martes, 19 de octubre de 2021

China confirma su frenazo económico en medio de la crisis energética y la búsqueda de un nuevo modelo

 



  • El PIB de China crece menos de lo esperado: la actividad avanza un 0,2% trimestral
  • "China busca un nuevo equilibrio entre el crecimiento y la estabilidad"



Los temores se han confirmado. La crisis de Evergrande (reflejo de la situación del inmobiliario), la variante Delta y el 'crunch' energético están haciendo mella en el crecimiento económico de China. La economía ha pasado de crecer casi un 9% anual en el segundo trimestre del año a crecer menos de un 5% en el tercer trimestre de este 2021. Los mercados globales miran con preocupación a lo que está ocurriendo en China.

El crecimiento ha estado por debajo de lo previsto (un 4,9% del PIB) por el consenso de Bloomberg que vaticinaba un avance del PIB de alrededor del 5,2%. En términos trimestrales (crecimiento sobre el trimestre anterior), la economía solo ha avanzado un 0,2%, frente al 0,5% que esperaban los analistas. De este modo, el crecimiento del país cae por debajo de la tendencia que venía marcando los años previos al covid.

Los economistas de Commerzbank destacan en un comentario enviado a clientes que "claramente, el resurgimiento del virus y la crisis energética han pesado sobre las actividades económicas del país. Además, las preocupaciones sobre el sector inmobiliari(con Evergrande como epicentro) también han afectado el sentimiento y la inversión de forma relevante", explican los expertos del banco germano.

El 'gigante asiático' ha dado comienzo a un cambio de modelo económico que busca la sostenibilidad en el largo plazo, pero que tendrá un coste visible (en términos de crecimiento) en el corto, como se está pudiendo comprobar.




Pekín está lidiando con una crisis energética sin precedentes cuyo origen está en la reducción de emisiones para reducir la contaminación, pero que también se ha visto agravada por el auge del precio del carbón y el gas a nivel global. Varias provincias del país están racionando el consumo energético, afectando a la producción de varias industrias y, por ende, la actividad económica en su conjunto.

A la vez, Pekín está poniendo las bases que darán lugar a un nuevo modelo económico menos dependiente de la deuda y del ladrillo. Sin duda, estos cambios tendrán implicaciones sensibles para China y el resto del mundo.

"De cara al futuro, los responsables de la formulación de políticas buscarán un nuevo equilibrio entre el crecimiento económico y la estabilidad financiera. Por lo tanto, aunque es probable que el tono general siga siendo duro con el endeudamiento, aún se puede esperar que una cierta relajación marginal para contrarrestar los fuertes vientos en contra para la economía. Conclusión, la desaceleración del crecimiento debería continuar en los próximos trimestres", aseguran los expertos del banco alemán.

El debilitamiento es generalizado

En cuanto a los datos de actividad de septiembre, la producción industrial avanzó un 3,1% anual (consenso: 3,8%), frente al 5,3% del mes anterior, reflejando el daño por la escasez de energía. La inversión en activos fijos se desaceleró significativamente hasta el 7,3% interanual en los primeros tres trimestres de este año, frente a una lectura anterior del 8,9%.

Por otro lado, aunque  las ventas minoristas obtuvieron mejores resultados de lo esperado con un 4,4% anual (consenso: 3,5%), la tendencia claramente ha perdido fuerza, lo que apunta a un consumo interno se está moderando también, así como al gasto de los hogares.

No obstante, desde Commerzbank reconocen que "sorprendentemente, la tasa de desempleo urbano cayó por debajo del 5% a finales de septiembre, hasta el 4,9% (consenso: 5,1%). Sin embargo, debemos interpretarlo con cautela, ya que el dato podría tener las patas muy cortas y el grupo de edad de 16 a 24 años registró una tasa de desempleo del 14,6%".

China y su futuro

Tommy Wu, analista de Oxford Economics, explica que el gigante asiático tiene "diversos vientos en contra". La firma espera que la escasez de suministros disminuya en los meses venideros, ya que el Gobierno chino ha subrayado la necesidad de asegurar el suministro de energía para mantener la economía en funcionamiento. El problema, según Wu, vendrá desde el sector inmobiliario. "Aunque es improbable que los problemas de Evergrande provoquen un momento Lehman, esperamos que empeoren la desaceleración del sector", dice este experto. Además, la pandemia sigue haciendo mella. "Es probable que la cautela frente a la covid siga obstaculizando la recuperación del consumo", señala la consultora en su análisis.

Ante este escenario, Oxford ha empeorado sus previsiones para el PIB chino del cuatro trimestre: ahora espera una expansión del 3,6% interanual, frente al 5% que estimaba previamente. Para el conjunto del año, cree que el PIB chino crecerá un 8% (cuatro décimas menos que lo que calculaba anteriormente) y en 2022 recorta la estimación otras cuatro décimas, al 5,4%. Desde ING Economics son algo menos pesimistas: pese a rebajar sus estimaciones, anticipan un aumento del PIB entre octubre-diciembre del 4,3% interanual y del 8,9% para todo 2021. "Si no se produce una relajación de la política monetaria en el trimestre, deberíamos esperar que el crecimiento del PIB se reduzca aún más", matiza Iris Pang, economista jefe para China del think thank neerlandés.

Oxford Economics: "Evergrande no generará un momento Lehman, pero el sector inmobiliario empeorará"

Tommy Wu, analista de Oxford Economics, explica que el gigante asiático tiene "diversos vientos en contra". La firma cree que la escasez de suministros podría ser menos intensa en los meses venideros, ya que el Gobierno chino ha subrayado la necesidad de asegurar el suministro de energía para mantener la economía en funcionamiento. El problema, según Wu, vendrá desde el sector inmobiliario. "Aunque es improbable que los problemas de Evergrande provoquen un momento Lehman, esperamos que empeoren la desaceleración del sector", dice este experto.

Ante este escenario, Oxford ha empeorado sus previsiones para el PIB chino del cuatro trimestre: ahora espera una expansión del 3,6% interanual, frente al 5% que estimaba previamente. Para el conjunto del año, cree que el PIB chino crecerá un 8% (cuatro décimas menos que lo que calculaba anteriormente) y en 2022 recorta la estimación otras cuatro décimas, al 5,4%.

Desde ING Economics son algo menos pesimistas: pese a rebajar sus estimaciones, anticipan un aumento del PIB entre octubre-diciembre del 4,3% interanual y del 8,9% para todo 2021. "Si no se produce una relajación de la política monetaria en el trimestre, deberíamos esperar que el crecimiento del PIB se reduzca aún más", matiza Iris Pang, economista jefe para China del think thank neerlandés.