- El sector consigue un 55% de sus ganancias en Asia
- La fuerte recuperación de India y China elevan la demanda
"En tiempos de agitación, como los de ahora, los consumidores recurren a la calidad y buscan marcas fuertes en las que pueden confiar", afirma Jean-Paul Agon, CEO de L'Oreal. Y no se trata de un mero eslogan comercial, es un tendencia reconocida en todas las crisis: la sociedad recurre a productos que brindan seguridad cuando todo es inestable bajo sus pies.
El sector del lujo, casi tan viejo como Europa y orgullosamente francés, italiano, británico y suizo, vuelve a relucir según esta condición de refugio y lo hace sobre distintos hechos: la fuerte recuperación tras la pandemia de su principal mercado, Asia; su correlación positiva con el incremento de la inflación y de los tipos de interés; y, la vuelta de tuerca, su capacidad para hablar de sostenibilidad como sello distintivo: "compre menos, compre mejor", en pleno auge del ESG (la inversión en función de criterios ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés).
El contexto es tan favorable que el consenso de firmas de inversión que sigue la cotización de los ocho mayores grupos del lujo de Europa prevé que aumentarán su beneficio neto conjunto un 50% en 2022, respecto a 2019. Con crecimientos de entre el 40% y el 60% para LVMH, Kering y Hermès, del 112% para Richemont y del 222% para Burberry.
Una expectativa que se viene reflejando en bolsa en los últimos meses. El índice de Bloomberg que reúne a las compañías de esta industria presentes en el Stoxx 600 sube casi un 90% desde finales de octubre, cuando las primeras noticias sobre la eficacia de las vacunas contra el Covid empezaron a aportar visibilidad a la recuperación económica global.
La fuerte reconstrucción de China y en general de toda Asia son un factor fundamental para las buenas expectativas del lujo europeo. El sector consigue el 55% de sus ganancias en el continente -el 35% solo en la segunda economía mundial- y absolutamente todo el crecimiento lo genera allí. Por el contrario, en suelo europeo mengua su capacidad.
China, la primera potencia en entrar y en salir de la crisis -incluso cerró 2020 con un crecimiento del PIB (producto interior bruto) cercano al 2% y se espera que en 2021 lo acelere por encima del 8%-, se atreve a pronosticar que aumentará su renta per cápita hasta el "nivel medio de las economías desarrolladas" en un plazo de 15 años.
Este objetivo es pura gasolina para el lujo si se añade el componente sociológico de un capitalismo patrocinado por el estado que en el gigante asiático ha derivado en un consumidor voraz y aspiracional.
La clase media mundial sigue creciendo a nivel global: lentamente en los países avanzados y rápidamente entre las economías emergentes. Mientras se proyecta un incremento del 0,5% al año en los EEUU, la eurozona y Japón n 0,5% anual, en China e India se espera un ritmo de más del 6%, hasta que Asia represente dos terceras partes de la clase media global en 2030.
Inflación y lujo
Por otra parte, el lujo ha demostrado una correlación positiva con la inflación. Según calcula GAM Investments, el rendimiento de las acciones de las compañías europeas de la industria es de cerca de un 30% de media en periodos de incremento de los precios a nivel.
Este correlación, que la firma de inversión mide con el interés del bono de Estados Unidos a 10 años, se ha vuelto a producir en los últimos meses de recuperación económicos y aumento de las expectativas de inflación.
Las más barata del sector es Pandora
Si se compara a las principales compañías del sector del lujo por PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de las acciones), Pandora aparece como las más barata según las previsiones para 2021, con un múltiplo de ganancias de 20 veces, frente a las 37 a las que cotiza LVMH o las 61 veces a las que lo hace Hermes tras las fuertes subidas en bolsas en los últimos meses. Burberry es la siguiente empresa más atractiva en esta comparación al presentar el mayor incremento de los beneficios de la industria europea.