Ahorrar al viajar es más que optar por una tarifa económica (Sezeryadigar / Getty Images/iStockphoto)
Además del precio, es imprescindible tener en cuenta algunos otros aspecto
Organizar un viaje no siempre es una tarea fácil. Elegir vuelos o billetes de tren y otros desplazamientos durante el periplo, reservar alojamientos o programar los actividades supone invertir tiempo, sobre todo si además de pretender que todo salga perfecto, queremos ahorrar.
Quien más quien menos ha sentido una agradable sensación de triunfo personal cuando ha conseguido hacerse con un vuelo o un buen hotel a precio de saldo. Sin embargo, no podemos perder de vista que más allá de una tarifa reducida es importante tener en cuenta otros factores colaterales que podrían acabar encareciendo el viaje. En otras palabras, cada decisión requiere valorar los pros y los contras. Y es que, a veces, lo barato puede salir caro (y no sólo económicamente).
Las tarifas reducidas son un buen cebo, pero antes de formalizar una compra, es tan importante tener claro qué incluye el billete como qué es lo que no incluye
Mira el reloj
Con la voluntad de aprovechar el tiempo al máximo, eliges un vuelo de madrugada (o a última hora de la noche) o un billete de tren sustancialmente más barato. La idea es buena: llegarás a tu destino y empezarás las visitas a primera hora. Sin embargo, ¿has tenido en cuenta cómo te desplazarás hasta el aeropuerto o desde el aeropuerto hasta el hotel?
Es posible que a esa hora los transportes públicos tengan una frecuencia de paso más baja o que, simplemente, no estén operativos, lo que podría obligarte a optar por otras alternativas más caras, como el taxi o el VTC. Además, el cansancio de dormir poco puede pasarte factura.
También sobre el vuelo...
Las tarifas reducidas suelen ser un buen cebo, pero antes de formalizar una compra, es tan importante tener claro qué incluye el billete como, sobre todo, qué es lo que no incluye.
Hasta hace poco tiempo, las políticas de equipaje de la mayoría de low cost eran menos restrictivas que ahora, por lo que las maletas de cabina de hasta 10 kilogramos solían ser una solución económica. Sin embargo, hoy, muchas compañías han reducido el tamaño de las bolsas aceptadas a bordo sin coste, de forma que resulta prácticamente obligado pagar -ni que sea una pequeña cantidad- por acarrear contigo el equipaje. Si no lo tienes en cuenta, el importe que deberás pagar en el aeropuerto si tu equipaje supera las medidas establecidas será muchísimo mayor.
La elección de butaca se ha convertido en otra fuente de ingresos de las aerolíneas de bajo coste. Si no la escoges -pagando, por supuesto- durante el proceso de compra, te arriesgas a viajar en un lugar que puede no cumplir con tus expectativas, sea separado de tus acompañantes, en la cola del avión, junto al baño, o en el asiento del medio de la fila, sin apenas espacio para moverte o con un vecino desagradable. Quizás te ahorres algo de dinero, pero el vuelo puede convertirse en una historia interminable.
¿Y la comida? Si hablamos de un trayecto de larga distancia que no la incluye en la tarifa y no eres previsor, recuerda que adquirirla a bordo supondrá un desembolso adicional.
Por otra parte, si tu viaje implica una escala, toma precauciones. Asegúrate que los tiempos de espera entre un vuelo y el siguiente sean suficientes, ya que un retraso en el primero podría hacerte perder el enlace, lo que te obligaría a comprar un nuevo billete.
La elección del hotel
Antes de reservar un hotel, compara precios, teniendo en cuenta que la diferencia de tarifas de un mismo establecimiento en un portal y en otro en ocasiones son (incomprensiblemente) abismales.
No te dejes llevar por la apariencia de un hotel o por un precio de lo más tentador sin analizar algunas cuestiones básicas. Una de ellas es su ubicación. En ciudades en las que los transportes son especialmente caros o en los que disponen de poca infraestructura, te interesa comprobar cómo llegar desde el aeropuerto. En otras palabras, si tienes medios públicos a tu alcance, el precio y el tiempo que invertirás en llegar a destino. Lo que has ahorrado en la habitación podrías tener que gastarlo en el desplazamiento.
En la elección del tipo de transporte, ten en cuenta también si viajarás con mucho equipaje y si deberás superar obstáculos, como escaleras, aglomeraciones en horas punta en metros o autobuses, o si tendrás que atravesar zonas poco seguras. Si el establecimiento está bien comunicado con tus lugares de interés te ahorrarás, además de tiempo, dinero.
Otro aspecto a considerar son los servicios que te ofrece el hotel. Compruébalos y compara minuciosamente todas las tarifas. Puede que un desayuno te salga a precio de oro o que, en cambio, puedas disfrutar de un festín matutino gratuitamente.
Finalmente, las habitaciones compartidas son un recurso económico, especialmente en las grandes ciudades. Si optas por este tipo de alojamiento, valora el riesgo y decide en consecuencia si eres una persona exigente por lo que respecta a aspectos como el silencio y la higiene.
En ocasiones, devolver un coche de alquiler en una oficina distinta a la de recogida supone un desembolso adicional
Si alquilas un coche...
El coche de alquiler puede ser una alternativa muy interesante cuando pretendemos hacer una ruta por nuestra cuenta y rehusamos depender del transporte público. En este caso, asegúrate del lugar en el que debes recoger y devolver el vehículo. Si queda lejos de cualquier sitio, el desplazamiento también puede ser un handicap, ya que te obligará a buscar la forma de hacerlo y perderás un tiempo que puede ser muy valioso.
Asegúrate de que la capacidad del automóvil se ajusta a tus necesidades y, sobre todo, cerciónate de dónde debes devolverlo. Algunas compañías te penalizan si lo entregas en una oficina distinta a la de la recogida, obligándote a un desembolso adicional.
Reserva y compra de entradas
¿Te imaginas viajar a Granada con el único propósito de visitar la Alhambra y quedarte a las puertas sin poder entrar, o cruzar el Atlántico y no tener ocasión de disfrutar del último espectáculo de Broadway? Coincidirás con nosotros que sería un auténtico desastre. Para evitarlo, nada mejor que ser previsor y hacerte con las entradas antes de partir, ya que la mayoría de sitios turísticos, de espectáculos artísticos y de museos ponen a la venta los billetes por internet .
Todos ellos, sin embargo, suelen reservar un número reducido de entradas que comercializan diariamente en taquilla. Conseguir una puede ser una lotería, por lo que podrías verte obligado a adquirirlas a través de un intermediario con el pertinente coste adicional.
En definitiva, la conclusión a la que llegamos es de pura lógica. Viajar es un placer y si lo organizamos con cierta previsión además de placentero es agradecido.
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