- Rusia podría extender el pago en rublos a los fertilizantes, madera, metales...
- Moscú no quiere recibir pagos en dólares o euros porque ya no le sirven
- Occidente no puede embargar los activos denominados en rublos en cuentas rusas
Desde que comenzó la invasión a Ucrania, un posible corte en el suministro del gas ruso que fluye a Europa ha sido un riesgo creciente por ambos lados. Tanto Moscú como Bruselas pueden utilizar la compra o venta de gas como arma arrojadiza. Sin embargo, lo que pocos o nadie habrían apostado es que el desencadenante de ese corte en el suministro fuese a ser la falta de acuerdo en la forma de pago del gas, y menos aún que en ese acuerdo el rublo fuera el gran protagonista. En condiciones normales, los países exportadores de materias primas desean recibir dólares u otras divisas duras (mucho más estables y demandadas globalmente) a cambio de su gas, petróleo... Pero en esta ocasión ocurre todo lo contrario. Rusia quiere que los países europeos paguen en el gas rublos y su exigencia tiene sentido económico.
Si Rusia consigue que los países europeos paguen en rublos por el gas que importan, Moscú logrará que el tipo de cambio del rublo goce de un sostén natural (el anuncio de esta exigencia ya dio un impulso notable a la divisa rusa), la economía comenzará a recibir un influjo de rublos que permitirá financiar las políticas del Gobierno sin la necesidad de crear nueva moneda (lo cual genera inflación y depaupera la divisa local) y, sobre todo, conseguirá sortear o disminuir el impacto de algunas de las sanciones ya impuestas o de las que están por venir.
¿Por qué el pago en rublos es ahora una obsesión para Rusia? Como se ha podido ver, Occidente es capaz de congelar los activos reales rusos fuera de Rusia (viviendas, yates...) y los activos financieros denominados en dólares, euros... que necesiten de una cuenta bancaria o intermediario occidental, pero no puede hacer nada con los activos denominados en rublos que se encuentran en entidades rusas. Por ello, Moscú quiere evitar cualquier posibilidad o riesgo en este aspecto, reduciendo los ingresos y las reservas en divisas de países 'hostiles' (dólares, euros, libras...).
Al comienzo de la guerra, los países occidentales congelaron prácticamente todos los activos rusos que tenían a mano. De la noche a la mañana, el Banco de Rusia perdió alrededor de dos tercios de sus activos (reservas de divisas en dólares, euros, libras, yenes, oro fuera de Rusia...). Ahora Moscú pretende reducir este riesgo al máximo (pese a los costes que conlleva, puesto que el dólar es necesario para muchas operaciones de deuda e importaciones) forzando a que los países 'hostiles' compren rublos en el mercado para poder adquirir el gas.
Reducir riesgos y apoyar al rublo
Rusia y Gazprom estarían estudiando la forma de reducir al máximo los riesgos. Una vía sería a través de pagos directos (sin intermediarios) al banco de Gazprom (Gazprombank) que fuesen inmediatamente convertidos en rublos. Desde Natixis explican en una nota que "esta sería la exigencia rusa menos dañina para importadores europeos, ya que las empresas que importan gas ruso podrían realizar compras mediante un pago en euros o dólares a una cuenta bancaria en Gazprombank, que luego lo convertirá en rublos. Este acuerdo no debería cambiar mucho el escenario para las empresas europeas".
Este método de pago puede ser una vía para que Rusia eluda las sanciones bancarias, puesto que permite realizar los pagos directamente a un banco favorable al gobierno ruso, sin temor a que se congelen los activos recibidos.
Los analistas del banco de inversión francés apuntan que "dada la congelación de activos en euros y dólares, no hay ningún incentivo para que Rusia utilice las monedas de países 'hostiles' y este los apueste todo a sostener el rublo. El presidente de la Duma, la cámara baja del parlamento, Vyacheslav Volodin, se ha declarado a favor de extender el pago en rublos a otro tipo de productos como fertilizantes, madera, metales, petróleo, cereales... En otras palabras, Rusia está buscando acelerar la desdolarización de su economía. Y si Rusia consigue exportar en rublos y no en dólares o euros, se corre el riesgo de que otros países hagan lo mismo, como es el caso de China, India o Arabia Saudí, que negocia con China vender parte de su petróleo en yuan", aseguran los economistas de Natixis.
Alexander Mihailov, Director del Group for Economic Analysis en la Universidad de Reading, explicaba en una columna publicada en Voxeu.org que el pago en rublos supondría "una traslación del riesgo del tipo de cambio de Gazprom como exportador a sus contrapartes importadoras en los países 'hostiles', lo que podría resultar en un aumento de los costes de la energía si el rublo gana valor en un medio y largo plazo".
Este experto destaca que "la medida podría impulsar la demanda de rublos en los mercados internacionales de divisas, en particular al obligar a Occidente a que los compradores de gas y petróleo compren rublos bajo el actual régimen de sanciones". Estas expectativas y las medidas aprobadas por Moscú están fortaleciendo al rublo, lo que por ahora estaría impidiendo que Rusia entre en una espiral inflacionaria.
Por otro lado, este economista cree que pensando en el largo plazo la idea de exigir los pagos en rublos puede tener un impacto notable en el orden global del mercado de divisas que ahora mismo está completamente controlado por el dólar: "Los asesores económicos de Putin pueden haber previsto que tal medida, si se implementa, probablemente allanará el camino para que el rublo ruso eventualmente obtenga una posición más importante como divisa de reserva o moneda internacional... son bien conocidos las ventajas del dólar (y de EEUU) como la principal moneda de reserva y pago del mundo".
Pánico en algunos países de Europa
El destino del rublo dependerá en buena medida de las próximas sanciones europeas. Por ahora no está muy claro si las empresas europeas terminará cediendo a las peticiones del Kremlin. Los países más dependientes del gas ruso muestran cierto nerviosismo. Tras cortar el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, los nervios empiezan a apoderarse de los países más dependientes del gas ruso dentro de la Unión Europea. Desde el Financial Times se filtró que algunas empresas alemanas, italianas y de otros países ya estaban buscando fórmulas para abrir cuentas en rublos rusos y poder seguir importando esta materia prima.
Esta semana, el primer ministro italiano, Mario Draghi, urgió a la Comisión Europea (CE) a expresar cuanto antes si el pago con rublos del gas ruso es una violación de las sanciones europeas contra Moscú, por su invasión a Ucrania el pasado 24 de febrero. "Es muy importante que la Comisión exprese una opinión jurídica clara sobre si el pago en rublos incumple las sanciones o no, es la única manera de mantenernos todos unidos. Si no hay una línea, cada empresa o país hará lo que crea conveniente", sostuvo Draghi, en una rueda de prensa, al término del Consejo de Ministros de este lunes.
Italia ha sido uno de los países que se encuentran bajo sospecha tras las publicaciones del FT. No obstante, el gigante de la energía ENI, controlada en buena parte por el propio Estado de Italia, aseguró la semana pasada que aún no ha abierto cuentas en rublos en el banco ruso Gazprombank, pese a las informaciones que se han publicado.
Por ahora, los controles de capital, la expectativas del pago en rublos de algunas materias primas y el poderoso superávit por cuenta corriente (exporta mucho más de lo que importa) de Rusia han permitido al rublo recuperar todo el terreno perdido durante los primeros compases de la guerra y ponerse en máximos no vistos desde febrero de 2020 (mucho antes de que comenzase la guerra). A día de hoy y sin intentar prever que pasará en el futuro, el rublo se ha visto fortalecido de forma por el conjunto de medidas aprobadas por Moscú y otras consecuencias de la guerra. La pregunta es por cuánto tiempo. Si Europa pone fin a las compras de petróleo, primero, y de gas, después, rusos, la demanda de rublos y el superávit por cuenta corriente podrían tener los días contados.