- Se ubicaría en la región noroeste de Xinjiang
- El clima extremo obliga crear una gran red subterránea de reserva de agua
- Las obras se llevan a cabo con 20 tuneladoras y la monitorización de la IA
Antes de embarcarse en la conquista de Persia, Alejandro Magno quiso asegurar su retaguardia, es decir, el Mar Mediterráneo. Para ello bajó al sur desde Grecia, haciéndose con toda la costa de Cisjordania y el noroeste de Egipto. Allí estableció Alejandría, capital egipcia y base naval que serviría para mantener bajo control las aguas mediterráneas. Ha pasado mucho tiempo, pero la historia siempre acaba por rimar. Así, China quiere impulsar su nueva ruta de la seda hacia Europa para ganar en la pugna económica que mantiene con Occidente, su particular Imperio persa. Además, el gigante asiático también quiere minimizar las desigualdades económicas, reducir su contaminación, aliviar la sobrepoblación de Pekín y reforzar la vigilancia sobre los uigures. Para cumplir con todos estos objetivos, el gobierno de Xi Jinping tiene en mente emular al rey macedonio y levantar una ciudad en Xinjiang, una región desértica que dobla en extensión a la de Francia.
Un equipo de investigación de la Universidad de Sichuan publicó en abril de 2023 un informe en el que señalaban de la necesidad de crear una segunda capital del Estado cercana a Urumqi, la principal ciudad de la provincia autónoma de Xinjiang, donde la etnia uigur es mayoritaria. Ello permitiría impulsar el desarrollo económico en las regiones occidentales del país, tradicionalmente menos prósperas que las provincias orientales en las que se concentra la mayoría de la actividad comercial.
Un 'Pekín II' para redistribuir las tareas
Esta nueva capital redistribuiría la actividad económica china, altamente concentrada en el este del país, donde se encuentran importantes ciudades como Pekín, Shanghái y Hong Kong. El gobierno de Xi Jinping conseguiría reforzar su Iniciativa de la Franja y de la Ruta, pues la única conexión comercial directa vía terrestre con Europa pasa por Xinjiang, atravesando Urumqi. Además, esta nueva ciudad aumentaría la capacidad de control gubernamental de la minoría uigur, mayoritaria en Xinjiang, sobre la cual ha aplicado una política denunciada por diversos grupos defensores de los derechos humanos.
Sin embargo, tanto la ausencia como el exceso del agua suponen el principal obstáculo de este proyecto. Las condiciones extremas del clima, que van desde sequías extremas hasta enormes inundaciones, han empujado a Pekín a perforar la tierra con más de 20 tuneladoras para crear una red de reservas subterráneas de 1.000 km de extensión.
IA y coches autónomos para una megaconstrucción bajo tierra
Las obras, que comenzaron en 2018, se han acelerado al calor del estudio que sugiere la creación de una nueva capital estatal en la región. Así, el tráfico de los vehículos que circulan bajo el suelo se ha duplicado, y su velocidad ha aumentado un 10%, lo cual ha multiplicado las posibilidades de sufrir un accidente. Para mejorar la seguridad de los asalariados y garantizar la ausencia de problemas que alarguen los trabajos, las autoridades han optado por utilizar una IA que regule el tráfico de forma automática e inmediata.
La idea es emplear todo tipo de innovaciones tecnológicas para optimizar el trabajo de los operarios. En este sentido, Wang Liming, jefe del proyecto, aseguró en declaraciones a South China Morning Post que el próximo paso es la aplicación de vehículos autónomos, así como el uso de sistemas de reconocimiento de obstáculos para los camiones. La red de reservas y tuberías servirá para almacenar el agua surgida por el deshielo y las inundaciones estacionales, distribuyéndola de forma más equitativa por toda la región desértica de Xinjiang. Una vez completado, este proyecto podría satisfacer las necesidades de 200 millones de personas.
La CIA contó los barriles de petróleo en Xinjiang
Por otro lado, existen más razones por las cuales China está interesada en perforar el suelo de Xinjiang. Según un informe de la CIA desclasificado en 2012, la cuenca de Junggar, ubicada en al norte de Xinjiang, contenía unas reservas equivalentes a 10.000 millones de barriles de petróleo, con las cuales podrían garantizar la producción de un millón de barriles de crudo diarios durante más de 20 años. Además, alberga potencialmente el 40% de todas las reservas chinas de oro negro. El servicio de inteligencia estadounidense indicaba, adicionalmente, que todas estas estimaciones se habían hecho a la baja, por lo que los datos podrían ser el doble.
Un desierto que opera como gigantesca batería
Paralelamente, Xinjiang forma parte del plan tecnológico 'Datos del este y computación del Oeste', junto con Qinghai Gansu, Ningxia y Mongolia Interior. El objetivo de este proyecto es incrementar la capacidad energética de las actuales instalaciones solares y eólicas para reducir el uso de combustibles fósiles y alimentar ocho nuevos centros computacionales con los que acelerar el desarrollo de tecnologías como la IA. Para ello, el Ministerio de Industria, la Administración Ciberespacial y Huawei están trabajando conjuntamente.
En suma, China se ha puesto el mono de trabajo para moldear la desértica provincia de Xinjiang a fin de resolver algunos de los principales quebraderos de cabeza de Xi Jinping. Uno de ellos es el alivio de la gran concentración poblacional en Pekín, cuya solución podría pasar por el establecimiento de una nueva capital, según indicó el estudio publicado en 2023 y que comenzó en 2019 con la financiación del Fondo Nacional de Ciencias Sociales en China.
Así, la distribución equitativa del agua en Xinjiang, el reforzamiento de la conexión con Europa de la Nueva Ruta de la seda, la disminución de las desigualdades económicas y el alivio de la sobrepoblación en Pekín son los argumentos que impulsan la creación de una nueva capital china en la región desértica del noroeste chino.