viernes, 1 de abril de 2022

El FMI se suma a la alerta: las sanciones a Rusia amenazan la hegemonía mundial del dólar

 


  • Gopinath avisa: puede haber un sistema monetario internacional más fragmentado
  • Rusia y otros posibles aliados como China podrían buscar vías alternativas



Una de las primeras conclusiones que se sacó con las sanciones internacionales a Rusia después de invadir Ucrania es que podrían tener cierto efecto boomerang y una de las víctimas podría acabar siendo la hegemonía mundial del dólar estadounidense. El colectivo veto de Occidente a Moscú puede desencadenar una alianza del Kremlin con otros gobiernos para buscar una vía alternativa al 'billete verde' que haga tambalearse su dominancia. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha sumado ahora a estas alarmas.

La primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, ha advertido de que estas sanciones pueden desembocar en un sistema monetario internacional más fragmentado en el que se diluya gradualmente la primacía del dólar.

La economista ha apuntado que el mayor uso de otras monedas en el comercio mundial conduciría a una mayor diversificación de los activos de reserva en poder de los bancos centrales nacionales, ya que los países tienden a acumular reservas en las monedas con las que comercian con el resto del mundo y en las que toman prestado del resto del mundo. "Por lo tanto, es posible que se vean algunas tendencias lentas hacia que otras monedas jueguen un papel más importante [en activos de reserva]", ha pronosticado en una entrevista al Financial Times recogida por Ep.

Asimismo, ha señalado que la guerra también estimulará la adopción de las finanzas digitalesdesde las criptomonedas hasta las monedas estables y las monedas digitales de los bancos centrales, que "recibirán una atención aún mayor después de los episodios recientes, lo que lleva a la cuestión de la regulación internacional. "Hay un vacío que llenar ahí", ha advertido.

El caso de Moscú puede servir para que China, la otra gran potencia mundial ahora mismo en pugna con EEUU, se termine de animar a conformar una alternativa mundial al dólar. La exclusión de algunos bancos rusos del sistema de pagos interbancarios SWIFT ha sido prueba de ello. Los rusos están haciendo valer su sistema patrio, el SPFS (Sistema para la Transferencia de Mensajes Financieros). No obstante, su alcance es bastante local. Por eso el país se ha volcado con el sistema chino, el CIPS.

Aunque recurrir a esta vía reduciría la necesidad de dólares (el comercio Rusia-China se puede liquidar en yuanes), mientras el 40% de los pagos internacionales del mundo sean en dólares, el CIPS -cuya cuota es del 3%- no puede ser una alternativa mundial. Es ahí donde entra en escena el yuan digital. Pese a que ahora mismo está diseñado sobre todo para los pagos minoristas nacionales, el token está preparado para su uso transfronterizo, lo que le otorga un gran potencial para hacer daño al dólar. Otro ejemplo se ha visto con Arabia Saudí y China retomando sus conversaciones para fijar el precio del petróleo en yuanes y no dólares.

Son varios ya los analistas que han alertado de esta dinámica. El estratega de tipos de interés de Credit Suisse Zoltan Pozsar se hizo eco recientemente de estos riesgos en un podcast de Bloomberg. Pozsar señalaba que las guerras tienden a convertirse en coyunturas trascendentales para las divisas mundiales, y con la pérdida de acceso de Rusia a sus reservas de divisas, se ha enviado un mensaje a todos los países de que no pueden contar con que estas reservas de dinero sean realmente suyas en caso de tensión. Por ello, puede tener cada vez menos sentido que los gestores de las reservas mundiales guarden dólares por seguridad, dado que podrían quitárselos justo cuando más los necesitan. Una lección que, antes que Rusia, aprendieron, por ejemplo, los talibanes en Afganistán hace unos meses.

Pese a todo, la propia Gopinath ha calificado como poco probable que este papel preponderante del dólar sea desafiado a medio plazo al estar respaldado por instituciones sólidas y altamente creíbles, mercados profundos y el hecho de que es libremente convertible, sea desafiado a medio plazo.

"El dólar seguiría siendo la principal moneda mundial incluso en ese panorama, pero la fragmentación a un nivel más pequeño ciertamente es bastante posible", ha señalado. "Ya estamos viendo eso con algunos países renegociando la moneda en la que se les paga por el comercio", ha añadido.

"Es algo a muy largo plazo, así que nada inmediato, ni siquiera digamos a dos o tres años vista, pero si lo que estamos viendo es una demostración del poder de la fuerza económica y financiera, la respuesta lógica si existe el riesgo de estar en el extremo receptor es ver qué se puede hacer para inmunizarse", opinaba hace poco Steven Englander, director general de Standard Chartered Bank. Aquí también jugará un papel más que importante que EEUU se acabe de decidir por el dólar digital.