Foto: iStock.
Es un producto sin implicaciones morales, ya que no hace falta matar a ningún animal para comérselo. Un tipo de carne que "se obtiene de un proceso de producción que empieza con una muestra de tejido"
Estados Unidos acaba de aprobar por primera vez la venta de pollo cultivado. Los reguladores americanos han dado luz verde a la producción y venta de pollo creado en un laboratorio a partir de células animales, lo que abre la puerta a la comercialización de carne cultivada en laboratorios en todo el país.
En concreto, el Departamento de Agricultura ha aprobado que las empresas californianas Upside Foods y Good Meat sean sometidas a las inspecciones federales que permiten la venta de carne y pollo en EEUU. En primer lugar, las compañías planean aliarse con restaurantes de lujo para ofrecer sus productos, que son mucho más caros de fabricar que el pollo tradicional. Hace meses, la Administración de Alimentos y Fármacos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) ya declaró que los productos de las dos compañías son seguros para el consumo, aunque, según los medios estadounidenses, todavía pueden pasar años antes de que los consumidores encuentren este tipo de carne en las tiendas.
Aunque todavía quede mucho camino por andar, la aprobación estadounidense puede suponer que los reguladores europeos acaben posicionándose en el mismo lugar y que estemos un paso más cerca de tener en nuestros supermercados pollo sintético. Pero, realmente, ¿qué es esto de la carne de cultivada? En primer lugar, debemos aclarar que el término más exacto es precisamente “carne cultivada”, aunque también se la conoce como de laboratorio, artificial, in vitro o clean meat. Se trata de un producto sin implicaciones morales, ya que no hace falta matar a ningún animal para comérselo, un tipo de carne —tejido animal real— que “se obtiene de un proceso de producción que empieza con una muestra de tejido de un animal, al que no hace falta sacrificar”, explica a El Confidencial Mercedes Vila, cofundadora y directora tecnológica de Biotech Foods, la empresa española más relevante en el desarrollo de este producto.
Vila, que es doctora en Física de Materiales, desarrolla que “el primer paso para la producción de carne cultivada siempre empieza con la extracción de una muestra de carne de un animal vivo, por ejemplo, de una vaca, de la cual extraemos las células musculares que son las productoras de proteína”. “Una vez que tenemos las células musculares aisladas, las cultivamos en condiciones muy similares a las del cuerpo del animal, con una temperatura, unos nutrientes y una atmósfera adecuada para que ellas puedan seguir ejerciendo sus funciones, creciendo y proliferando”, continúa.
El proceso de producción de la carne cultivada "es un proceso natural": las células crecen y proliferan de la misma manera que lo harían en el cuerpo del animal. “Es un proceso similar al que se utiliza produciendo levaduras para hacer cerveza”, ejemplifica. “Lo que tenemos al final es un producto, la carne cultivada, con un alto valor nutricional, con el que se pueden elaborar salchichas, hamburguesas, nuggets, albóndigas…”, añade.
Para los que todavía se lo estén preguntando, sí, es carne real. Si miramos el producto a través de un microscopio, se observan las mismas células que en el animal del que se ha extraído el tejido original. Y si nos fijamos en el ADN, también se observa el mismo. A pesar de esta similitud, por el momento, solo están listos para producir preparados de carne, tipo salchichas y hamburguesas. Estos productos finales, aseguran, tendrán una textura y sabor iguales a los de los originales, ya que estas características “no provienen exclusivamente de la carne, también del proceso de elaboración que se siga”, explica Íñigo Charola, CEO de Biotech Foods.
En este sentido, Charola añade que en un futuro la tecnología permitirá fabricar un filete como tal, pero en los últimos años “todos los actores de este campo hemos comenzado a investigar por el músculo. Es el que contiene toda la proteína, de alto valor biológico, y todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita y que creemos que es la parte más importante que aporta la carne”.
Pero para que esto llegue a ser una realidad en los supermercados, el mayor desafío actualmente reside en el escalado industrial de la carne cultivada. Este es, sin duda, un mercado emergente con grandes perspectivas de crecimiento para la próxima década y estamos preparándonos para dar respuesta a la alta demanda que se prevé.
Más ecológica y menos riesgo de zoonosis
Desde la empresa española señalan que uno de los grandes beneficios de la carne cultivada es el respeto por el medioambiente. En comparación con los sistemas tradicionales de producción, evitamos el 92% de las emisiones de gases de efecto invernadero, reducimos la utilización de la tierra en un 95% y consumimos un 78% menos de agua.
Además, el consumo de carne cultivada nos permitirá reducir la utilización de suelo cultivable en un 50% y evitar las emisiones de gases de efecto invernadero correspondientes a 10 gigantones, lo que equivale a las emisiones de un país como Estados Unidos al año.
Asimismo, la carne cultivada es segura porque nunca está expuesta a patógenos, eliminando el riesgo de enfermedades zoonóticas. Y tampoco produce contaminación de acuíferos o de suelos. Y es saludable porque su proteína tiene un alto valor biológico.
A lo que se suma lo ya indicado de que la carne cultivada respeta el bienestar de los animales, ya que se obtiene sin necesidad de sacrificarlos.
www.alimente.elconfidencial.com/consumo/2023-06-30/pollo-cultivado-que-es-carne-sintetica_3682798/