Fotografía de Ennie Horvath. (Pexels)
Científicos afirman que la percepción del tiempo varía según la especie e incluso entre los seres humanos, lo que permite que algunos tengan 'superpoderes' en ciertas actividades
Una nueva investigación afirma que la percepción del tiempo varía según la especie. Para algunos animales, el tiempo corre a una velocidad glacial. Para otros, los eventos en el mundo físico suceden mucho más rápido. Según el estudio, esto también sucede incluso entre individuos de la misma especie, como la humana: hay personas para las que el tiempo parece ralentizarse porque procesan su entorno a una mayor frecuencia que el resto.
Esta ralentización perceptual ofrece ventajas claras a las especies e individuos que la tienen. Según el Dr. Kevin Healy, uno de los autores del estudio, "tener una visión rápida ayuda a una especie a percibir cambios rápidos en el medio ambiente. Tal percepción detallada de los cambios es muy útil si te mueves rápidamente o necesitas identificar la trayectoria de una presa en movimiento".
Entre los humanos pasa lo mismo, la diferencia entre individuos resulta en una mayor capacidad de reacción. Un buen portero de fútbol, por ejemplo, puede parar un tiro mejor que otro porque procesa la realidad a una mayor velocidad, algo que le dota de una ventaja sobre otros porteros. Lo mismo pasa con los mejores pilotos de combate o entre los humanos que realicen cualquier otra actividad que requiera un menor tiempo de respuesta.
Qué han descubierto
El metaestudio — que los autores califican como el mayor de su clase, con más de 100 especies animales analizadas en otros estudios — dice que las libélulas y los moscardones tienen una visión a 300 hertzios. Es decir: perciben la realidad a 300 fotogramas por segundo. Esto hace que, para estos insectos, todo suceda a cámara muy lenta (las cámaras digitales comunes suelen tener frecuencias de capturas típicas de 120 a 240 fotogramas por segundo).
Entre los vertebrados, el más rápido del estudio fue un pájaro llamado papamoscas cerrojillo, con una percepción temporal de 146 imágenes por segundo. El salmón procesa la realidad a 146 hertzios mientras que los perros lo hacen a 75 fotogramas por segundo. Un humano tipico, sin embargo, sólo puede ver a unos 65 hertzios. El estudio dice que la percepción temporal de la estrella marina corona de espinas es la más acelerada de todas: registra cambios en su entorno a menos de un fotograma por segundo (0.7 hertzios).
¿Por qué sucede?
El Dr. Healy afirma que estas diferencias pueden deberse al entorno en el que se mueven estos animales. Específicamente a la velocidad en que el entorno cambia. “Esto puede ayudarnos a comprender las interacciones de depredador-presa o incluso cómo aspectos como la contaminación lumínica pueden afectar a algunas especies más que a otras'', asegura Healy. El estudio también afirma que no todos los animales tienen la misma percepción temporal porque las mayores velocidades tienen un mayor coste energético. La velocidad también está “limitada por la rapidez con la que las neuronas vinculadas a las células de la retina en el ojo pueden recargarse”.
Las aplicaciones prácticas de este descubrimiento son limitadas aunque los científicos aseguran que algunas sustancias alteran la percepción temporal. La cafeína, por ejemplo, eleva la “velocidad de refresco” de nuestro cerebro de forma leve pero apreciable, ralentizando la percepción temporal.
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23/12/2022 - 05:00 Actualizado: 23/12/2022 - 23:20
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