El salón de la Regent Suite del Seven Seas Splendor cuenta con piano de cola y televisor de pantalla plana de 4k de gran definición.
Es la habitación de crucero más grande y exclusiva del mundo. En sus 413 metros, la Regent Site aloja un piano o un "picasso". Dormir en ella una noche cuesta más de 9.000 euros.
Cubierta 14, todo a proa. Esas son las coordenadas de la Regent Suite, el exclusivo alojamiento a bordo del Seven Seas Splendor, uno de los más refinados y lujosos barcos de cruceros de todo el mundo. "Elijas el destino que elijas, vayas donde sea que vayas, con el Seven Seas Splendor siempre estarás rodeado de elegancia, comodidad y hospitalidad", asegura Jason Montague, presidente ejecutivo de Regent Seven Seas Cruises.
Los cinco restaurantes; los tres bares y salones; la biblioteca; el casino; el teatro; el Serene Spa, con tratamientos únicos creados para el barco; o las clases de cocina del innovador Culinary Arts Kitchen dan cuenta de las palabras de Montague. Los 750 pasajeros que puede alojar están atendidos por los 542 miembros de la tripulación, y si en altamar el auténtico lujo es disponer de espacio, cualquiera de las 377 suites (todas exteriores y con balcón) cumple las premisas. Pero hay una que sobresale: la Regent Suite.
Unas letras doradas R y S entrelazadas ocupan el punto central de una especie de rosa de los vientos estampada en el suelo de mármol blanco y negro delante de la puerta de doble hoja de la habitación. Es la Regent Suite. Solo hay una como ella en todo el barco..., y en todo el mundo. "Es un hito en cuanto a las suites a bordo de cruceros", comenta John Barron, el director del crucero. "Tiene 413 metros cuadrados, 278 de interior y el resto de terrazas". Terrazas que la rodean porque está ubicada en la proa, justo un nivel por encima del puente de mando. Gran parte de las paredes son ventanas de suelo a techo, por lo que las vistas son excepcionales. La luz inunda este espacio en el que un gran recibidor con vistas al mar se abre hacia un salón a estribor donde hay detalles como un piano de cola o un cuadro de Picasso. De ahí se accede a una de las habitaciones (una suite dentro de la suite) y justo en la parte opuesta, a la izquierda de la entrada, está el dormitorio principal.
El diseño de esta suite se confió al estudio Tillberg Design of Sweden, que eligió los colores blanco, beis y gris, con detalles dorados o azules. Para el dormitorio principal se optó por introducir el negro, dándole más elegancia. Llama la atención la cama, una king size en cuya fabricación se han empleado 18 meses de trabajo, con un colchón realizado a mano por la prestigiosa firma sueca Hästens Vividus, que cuesta 200.000 euros. Aún queda un espacio más asombroso: un spa privado en mármol negro italiano, con sauna, baño de vapor, área de tratamientos, camas relax con vista al mar, cabina de duchas de lluvia y chorros con música y pared de cristal hacia el mar. Los tratamientos y masajes con productos Guerlain, L'Occitane, Bottega Veneta o Acqua di Parma están incluidos sin límite. ¿Queda algo? Sí: un vestidor y, en la terraza, un jacuzzi.
ELECCIÓN DE SÁBANAS
A pesar de sus dimensiones, la Regent Suite es muy acogedora. Además, se ha diseñado con mesura en los detalles, sin excesos, con gusto, por lo que no apabulla: "Es el lujo perfeccionado", apunta Barron, que recuerda que los huéspedes de esta suite también tienen un mayordomo personal durante el viaje y otro precrucero que se encarga de ultimar detalles como el tipo de sábanas y almohadas o la fragancia aromática que prefieran en la suite; un chófer y guía propio en cada puerto para realizar todas las excursiones que deseen; servicio de lavandería y tintorería; acceso exclusivo para las cenas al restaurante The Study, de tan solo 12 comensales; y una noche de alojamiento antes del crucero, en la ciudad de salida, con traslados y desayuno incluidos. "Todo el Seven Seas es asombroso pero la Regent Suite está pensada para sorprender a los amantes del lujo con una experiencia difícil de olvidar". Pese a su precio, 9.414 euros por noche, es la primera que se agota. El resto de las suites (hasta 14 categorías para elegir) son también impresionantes y muy estilosas, pero la Regent es única.
Cualquier detalle está pensado meticulosamente en este crucero que, al no tener el tamaño descomunal de otros barcos (tiene 224 metros de eslora), puede recalar en los puertos más singulares y dar acceso privilegiado a las mejores excursiones. Espesas alfombras de diseño y más de 4.200 metros cuadrados de mármol italiano complementan la sofisticación del interior, sin olvidar la colección de arte, con pinturas, litografías, esculturas y piezas de cristal repartidas por las suites y los espacios comunes, y que está valorada en cinco millones de dólares. Solo le encontramos una pega: que cuando viajas así, con todo incluido y con la distinción y el refinamiento de este barco, ya no apetece hacerlo de otra manera...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.