Vida nocturna en la plaza Vakhtang Gorgasali, en el casco antiguo de Tiflis (Yulia-B / Getty Images)
Tiflis, la capital de Georgia es una urbe que sorprende a quines la visitan
Si nos preguntaran cuál es en nuestra opinión la ciudad más divertida del mundo, seguramente, tras unos instantes de reflexión, incluiríamos en la respuesta alguna localidad conocida por el carácter de sus gentes, por la popularidad de sus fiestas o por la huella de un buen recuerdo. París, Sevilla, Ibiza, Berlín, San Francisco, Amsterdam o Montreal podrían ser, ¿por qué no? algunas candidatas.
Sin embargo, probablemente muy pocos pensarían en Tiflis, la desconocida capital de Georgia, una ciudad que en los últimos tiempos ha experimentado una transformación tal que ha llamado la atención viajeros y expertos internacionales, y que ha llevado a ser catapultada por la revista Forbes como la ciudad más divertida del mundo.
Uno se pregunta qué ha llevado a la prestigiosa publicación norteamericana a llegar a tal conclusión. Los motivos son diversos, pero la respuesta es simple: su vitalidad.
Con menos de cuatro millones de habitantes, la república de Georgia, situada a orillas del mar Negro, en el límite entre Europa y Asia, es un país joven. Nacido en 1991 tras la caída de la Unión Soviética, ha sabido canalizar sus energías en positivo, algo que se refleja en Tiflis. A su belleza, sus innumerables tesoros -algunos de ellos ocultos- y su historia, aspectos que por sí mimos son atractivos para los viajeros, le ha sumado un empuje que la ha transformado.
La juventud
La mentalidad pro occidental de los jóvenes es, en opinión de Forbes, buena parte del impulsor del cambio. Su espíritu reivindicativo les ha llevado a conseguir imponer algunas de sus reclamaciones. Entre ellas, la legalización del consumo de marihuana el pasado verano, o el mantenimiento de algunos locales nocturnos amenazados con la clausura.
Y es que la ciudad cuenta con innumerables establecimientos de ocio -a los lugareños les gusta salir y divertirse-. Entre ellos destaca una importante presencia de locales que acogen expresiones de movimientos contraculturales y de algunas de las escenas de música electrónica más destacados no sólo de Europa, sino del mundo.
Junto a ellos han proliferado otro tipo de restaurantes, bares y hoteles ultramodernos, como el Stamba en una antigua editorial, con un sorprendentemente lujoso casino inspirado en Orient Express, que se codean con establecimientos de lo más tradicional. En otras palabras, Tiflis no excluye a nadie.
La fiesta de la gastronomía
La gastronomía añade ingredientes adicionales a la fiesta y al atractivo georgianos. Su cocina de claras influencias orientales, mediterráneas y centroeuropeas es un auténtico valor en alza. En su casco antiguo o en plena calle es posible degustar el khachapuri -pan sin levadura relleno de queso- o los khinkali de verduras o de carne especiada acompañados de un excelente vino local. Y es que en la capital de la antigua república soviética se pueden degustar caldos de calidad, elaborados de forma artesanal, que han conseguido fama más allá de sus fronteras.
Sin embargo, entre las bebidas alcohólicas más populares sobresale una por encima de las otras: la chacha, un aguardiente destilado a base de uva u otras frutas, similar a la grappa italiana, que alcanza una graduación alcohólica de 70 grados. La chacha es prácticamente una forma de vida en la ciudad, pero todo un reto para los turistas.
VIAJES05/05/2019 07:00
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