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- La intervención de la banca central crea inflación en los activos financieros
- Las expectativas de los inversores en bolsa es más optimista
- La bolsa descuenta escenarios y lo peor podría haber quedado atrás
El Fondo Monetario Internacional advertía este jueves la desconexión que se está produciendo entre los mercados y la economía real. Las acciones suben pese al profundo deterioro de la economía, que lastrará los beneficios empresariales por un lado (debería afectar a las acciones) y disparará la deuda de gobiernos y empresas por otro (también debería ser negativo). Aunque el FMI hacía bien en alertar sobre el peligro que genera esta falta de correlación (venía a decir que dada las elevadas valoraciones, una caída del precio de los activos entorpecerá la recuperación), no hizo demasiado hincapié a la hora de explicar los factores que pueden estar llevando a los inversores a 'ignorar' los riesgos de la mayor recesión económica en tiempos de paz. La acción sin precedentes de la banca central, la bolsa como indicador adelantado, unas expectativas diferentes sobre la recuperación, el peso en la bolsa americana de empresas que salen relativamente airosas de la pandemia o el repentino interés de los pequeños inversores por entrar en el mercado podrían estar alejando a los mercados de lo que ocurre en la economía real.
Esta falta de conexión se está produciendo sobre todo en EEUU. Las acciones sufrieron una corrección fuerte y rápida (como es esperaba que fuera la recesión) en marzo, con un desplome del 34% del S&P 500 en cuestión de semanas, pero desde entonces han retomado la tendencia alcista ignorando los riesgos que aún persisten. En países como Alemania ha ocurrido algo similar con el índice Dax 30, pero no ha sido igual en los índices periféricos. Los economistas de Allianz han publicado un informe en el que aportan varias hipótesis para explicar esta falta de conexión.
-Recuperación en forma de V en lugar de lo que espera el consenso de analistas. La primera explicación se basa en las expectativas divergentes entre los inversores en bolsa y los responsables políticos, los mercados de bonos y las organizaciones internacionales en cuanto a la forma de la recuperación económica en EEUU. El FMI también citaba en su informe este factor como posible explicación. "Las bolsas están valorando una rápida recuperación de toda la economía de EEUU y se espera que el S&P 500 regrese al EPS (beneficio por acción) previo a la crisis en el primer semestre de 2021". La bolsa y los inversores intentan descontar escenarios. Aunque muchos indicadores siguen mostrando datos muy negativos, la mayoría se refieren a un escenario pasado (meses anteriores), que fue el que descontó la bolsa con la drástica corrección de marzo. Aunque los datos de PIB sean demoledores, muestran lo que ha ocurrido en el pasado reciente, mientras que la recuperación de la economía real comenzó a finales de mayo con la reapertura progresiva en varias zonas de Europa y EEUU.
Mientras tanto, las organizaciones internacionales (FMI, OCDE) y el consenso de los economistas esperan que la recuperación económica sea mucho más lenta, y que los niveles de actividad previos a la crisis solo se alcanzaran durante el primer semestre de 2022. Los inversores no coinciden con el punto de vista de estos organismos o, quizá, prevén que las grandes empresas que cotizan en bolsa aguanten mucho mejor el temporal que las pymes, algo que es bastante probable.
-Dispersión sectorial. La segunda explicación plausible relacionada con el final de la anterior es que los mercados de EEUU no reflejan las expectativas sobre toda la economía, sino que solo incorporan expectativas de beneficios muy altas para algunos sectores, especialmente las acciones relacionadas con la tecnología como Amazon, Google, Netflix... (las FAANG), que tienen cada vez más peso en los principales índices de renta variable de EEUU. "Siguiendo esta explicación, todo el mercado se ha visto impulsado hacia arriba por esta rotación del sector de la tecnología... Sin embargo, los períodos de alta dispersión se han asociado históricamente con mercado frágiles (es complicado que a muchas empresas les vaya bien cuando la renta de los hogares sufre). De hecho, esto ha sido un indicador bastante fiable para futuras correcciones. Eso significa que para que esta recuperación, impulsada por la tecnología, sea sostenible, los beneficios del sector deberían ser en gran medida independientes de la economía real", señalan los analistas de Allianz.
-El perro de Pavlov y el condicionamiento clásico. "La tercera explicación es que el movimiento del mercado ya no se basa en métricas de valoración fundamentales, sino que solo reacciona a los anuncios de medidas expansivas de política monetaria y fiscal, por lo que el tiempo de respuesta entre el anuncio y la recuperación de las bolsas es cada vez más corto. En la crisis del covid-19, la reacción de los mercados al paquete masivo de estímulos fiscales y monetarios fue casi instantánea e incluso precoz. Como consecuencia directa, el mercado de valores ha integrado la efectividad de estas medidas de política y ya no necesita ninguna prueba sólida (por ejemplo, de que la Fed realmente compra lo que dice que va a comprar)", destaca el informe.
Los bancos centrales empujan al inversor hacia los activos de riesgo
A esto habría que sumarle la posibilidad de que las compras masivas de bonos con la creación de dinero por parte de los bancos centrales está empujando a los inversores hacia activos de riesgo como las acciones. Si la Fed o el Banco Central Europeo tienen cada vez una mayor porción del mercado de bonos a través de compras en el mercado secundario (a inversores, bancos, etc), el resto de participantes del mercado secundario podría decidir usar esa liquidez para invertir en activos con mayor riesgo, que a su vez son los únicos que ofrecen algo de rentabilidad en un mundo de tipos de interés negativos.
-El impulso minorista. "La cuarta explicación es que este es un repunte técnico, cuyo impulso proviene del sector de minorista (pequeños inversores que se han sumado en masa al mercado)... Una cosa es segura: los inversores institucionales no han estado impulsando el último rally. Más bien al revés, su exposición a los fondos del mercado monetario ha aumentado considerablemente desde principios de año. Además, a gran escala, la menor liquidez en el mercado de futuros muestra que hay pocos inversores institucionales activos que participen en este mercado", aseguran desde Allianz.
Los inversores minoristas tienen el 34% de las acciones de la bolsa de EEUU, los hogares estadounidenses son una masa importante para mover el mercado si lo hacen de forma coordinada (aunque involuntaria). "Sin embargo, en el pasado, seguían la estrategia de comprar y mantener...¿Cómo ha podido cambiar esta tendencia? Nuevos brokers como Robinhood y Citadel Securities han reducido la barrera de entrada para acceder a las bolsas. También han ampliado la gama de productos disponibles (acciones, opciones, CDS...) y han reducido el coste de transacción a casi cero. Esto puede explicar el fuerte aumento de las transacciones por día en estas plataformas". Por primera vez, los pequeños inversores estarían entrando en la bolsa de forma masiva durante una caída. Normalmente eran las 'manos fuertes' las que seguían esta estrategia, lo que también genera dudas sobre el futuro de las cotizaciones.
La anécdota del impulso minorista
"La participación en el mercado de esta nueva ola de inversores minoristas también ha llevado a situaciones ridículas en el mercado que solo pueden explicarse por el 'analfabetismo financiero' y la percepción de riesgos de los 'nuevos minoristas'. Por ejemplo, al comienzo de la pandemia y con el teletrabajo en auge, la plataforma gratuita Zoom se convirtió en el lugar de reunión para las reuniones de todo tipo. Como consecuencia directa, los inversores se apresuraron a comprar sus acciones: desafortunadamente, algunos de ellos confundieron a esta firma con el ticker de Zoom Technologies, una pequeña compañía de servicios en línea, lo que llevó disparó el precio de las acciones esta empresa por error", culmina el informe del asegurador alemán.
Todos estos factores pueden estar provocando la gran desconexión entre Wall Street y Main Street. No obstante, también es un aviso para navegantes. Si la situación de la economía real es tan precaria como están advirtiendo algunas instituciones, la mayor parte de las empresas, sea cual sea su tamaño, sufrirán una caída en sus beneficios, que podría reflejarse en el precio de las acciones y a su vez retroalimentar la crisis económica, como advertía el FMI esta semana.
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