- Al contrario que China, India tiene una población predominantemente joven
- La fuerza laboral china se debilitará mientras la india podría desbordarse
- La mano de obra barata en India amenaza con 'robar' empresas a China
La población china está decreciendo e India está a punto de protagonizar un adelantamiento histórico que desbancará al gigante oriental de la primera posición como país más poblado del mundo. Tras la objetividad demográfica del caso -India se está expandiendo y China ha dejado de hacerlo por primera vez desde 1961- se esconden varias cuestiones a tener en cuenta, especialmente en el ámbito del mercado laboral.
La primera gran diferencia entre las dos potencias asiáticas es la edad de la población. Mientras en India está en camino de convertirse en la economía de más rápido crecimiento en los próximos años, con una población predominantemente joven que se espera que aumente un 7% este año, China padece de una población envejecida que hará que la rápida expansión que ha predominado hasta ahora -salvo en momentos puntuales como la Gran Hambruna- quede atrás y dé paso a un crecimiento más lento.
China empieza a pagar las consecuencias de la estricta política de hijo único que imperó hasta 2015 para mantener las tasas de natalidad bajo control. La fuerza laboral se debilitará debido a que la población en edad de trabajar se irá reduciendo a lo largo del siglo y la de edad elevada supondrá el 40% del total de habitantes.
El caso de India es totalmente opuesto. En el país del sur de Asia, las personas de 65 años o más representarán menos de un tercio del total de los 2.300 millones de personas que se estima habrá en 2100. Sin embargo, este escenario también oculta problemas para el mercado laboral.
Actualmente, la mitad de la población india tiene menos de 30 años y se calcula que cada año comienzan a buscar empleo en torno a 12 millones de personas, aunque según el Centro para la Vigilancia de la Economía India (CMIE), solo el 40% de la población en edad laboral de la India trabaja o quiere trabajar. Hay que tener en cuenta, además, que en India la representación de las mujeres en la fuerza laboral es de solo el 10%, en datos de octubre del CMIE; en China se acerca al 70%.
El desafío para India es no saturar mercado de trabajo. Según los último datos del Banco Mundial, correspondientes a 2021, la tasa de desempleo en India ronda el 6%, su nivel más alto -sin contar los años de pandemia, cuando alcanzó el 8%- desde al menos 1991. En el caso del paro juvenil, cuenta con la tasa más alta entre las mayores economías. Si el ritmo de expansión se desborda, el riesgo de que no haya empleos suficientes aumenta, aunque parece que la curva de crecimiento se ha aplanado.
Otra arista del 'sorpasso' son los salarios. La mano de obra barata en India convierte al país en un destino atractivo para las empresas que buscan alejarse de China. Apple comenzó a ensamblar sus últimos modelos de iPhone en India pero de momento otras compañías (General Motors, Harley Davidson...) se se negaron a dar el paso y truncaron los intentos del Gobierno indio para impulsar la participación de la manufactura en la economía del 14% actual al 25%.
El aumento de las desigualdades será otra amenaza para India, donde la población sigue siendo mayoritariamente rural, a diferencia de la de China. En ambos países es un hecho la migración de los trabajadores a la gran ciudad en busca de mejores perspectivas, pero mientras en la segunda economía mundial la mayor parte de los habitantes vivirán en zonas urbanas en 2035, la mayoría de la población de la India permanecerá en el interior, según estimaciones de ONU-Hábitat.