domingo, 19 de abril de 2020

¿Cuánto aguantará el escudo del BCE contra la crisis del Covid-19?

Foto: EC

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El gasto del banco central para mantener a flote a las economías más castigadas por la pandemia podría encontrarse con problemas legales y con un aumento de la presión política



El repunte de la prima de riesgo de países fuertemente endeudados como Italia ha provocado dudas sobre la capacidad del Banco Central Europeo para absorber los profundos golpes a la economía que está provocando el coronavirus.

La entidad lanzó una serie de programas para dar estabilidad a los países de la eurozona. En el centro de sus planes están los 750.000 millones de euros destinados a adquirir deuda pública, un mecanismo pensado para dar cobertura al gasto que los Gobiernos están afrontando para mantener con vida a empresas y trabajadores.


Pero el BCE se enfrenta a un puñado de límites legales y políticos que impiden a la entidad financiar a los países de la forma en la que lo hacen la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra. El programa de compra de deuda se ha centrado en Italia y España, dos de los países más azotados por la pandemia.

Ese aumento en los costes de financiación de ambos países durante esta semana ha puesto de manifiesto que los movimientos del BCE pueden chocar con los países del Norte, que llevan tiempo con la sensación de que con la compra de deuda se subvenciona el libertinaje de los países del Sur. Esos miedos han aumentado con la confirmación de que la crisis puede ser prolongada, sobre todo si Europa se encuentra con rebrotes antes de que haya una vacuna.


Al ritmo actual, el BCE tendrá en sus balances el 20% de la deuda pública italiana y el 30% de la alemana antes de final de año, según las estimaciones de Frederik Ducrozet, un economista de la suiza Pictet Wealth Management.


"Un banco central que tenga el 50% o más de la deuda italiana perdería el apoyo político de Alemania y otros muchos países. El BCE tendría entonces un gran problema", explica Guntram Wolff, director del 'think tank' Bruegel.

Sede del BCE en Fráncfort. (Reuters)
Sede del BCE en Fráncfort. (Reuters)
La rentabilidad del bono italiano a 10 años se situó en el 2% este miércoles, en sus niveles más altos desde que el BCE anunció su nuevo programa de compra el pasado 18 de marzo. A principio de año estaba por debajo del 1%.

La entidad está comprando alrededor de 130.000 millones de euros en deuda de la eurozona cada mes, una cantidad récord en su historiaMarco Brancolini, analista de Nomura, explica que el BCE ha comprado más de 85.000 millones de euros en apenas 9 días, reflejando un aumento en las dudas. También está dando préstamos a largo plazo más baratos a los bancos.


Pese a todo, esas cantidades quedan en nada comparadas con los 1,6 billones —miles de millones— que la Reserva Federal ha puesto en marcha para adquirir bonos soberanos en los últimos cuatro meses. El Banco de Inglaterra explicó la semana pasada que prestará directamente al Ejecutivo británico para financiar los gastos, un movimiento que sería ilegal para el BCE por las normas de la Unión Europea.

Mientras, los ministros de Finanzas europeos fracasaron en su misión de firmar un acuerdo para crear los ya conocidos como 'coronabonos' durante el último Eurogrupo. Estos instrumentos permitirían a los países más pobres compartir la carga que está suponiendo la pandemia. Finalmente, aprobaron medidas más suaves: créditos baratos por valor de 500.000 millones de euros del fondo de rescate.

Las compras del BCE son "temporales y no tan agresivas como las de otros bancos centrales", asegura Seamus Mac Gorain, exoficial del Banco de Inglaterra y ahora gestor de fondos para JP Morgan en Londres. "Los mercados buscan señales claras de que el Norte va a apoyar al Sur", dice.


Desde la aprobación del paquete de compras del BCE, bautizado como Pandemic Emergency Purchase Program, la situación para las economías europeas ha empeorado. Los economistas ya esperan que el desplome dure varios meses, con empresas cayendo en la bancarrota y un rebrote del virus.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters)
Según las estimaciones del FMI, publicadas este miércoles, el alto gasto público y los bajos ingresos tributarios van a disparar la deuda pública de Italia hasta el 156% del PIB, creciendo desde el 135% del año pasado. En España pasará del 96% al 113%. Los expertos de TS Lombard apuntan a que en ambos casos la cifra superará el 200% del PIB para 2025.

Conscientes de los riesgos, muchos gobernantes del Sur de Europa reclaman la creación de unos coronabonos que ayuden a reducir la carga que provoca el control de la pandemia.


"El BCE no tiene límites en su compromiso con el euro. Los líderes europeos y los reguladores nacionales tienen que hacer su parte para afrontar de forma colectiva las consecuencias económicas de la crisis", explica el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.


Para asegurarse de que esto es así, el BCE puede imprimir tantos euros como necesite para comprar deuda soberana, explica Brancolini, de Nomura, alegando que la entidad tendrá que duplicar su programa de adquisición de bonos muy pronto para calmar la presión de los mercados.

Elga Bartsch, directora de estudios económicos de BlackRock, considera que "el BCE tiene poder" de rebajar la prima de riesgo en Italia. "La pregunta es cómo de grandes tendrán que ser los estímulos para conseguirlo", dice.


Dos oficiales del BCE apuntaron este jueves a que aumentar la cuantía de sus programas podría estar sobre la mesa. La presidenta de la entidad, Christine Lagarde, afirmó en un comunicado que están preparados para incrementar la compra de bonos "todo lo que haga falta y durante el tiempo que haga falta". Isabel Schnabel, miembro de la junta ejecutiva de la entidad, ha afirmado que están en posición de ajustar todos los instrumentos para evitar una fragmentación de la unión.


De momento, los Gobiernos europeos han permitido al BCE tomar las riendas. Pero según la deuda soberana aumente, la entidad tendrá que enfrentarse a una mayor presión política y legal para dar un paso atrás.

En las tripas del BCE, cada vez más oficiales senior se han mostrado reticentes a expandir la compra de deuda y a la retirada de la norma que impedía a la entidad tener más del 30% de la deuda pública de cualquier país.


La Justicia alemana está estudiando la legalidad de anteriores paquetes de compra de bonos, una decisión que podría descarrilar todos los estímulos puestos en marcha por la entidad. En cualquier caso, los analistas consideran que es poco probable que eso ocurra mientras Alemania mantenga su apoyo a Fráncfort.


"Tarde o temprano el BCE tendrá que afrontar la presión legal y política", dice Panicos Demetriados, ex gobernador del Banco de Chipre, que asegura que los oficiales del banco saben que esa situación llegará y "no quieren pasarse de la raya".


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