeas de mayo. Pero entiende que si Bruselas lo requiere, su obligación legal es celebrar los comicios, por lo que ya están en marcha los preparativos.
Los Veintisiete tienen ahora la última palabra. Esta crisis institucional sin precedentes está dejando términos memorables y ahora se habla de “flextension”. En definitiva, una prórroga larga de aproximadamente un añoque pudiera acortarse antes si el Parlamento británico da algún día su beneplácito al convenio.
La líder 'tory' ha mandado este viernes su misiva para evitar la humillación de verse obligada a hacerlo el lunes, cuando está previsto que Westminster ratifique el proyecto de ley de Yvette Cooper.
A diferencia de las enmiendas, que no son vinculantes, la laborista Cooper -que lidera un grupo de diputados de diferentes formaciones- presentó un proyecto de ley para evitar el escenario de una ruptura abrupta. La Cámara Baja lo aprobó el miércoles, por la vía rápida, por un solo un voto. Los Lores euroescépticos alargaron el jueves sus eternos debates para atrasar el proceso. Pero se espera que el lunes se le dé luz verde para que la reina Isabel II imprima su rúbrica.
Sin el as en la manga de un Brexit sin pacto -amenaza que May nunca ha estado dispuesta a cumplir- a la líder tory sólo le quedaba la opción de pedir una nueva ampliación para intentar poner fin al caos. Aunque, de momento, en el Reino Unido nadie ve aún la luz al final del túnel. Después de que el 29 de marzo la Cámara de los Comunes rechazara, por tercera vez, el Acuerdo de Retirada, May ha tendido la mano al líder de la oposición, Jeremy Corbyn, para consensuar un plan que cuente con mayoría entre sus señorías. Ambos mantuvieron una reunión el miércoles. Estaba previsto un nuevo cara a cara este viernes. Pero, en su lugar, sus respectivos equipos han estado hablando por teléfono.
La 'premier' ha preferido darse un respiro y marchase a su constitución de Maidenhead. Este fin de semana lo pasará en Chequers y no hay ningún plan de visitas. Por lo que se antoja complejo que las conversaciones con Corbyn vayan a terminar triunfantes.
Según ha podido saber El Confidencial, los laboristas ya han elegido a sus candidatos para las elecciones europeas, por lo que se da prácticamente por hecho que el Reino Unido continuará en el bloque más allá de verano.
La líneas rojas de la 'premier' siempre habían sido sacar al Reino Unido del mercado único -para evitar la libre circulación de personas- y también de la unión aduanera -para poder negociar acuerdos comerciales con terceros-.
Pero es plenamente consciente de que Corbyn le va a plantear ahora negociar una unión aduanera con el bloque. Y las demandas no se quedarían ahí porque hay muchos rumores de exigir además que, cualquier eventual convenio, sea ratificado antes de su aplicación en un referéndum. Si las conversaciones con el laborista no prosperan, May propondrá entonces a sus señorías que voten sobre una serie de opciones alternativas. Eso sí, siempre referidas a las futuras relaciones con el bloque. En definitiva, el Acuerdo de Retirada que cerró con la UE en noviembre es inamovible y lo que está ahora dispuesta a negociar es la Declaración Política, el segundo texto -legalmente no vinculante- que esboza cómo querría ser el nuevo vínculo con la UE.
¿Hasta qué punto el pacto al que pudiera llegar Corbyn o sus señorías con May para desbloquear la crisis es de fiar?
Ahora bien, ¿hasta qué punto el pacto al que pudiera llegar Corbyn o sus señorías con May para desbloquear la crisis es de fiar? La 'premier' es un zombie andante. Ya ha confirmado que no se presentará como candidata a las próximas elecciones. Por lo tanto, si finalmente el Brexit consiguiese salir adelante, existe el riesgo de que fuera reemplazada por un euroescéptico del núcleo duro que llevara la nueva fase de negociaciones con Bruselas con un enfoque muy diferente. El que mayor problemas plantearía sería Boris Johnson, uno de los favoritos entre las bases conservadoras.
Corbyn podría plantear en los próximos días una nueva moción de confianza contra el Gobierno para intentar forzar elecciones generales anticipadas. Pero está complicado porque los 'tories' no quieren arriesgar. Prefieren celebrar primarias para elegir nuevo líder. Por otra parte, el hecho de que el Reino Unido pueda participar ahora en las próximas elecciones europeas plantea serias amenazas a la UE. Es meter al enemigo de nuevo en casa.
El mensaje de Jacob Rees- Mogg, líder del ERG -que agrupa al núcleo duro de los Brexiteers- no puede pasarse por alto. “Si una extensión larga nos deja atrapados en la UE, deberíamos hacer las cosas lo más complejas posibles. Podríamos vetar cualquier aumento en el presupuesto, obstruir al supuesto ejército de la UE y bloquear los esquemas integracionistas de Macron”, escribe en su cuenta de Twitter.
Por su parte, Nigel Farage -protagonista indiscutible del triunfo del Brexit en el referéndum de 2016- ha anunciado que vuelve a la carga. Tras dejar el liderazgo del UKIP, ahora se pondrá al frente de Brexit Party, formación que podría ser protagonista en los comicios europeos de mayo. En los de 2014, el populista -con estrechos vínculos con Donald Trump- ya consiguió hacer historia.
Paradójicamente, para los 'brexiters', la UE se ha convertido en la mejor plataforma para estar conectados con los euroescépticos de otros países. Así que ahora no van a desaprovechar la oportunidad de intentar destruir el proyecto desde dentro.
AUTOR
CELIA MAZA. LONDRES 05/04/2019
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