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Un informe presentado en una conferencia del futuro turismo espacial advierte del riesgo de concebir fuera de la Tierra y de la nula efectividad de los anticonceptivos
De tanto en cuando salen noticias sobre un futuro en el que en vez de irte a ese apartamento de la playa como todos los años acabemos yendo de vacaciones a algún planeta vecino. No son pocos los proyectos que están en marcha para llegar a ese horizonte que a día de hoy nos parece ciencia ficción. Al fin y al cabo, la industria del turismo está en permanente evolución, lo que quiere decir que este planeta se acabará haciéndonos pequeño, o al menos a ese reducido grupo de población que aglutina tanta riqueza como para haberse cruzado ya el globo unas cuantas veces.
Pero para llevar seres humanos al espacio con fines recreativos aún queda mucho por dejar atado, no solo en el plano tecnológico, sino también en el psicológico y, en concreto, en lo sexual. Asentar comunidades espaciales, aunque sean temporales, empujaría a que los individuos se vean forzados a convivir en un entorno muy diferente al terráqueo. Y esto no solo incluye que deban estar preparados a negociar aspectos relativos a la convivencia, sino también a emociones como el amor o aspectos fisiológicos como la sexualidad.
"Esto plantea la posibilidad de una concepción humana no controlada, lo que supone un riesgo para el emergente turismo espacial"
Y sí, total celibato. Un nuevo estudio publicado en la revista académica Zenodo ha alertado sobre los múltiples riesgos de darse una alegría al cuerpo en el espacio, a raíz de una conferencia sobre turismo espacial celebrada este año. "No es realista suponer que todos los participantes de los programas de turismo espacial se pudieran abstener de mantener relaciones sexuales mientras están expuestos a la microgravedad o a niveles mayores de radiación ionizante durante los vuelos", asegura el informe. "Esto plantea la posibilidad de una concepción humana no controlada, lo que supone un importante riesgo para el emergente sector del turismo espacial".
El principal problema estriba en el peligro de concebir fuera del planeta Tierra. ¿Te imaginas? "Nuestro conocimiento de los efectos en entornos espaciales en la fase inicial de la reproducción humana y las consecuencias a largo plazo para la descendencia humana están en pañales", advierten los científicos, en declaraciones recogidas por IFL Science. "Las posibles consecuencias negativas incluyen las de naturaleza biológica (por ejemplo, anomalías en el desarrollo de la descendencia humana) y de naturaleza social o comercial (litigios, daños a la reputación o pérdidas económicas)".
Los anticonceptivos no sirven
Estar embarazada ahí arriba seguramente sea muy distinto a un embarazo normal y corriente en la Tierra, por no hablar de los líos burocráticos y administrativos ante las posibles disputas o problemas que pudieran surgir entre los turistas espaciales. Y sí, pueden implementarse sistemas anticonceptivos, pero al final... ¿Cómo se podría garantizar que dichos individuos llevaran a cabo medidas de protección para no reproducirse? O peor aún: ¿Servirían de algo los métodos conceptivos ahí arriba, tanto por los factores físicos como químicos de estar expuestos a una gravedad más reducida y a un ambiente completamente desconocido?
"Una preocupación obvia es la falta de estudios o la validación de la eficacia de los métodos anticonceptivos en un entorno espacial"
El equipo sugiere que haya un asesoramiento previo a los participantes antes del vuelo, sumado al hecho de que tengan que firmar una renuncia legal en la que declaren que "son los únicos responsables de las consecuencias de concebir durante el vuelo espacial o poco después", asegura el estudio. Además, "una preocupación obvia es la falta de estudios o la validación de la eficacia de los métodos anticonceptivos en un entorno espacial".
Ante la duda, lo mejor sería prohibir las relaciones sexuales en el espacio. Obviamente, el atractivo del viaje sería habitar un planeta distinto al nuestro, pero ¿cómo podríamos reprimir las energías que nos recorren el cuerpo? Los viajes, además, serían largos, lo que supondría un celibato sostenido en el tiempo. Aún queda mucho para que estos viajes sean efectivos, a no ser que quieras viajar con los grandes millonarios de nuestra época, como Jeff Bezos y compañía.
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