- Uno de los países con más recursos y que menos hace por combatir el calentamiento
- El transporte público es deficiente y las energías verdes brillan por su ausencia
- La población ha comenzado a concienciarse y piden a su gobierno un cambio
Su PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo alcanza casi los 60.000 dólares, casi duplicando la renta por habitante de España. Además, este país ha logrado crear uno de los fondos soberanos más grandes del mundo pese a tener solo 4,5 millones de habitantes. Se podría decir que este país tiene recursos. Sin embargo, su supervivencia no está garantizada. El clima está haciendo de Kuwait un país casi inhabitable por las elevadas temperaturas y la falta de medidas para combatir la contaminación. Las personas, la fauna y la flora tienen cada vez más dificultades para mantener su actividad.
Intentar coger un autobús en la estación de Maliya en la ciudad de Kuwait puede ser un riesgo muy serio para tu salud en verano. Las temperaturas son tan altas que esperar al autobús bajo el sol es casi un suicidio.
Alrededor de dos tercios de los autobuses de la ciudad pasan por el centro, pero los horarios no son fiables, por lo que muchas veces hay que esperar. Una espera que se hace interminable en un ambiente lleno de humo, los coches circulan 24 horas en medio de un anticiclón constante que impide que la contaminación abandone el lugar. Esperando el autobús corres el riesgo de achicharrarte y de perecer ahogado entre tanta contaminación.
Hay pequeños refugios o marquesinas que ofrecen algo de sombra a un puñado de personas.... si se aprietan. Decenas terminan de pie bajo el sol, a veces usando sombrillas para protegerse.
Récords de temperaturas
El calentamiento global está rompiendo récords de temperatura en todo el mundo, pero Kuwait, uno de los países más cálidos del planeta, se está volviendo inhabitable rápidamente. En 2016, los termómetros alcanzaron los 54 grados a la sombra, la lectura más alta en la Tierra en los últimos 76 años.
El año pasado, por primera vez, superaron los 50 grados a la sombra en junio, semanas antes del pico habitual. Partes de Kuwait podrían calentarse hasta 4,5 °C entre 2071 y 2100 en comparación con el promedio histórico, según la Autoridad Pública Ambiental, lo que haría inhabitables grandes áreas del país, según revelan desde Bloomberg.
Para la vida silvestre, casi lo es. Los pájaros muertos aparecen en los tejados en los brutales meses de verano, incapaces de encontrar sombra o agua. Los veterinarios están inundados de gatos callejeros, recogidos por personas que los encontraron cerca de la muerte por agotamiento por calor y deshidratación. Incluso los zorros salvajes están abandonando un desierto que ya no florece después de las lluvias, por lo que transitan la ciudad en busca de las pequeñas manchas verdes que quedan.
"Es por eso que estamos viendo cada vez menos vida silvestre en Kuwait, es porque la mayoría de ellos no sobreviven a las estaciones", asegura Tamara Qabazard, veterinaria en el zoológico de Kuwait. "El año pasado, tuvimos tres o cuatro días a finales de julio que fueron increíblemente húmedos y muy calurosos, y era difícil incluso caminar fuera de tu casa, y no había viento. Muchos de los animales comenzaron a tener problemas respiratorios".
A diferencia de países como Bangladesh o hasta Brasil, que luchan contra el cambio climático pese a sufrir una pobreza de grandes dimensiones, Kuwait que es el exportador de petróleo número 4 de la OPEP y uno de los países más ricos del mundo no está haciendo prácticamente nada. Este pequeño país es la sede del tercer fondo soberano más grande del mundo y esto que tiene poco más de 4,5 millones de personas. En este caso no es la falta de recursos lo que se interpone en el camino para reducir los gases de efecto invernadero y adaptarse a un planeta más cálido, sino la inacción política.
Incluso los vecinos de Kuwait, que también dependen de las exportaciones de crudo, se han comprometido a tomar medidas climáticas más fuertes. Arabia Saudí ha aseguró el año pasado que apuntaría a emisiones netas cero para 2060.
Los Emiratos Árabes Unidos se han fijado una meta para 2050. Aunque siguen estando entre los mayores productores de combustibles fósiles, ambos dicen que están trabajando para diversificar sus economías e invirtiendo en energías renovables. Las próximas dos conferencias climáticas de las Naciones Unidas se llevarán a cabo en Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, a medida que los gobiernos de Oriente Medio reconocen que también pueden perder con el aumento de las temperaturas y el nivel del mar.
Promesas parciales e insuficientes
Kuwait, por el contrario, se comprometió en la cumbre COP26 de noviembre a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 7,4% para 2035, un objetivo que está muy por debajo de la reducción del 45% necesaria para cumplir el objetivo ambicioso del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C para 2030. El fondo de riqueza soberana de 700.000 millones de dólares invierte con el objetivo específico de protegerse contra el petróleo, pero han vuelto a reconocer que los rendimientos siguen siendo una prioridad por encima de la inversión sostenible.
"Incluso en comparación con el resto de Oriente Medio, Kuwait está rezagado en su lucha contra el cambio climático", asegura Manal Shehabi, visitante académica de la Universidad de Oxford que estudia las naciones del Golfo. En una región que está lejos de hacer lo suficiente para evitar un calentamiento global catastrófico, "las promesas climáticas en Kuwait son (todavía) significativamente muy bajas".
El Gobierno asegura que actuará
El jeque Abdullah Al-Ahmed Al-Sabah, jefe de la EPA, afirmó a la COP26 que su país estaba dispuesto a apoyar las iniciativas internacionales para estabilizar el clima. Kuwait también se comprometió a adoptar una "estrategia nacional baja en carbono" para mediados de siglo, pero no ha dicho qué implicará y hay poca evidencia de acción sobre el terreno. Un plan difuso, poco concreto y del que aún no se ha puesto en marcha nada.
Eso llevó a un usuario de Twitter a publicar fotos de palmeras marchitas (abrasadas por el sol), preguntando cómo su gobierno tuvo el descaro de aparecer en la cumbre y defender unas políticas que no aplica. Jassim Al-Awadhi es parte de una generación más joven de kuwaitíes cada vez más preocupados por el futuro de su país.
Pese a su corta edad de 32 años es ya un exbanquero que renunció a su trabajo para impulsar un cambio que, según los expertos, podría ser la clave de Kuwait para abordar el calentamiento global: renovar las actitudes hacia el transporte y el modo de vida.
Su objetivo es lograr que los kuwaitíes adopten el transporte público, que hoy en día consiste solo en autobuses que en su mayoría son utilizados por trabajadores inmigrantes con empleos mal pagados que no tienen más remedio que soportar el calor.
Si el cambio comienza realmente ahora, explica Nadim Farajalla, director del programa de cambio climático y medio ambiente de la Universidad de Beirut, se puede hacer mucho en las próximas décadas, pero eso debería incluir la protección contra el aumento del nivel del mar, hacer que las ciudades sean más verdes y los edificios menos intensivos en energía. Pero sobre todo debe centrarse en el transporte, una de las principales causas de las emisiones de CO2.
Khaled Mahdi, secretario general del Consejo Supremo de Planificación y Desarrollo de Kuwait, sostiene que el plan de adaptación del gobierno está alineado con las políticas internacionales. "Identificamos claramente los roles y responsabilidades, y todos los desafíos en el país", asegura, aunque admitió que "la implementación es un tema desafiante cuando menos".
Si bien es cierto que el gobierno se está demorando en sus planes de acción, los jóvenes kuwaitíes como Al-Awadhi no lo están. Su grupo de defensa Kuwait Commute está empezando a hacer campaña a favor de los refugios o marquesinas adaptadas para las paradas de autobús en un intento por proteger a los pasajeros del sol.
El Banco Nacional de Kuwait, el mayor prestamista del país, patrocinó recientemente una parada de autobús diseñada por tres mujeres graduadas. Aún así, como gran parte del sector privado, permanecen fuera del proceso de toma de decisiones.
"Creo que finalmente estamos progresando", añade Al-Awadhi, quien espera lograr que más kuwaitíes viajen en autobús y que este incremento de la demanda sea suficiente para mejorar el servicio. Pero "tiene que ser impulsado por el gobierno. Es la gallina antes del huevo".