- Un verdadero edén de naturaleza desbordante, donde el aire es limpio y la vida tranquila.
Las ocho islas que forman el archipiélago canario rebosan belleza por todos los lados. Verdaderas joyas que esconden algunos de los paisajes más bonitos de toda España. Sin embargo, la más pequeña de todas es el auténtico paraíso donde la vida es relajada, las carreteras no están asfaltadas y la bicicleta es el medio de trasporte por excelencia. Nos referimos a La Graciosa.
Una vida de tranquilidad
La Graciosa, con sus pequeñas dimensiones que no llegan a los 30 kilómetros cuadrados, se encuentra al norte de Lanzarote y es la única isla habitada del Parque Natural Archipiélago Chinijo. Su población principal, y la que podríamos llamar su capital, es Caleta del Sebo, un conjunto de casas blancas de no más de una planta con las puertas y ventanas pintadas de azul o verde.
En la villa no se respira más que tranquilidad. La vida aquí gira en torno a su puerto, donde nos toparemos con pescadores locales y pequeñas embarcaciones, algunos negocios turísticos, unos pocos restaurantes y calles de arena sin una gota de asfalto. Sus 750 habitantes viven alejados de los ruidos de los motores, y tan solo respiran aire limpio y salado.
Playas vírgenes y salvajes
Tal y como se pudiera imaginar de un lugar así, sus playas son totalmente vírgenes y de una naturaleza salvaje sin igual. Arena blanca o dorada, aguas turquesas y un paisaje volcánico. Esto y mucho más es lo que espera al viajero. Para llegar a estas idílicas playas no hay más trasporte que las bicicletas, pero en recorrer la isla a dos ruedas no se tarda más de 35 minutos.
La playa de la Francesa es el lugar perfecto para practicar esnórquel y desde allí podemos contemplar los Riscos de Famara en la isla vecina de Lanzarote. Muy cerca nos encontramos con la playa de La Cocina, a los pies del antiguo volcán Montaña Amarilla, lo que crea un sorprendente contraste entre la roca amarilla y el agua turquesa.
Continuamos el recorrido y llegamos a la playa de Las Conchas con su manto de arena blanca y las mejores vistas del islote de Montaña Clara. Por su parte, la playa del Ámbar se encuentra al lado de Pedro Barba, el otro núcleo habitado de la isla formado por tan solo 20 casas.
Además, en un entorno tan virgen, la riqueza de los fondos marinos es excepcional, un verdadero paraíso para los amantes del buceo. Asimismo, no solo podremos contemplar una variada fauna y flora, sino que también observar el abrupto paisaje marino lleno de formaciones de origen volcánico como cuevas o túneles.
Cómo llegar a La Graciosa
La Graciosa está a tan solo 7 kilómetros de Lanzarote y ambas islas están conectadas por una línea regular de ferri que parte del puerto de Órzola y atraca en Caleta del Sebo. Existen varias compañías que cubren el trayecto y las salidas se producen, aproximadamente, cada media hora.
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