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- ING: "La Eurozona se ha sumergido en el territorio de la japonización"
- TS Lombard: "Está imitando el declive de Japón en la fase 2002-2006"
- La actuación del BCE y algunos matices pueden ayudar a la Eurozona
La economía de la Eurozona no se encuentra en el mismo punto que Japón, aunque sí está siguiendo sus pasos. Tipos de interés negativos, elevado endeudamiento, baja inflación, un crecimiento del PIB decepcionante y una población cada vez más envejecida. Europa es una especie de Japón unos quince años más joven que parece estar replicando el camino del país nipón. Sin embargo, las diferencias entre ambas economías, la todavía temprana fase de la enfermedad y la ventaja que supone ir por detrás de Japón (en el tiempo) pueden permitir que la zona euro evite una 'japonización' total o completa: crecimiento prácticamente cero y riesgo constante de deflación.
Las diferencias culturales e idiosincrásicas de ambas regiones impedirán que el resultado sea exacto, pero las similitudes son muchas y cada vez mayores. Carsten Brzeski y Inga Fechner, economistas de ING para Alemania y Austria, han intentado medir el nivel de 'japonización' de la Eurozona a través de un índice sintético que usa el crecimiento del PIB, la brecha de producción, la inflación, los tipos de interés a corto plazo establecidos por el banco central y la evolución de la demografía.
Los resultados desde 2009 evidencian los parecidos entre ambas economías. Desde entonces, los movimientos de este índice sintético en la Eurozona se parecen mucho a los que describía Japón cuando comenzó su estancamiento económico y de precios: "En los últimos años la economía de la zona euro se ha sumergido en el territorio de la 'japonización', una zona que Japón no ha abandonado durante el último cuarto de siglo".
Las similitudes estructurales son muchas, "sólo hace falta mirar a la demografía. Mientras que en Japón la población es la más vieja del mundo, la población en edad de trabajar de la Eurozona ha comenzado a disminuir desde 2009 y se prevé que esta tendencia continúe, según los datos de Eurostat", sostienen los expertos de ING.
Charles Dumas, economista jefe de TS Lombard, comenta en un análisis reciente que "hasta ahora, la Eurozona está imitando el declive que vivió Japón en la fase 2002-2006".
Este economista destaca que "los tipos de interés han pasado de cero a negativos, mientras que el crecimiento económico se ha basado en una divisa infravalorada que ha permitido mantener cierto rigor presupuestario". Dumas comenta que la etapa actual de Japón se caracteriza por una política monetaria todavía más expansiva, controlando la curva de tipos, con un balance que equivale al 100% del PIB y una política fiscal en la que están permitidos los déficits fiscales.
Entre el año 2000 y el 2008, el bono japonés a 10 años ofreció un interés que se movía cerca del 1,3% (con subidas y bajadas), algo parecido a lo que han estado ofreciendo los bonos de los países del euro en los últimos años, aunque la comparación es compleja dada la heterogeneidad que caracteriza al club de la divisa única, con estos datos dejan entrever que las expectativas de inflación guardaban cierto parecido. También, el tipo de interés que establece el Banco de Japón estuvo pegado al 0% durante ese periodo.
Durante esos años, la tasa de dependencia de los mayores (número de personas mayores de 65 entre el número de personas entre 15 y 64 años) en Japón se movió entre el 28 y el 32%, un nivel similar en el que se encuentra hoy la media de la Eurozona. Da la sensación de que la zona euro va siguiendo las huellas de Japón, o al menos una gran parte de ellas.
"Si la Eurozona quiere evitar la siguiente etapa de la japonización, tendrá que aceptar una unión fiscal y económica total y comenzar a descifrar cómo lograr una unión monetaria óptima, algo que los simples criterios de convergencia de Maastricht no han conseguido", destaca este experto.
Matices que pueden marcar la diferencia
A pesar de todo, los matices existentes pueden marcar la diferencia. El nivel de deuda pública en Europa es todavía manejable, alrededor de un 90% del PIB frente al 240% del PIB de Japón. "La inflación no ha alcanzado el objetivo del banco central del 2% desde 1993, sin contar 2014 cuando el Gobierno elevó el IVA, y unos 12 años han estado protagonizados por la deflación. Por ahora, la Eurozona parece haber evitado la deflación tras la grave crisis", explican los expertos de ING.
Hasta hoy, la mayor parte esfuerzos por evitar el estancamiento de los precios y del crecimiento del PIB han sido del Banco Central Europeo, que ha hecho casi todo lo que estaba en su mano para evitar este escenario: tipos de interés negativos, subastas de liquidez a largo plazo (TLTRO por sus siglas en inglés), compras masivas de activos... Todo lo que ha hecho el Banco de Japón para evitar la 'japonización', parece una contradicción, pero el consenso de los académicos cree que sin estas medidas extraordinarias la deflación se hubiera apoderado de la Eurozona y la actividad de la economía se habría ralentizado todavía más.
El BCE ha dado pasos similares a los del BoJ, la diferencia es que el BCE los está dando antes de que la situación alcance un nivel de gravedad tan extremo. Jean-Luc Proutat, economista de BNP Paribas, cree que la Eurozona comparte varias características con Japón, "pero la situación no es exactamente la misma... la población en edad de trabajar comenzó a disminuir en 2009, mientras que en Japón este escenario se produjo 20 años antes... la inflación de la Eurozona no es cero, aunque el promedio ha sido de sólo el 1% en los últimos ocho años". Este economista destaca que Japón ha sido incapaz de escapar de la trampa de liquidez a pesar de una política monetaria muy acomodaticia, "mientras que en la Eurozona la oferta monetaria y el crédito crecen con un paso dinámico".
Por ejemplo, la fuerte intervención del BCE en el mercado de bonos ha llevado a que su balance alcance el 40% del PIB de la Eurozona recientemente, mientras que en Japón este nivel no se superó hasta 2013, cuando el país ya llevaba inmerso en una estancamiento secular alrededor de 20 años. Esta actuación del banco central ha podido ser fundamental para que en la Eurozona sigan avanzando los precios, aunque sea a un ritmo más lento que en el pasado. Además, el BCE se ha mostrado dispuesto ha poner en marchar todas las herramientas a su disposición para lograr que la inflación retome la senda del 2% de crecimiento, lo que deja entrever que Mario Draghi está dispuesto a hacer todavía más.
Anatoli Annenkov, economista de Societe Generale, cree que se están exagerando los riesgos de japonización inminente tras el retraso de la subida de tipos en la Eurozona y los anuncios de las nuevas subastas de liquidez a largo plazo. "Comparar a la zona euro con Japón hoy es prematuro, pero la debilidad de la inflación muestra que los riesgos están ahí".
"En resumen, las tendencias subyacentes de la economía se han ralentizado en la Eurozona, pero no tanto como para que los tipos se mantengan en su límite inferior de forma indefinida... en el próximo ciclo expansivo de la economía los tipos podrían subir hasta el 2%", asegura Jean-Luc Proutat.
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