El IPC de mayo se situó en el 8,7%. Foto: Dreamstime
- Se llama la "regla del 72"
- Se suele aplicar en los rendimientos de las inversiones
Esta semana se ha confirmado que el Índice de Precios al Consumo (IPC) de mayo se situó en el 8,7%. Hay que remontarse a 1994 para una tasa tan elevada. A lo que se suma que la inflación subyacente subió hasta el 4,9%. Ante esta escalada descontrolada de los precios de los alimentos, la energía y la gasolina, muchos se preguntan por su impacto en su poder adquisitivo. Una forma fácil de medir su efecto a largo plazo es la llamada "regla del 72".
Se llama la "regla del 72" porque hay que dividir este número por un determinado tipo de interés anual para determinar el tiempo aproximado que tardará un inversor en duplicar su dinero. Esta fórmula suele aplicarse a los rendimientos de las inversiones.
No obstante, también sirve para el actual escenario inflacionario. La diferencia es que la regla funciona a la inversa: el resultado es cuánto tiempo tendría que transcurrir para que el valor de los ahorros de los consumidores se redujera a la mitad. Para ello, hay que dividir 72 por la tasa de inflación anual. En el caso de España, habría que dividir 72 entre 8,7 y daría 8,27. Es decir, que el dinero de los consumidores españoles tardaría poco más de 8 años en reducirse a la mitad.
Cabe señalar que esta regla trabaja con el supuesto de que la inflación se mantendrá en el tiempo, en el caso de España más de 8 años. Según Greg McBride, analista financiero jefe de Bankrate, a CNBC, "es poco probable que ocurra". Sobre todo teniendo en cuenta que tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal de EEUU (Fed) ya han anunciado nuevas subidas de los tipos de interés, en un intento por hacer frente a la actual tasa. Tal y como informó esta semana la institución europea, en la próxima reunión de julio y en la de septiembre se subirán los tipos 25 puntos básicos, en ambos casos.
Asimismo, hay que tener en cuenta que no todos los hogares tienen el mismo nivel de ahorro y, por consiguiente, el aumento de los precios no les afecta igual. También depende de si se va en coche al trabajo, se utiliza el transporte público o se trabaja desde casa. Por otro lado, las subidas de sueldo y los rendimientos de las inversiones también pueden contribuir a reducir el impacto de la inflación.