- El índice Báltico Seco ha anticipado las últimas tres recesiones
- Los expertos apuntan a que su fuerte caída debe ser positiva...
- ... al anticipar un descenso en las tensiones de las redes de distribución
El indice Báltico Seco adquirió el adjetivo de infalible cuando comenzó a desplomarse a finales de 2007. Pocos habían sido capaces de detectar lo que se venía en 2008, la caída de Lehman Brothers que provocó un terremoto financiero que terminó hundiendo la economía global. El transporte marítimo fue de los primeros sectores en anticipar el colapso del sistema financiero. ¿Está pasando ahora lo mismo?
El índice Báltico Seco acumula una caída de más del 50% desde su último máximo del 7 de octubre pasado. El espectacular descenso no se veía desde finales 2007 y principios de 2008, meses antes que el sistema financiero se derrumbara. Desde entonces este indicador es uno de los más seguidos para anticipar recesiones. Junto a la inversión de la curva de tipos de interés en EEUU, fue uno de los pocos indicadores que advirtió con antelación que la economía mundial se adentraba en una recesión.
El espectacular descenso, dado su historial, anticipa por lo menos un fuerte frenazo de la economía mundial. Acertó con las últimas tres recesiones. "Todo pudiera ser, pero hay que recordar que, aunque la caída del índice Báltico se inicia siempre con anterioridad a las recesiones, por lo que puede considerarse su heraldo, no siempre que el índice baja bruscamente se produce una recesión con posterioridad", aclara el economista Juan Ignacio Crespo, uno de los pocos expertos que advirtió hace más de una década, que algo iba mal en los mercados, apoyado en este índice.
Al centrarse en materias primas secas funciona como indicador adelantado
Lo que tiene de particular el índice es que refleja la evolución media de lo que pagan los comerciantes por los fletes marítimos a granel. Ahora que las tarifas de los cargueros se están mirando con lupa. Es importante tener en cuenta la diferencia entre los fletes que se utilizan para movilizar materias primas como trigo o soja, a los de contenedores que se utilizan para transportar bienes intermedios o finales. El contenido al que hace referencia el índice Báltico hace referencia a grandes cantidades de productos a granel, una cualidad al que se le atribuye ser un indicador adelantado de la economía.
Pero la naturaleza de la actual crisis de suministros está provocada por el cierre de las economías y los centros de producción y distribución de las mercancías, lo que la hace especial. El transporte marítimo nunca ha vivido una situación de colapso, acompañado por un exceso de demanda que complica aún más la situación. Los problemas en la cadena de suministro dominaron en la última temporada de resultados en EEUU. La mención a esta circunstancia se disparó un 412% con respecto al año pasado, según Bank of America. Prueba de lo expuestas que están las empresas al comercio marítimo. El 95% del transporte mundial se realiza vía marítima.
En circunstancia normales, el comercio marítimo acompaña a la evolución económica. Pero el parón de las cadenas de suministro provocado por la pandemia ha roto la correlación de manera excepcional. En esta ocasión, la caída del índice báltico no significa una recaída de la economía o, por lo menos, es lo que sugieren la mayoría de analistas. "Las señales de una mejora potencial en los puertos una vez que termine la gran fiebre previa a la Navidad respaldan las esperanzas de que las restricciones de suministro se puedan solucionar paso a paso en el transcurso de 2022", comentan desde Berenberg. "Permitirá que el crecimiento económico se recupere nuevamente después de una desaceleración temporal en Europa a finales de este año", añade la firma.
Pero ahora los expertos señala que el Báltico señala una mejora en el transporte
Los analistas de Jefferies también esperan que la escasez se intensifique a finales de 2021 antes de que la demanda cambie hacia los servicios. "Los cuellos de botella de la cadena de suministro comiencen a despejarse para el primer trimestre de 2022, ya que la demanda estacional cae drásticamente y se reconstruyen los inventarios", explican. Los cuellos de botellas se originaron al comienzo de la pandemia con las paradas en los centros de producción en China. Luego fueron extendiéndose al resto de la región hasta provocar cuellos de botellas en los puertos, que todavía se nota por parones ocasionales por brotes y falta de mano de obra.
En las últimas tres recesiones, el índice Báltico las había anticipado con meses de antelación. Pero en su reciente historia "se aprecian fuertes caídas entre 2014 y 2016, aunque las economías bordearon la recesión, no cayeron en ella", recuerda Crespo.
También el índice Báltico cayó con fuerza entre 2010 y 2013 sin que hubiera una recesión global. EEUU la esquivó y en Europa sufrieron principalmente los países periféricos, junto a Japón. "Hay que estar atentos, por si acaso, pero no siempre que cae el Índice Báltico se sigue una recesión", subraya Crespo.
Lo que sí anticipó el índice Báltico con los máximos hasta octubre fue el exceso descontrolado de demanda que ha desbordado a las redes de distribución. El índice parece que también funciona para detectar presiones inflacionarias para las economías. Los próximos meses decidirá si el indicador adelantado ha vuelto a funcionar. Si acierta no solo está anticipando una recesión, también el escenario tóxico de inflación por caída del PIB y precios disparados.