sábado, 12 de octubre de 2024

España y Portugal se comen la brecha de crecimiento con Alemania surgida tras la gran crisis financiera

 

Plaza de España en Sevilla. Foto de iStock.
  • La brecha de crecimiento se comenzó a disparar con la crisis de 2008
  • El buen momento de España y Portugal se une al mal momento de Alemania
  • El BCE admite que países como Alemania están lastrando a la eurozona



La revolución económica de los países del sur está en marcha. Tanto es así que hasta el Banco Central Europeo se ha hecho eco del diferencial de crecimiento entre ambas 'regiones' dentro de la zona euro. España, Portugal y Grecia llevan creciendo varios años a un ritmo mucho más rápido que el de la zona euro, pero sobre todo más intenso que el de Alemania. El otrora motor de la zona euro vive en una suerte de letargo después de haber capeado el covid mejor que el sur. Su industria se encuentra en horas bajas y en un proceso de reconversión no tiene el éxito asegurado. La combinación de estas dos tendencias ha llevado a que la brecha de crecimiento de España y Portugal con Alemania se haya reducido a mínimos. Es cierto que la brecha de crecimiento no es sinónimo de prosperidad (se puede crecer por muchas razones), pero es un buen punto de partida para comenzar a rebajar también la brecha de PIB per cápita.

La brecha comenzó a ampliarse de forma rápida y notable con la gran crisis de 2007. España y Portugal sufrieron un periodo de recesión que no terminó casi hasta 2013. Las dos economías que conforman la península ibérica no solo sufrieron la crisis financiera que tuvo su origen en EEUU con el estallido de las hipotecas subprime, sino que también fueron víctimas de una crisis inmobiliaria propia (sobre todo España) y de otra crisis de deuda soberana que expulsó a la deuda lusa y española de los mercados. Esta suerte de 'triple crisis' amplió la brecha de crecimiento con Alemania (que se convirtió en una especie de refugio europeo). Los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España), como fueron apodados por la prensa inglesa, se convirtieron en un problema para Europa. Sin embargo, hoy la situación es muy diferente.

Buena parte de este recorte de la brecha se ha producido en los últimos años gracias a la 'rebelión de los PIGS'. Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, puso de manifiesto esta curiosa situación durante la semana pasada en una larga exposición con diapositivas. La zona euro está patas arriba, los países que han liderado durante años el crecimiento y eran ejemplo de lo que hay que hacer (Alemania o Finlandia) están sufriendo hoy un estancamiento que lastra a la región del euro por completo. La industria está atascada o en retroceso, mientras que los servicios se encuentran en plena expansión. Hoy, el modelo productivo del sur es una ventaja, al menos por el momento.

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"Sin embargo, las cifras de crecimiento agregado ocultan una heterogeneidad significativa entre las economías de la zona euro. Desde que los tipos de interés empezaron a subir, el crecimiento se ha vuelto cada vez más desigual", advertía Schnabel. Contra todo pronóstico, algunos de los países que son acreedores netos y deberían haberse beneficiado en mayor medida de la subida de tipos (o al menos no haberse visto tan perjudicados) son los que están sufriendo el enfriamiento de sus economías, algo totalmente inesperado.

España, Portugal y Malta se expanden

Por el contrario, "en otros Estados miembros, como Malta, España y Portugal, el producto (el PIB) se ha expandido de forma mensurable. En Malta, por ejemplo, el crecimiento anual del PIB real ha sido en promedio del 6% desde 2022. En España y Portugal, la actividad real ha crecido casi un 4% anual. De hecho, gran parte del pésimo desempeño del crecimiento de la zona del euro desde que comenzamos a aumentar nuestras tasas de política monetaria clave se puede atribuir a un pequeño grupo de países, entre ellos Alemania, Finlandia y Estonia", recalcaba Schnabel.

"Si se calculara el crecimiento en la zona del euro excluyendo a Alemania, por ejemplo, la actividad en el área monetaria habría sido notablemente resistente frente al ajuste monetario más pronunciado en décadas y a una guerra que se desató a las puertas de la UE. Sólo unas pocas economías avanzadas, sobre todo Estados Unidos, se han expandido a un ritmo más rápido durante este período", rubricaba la economista alemana del BCE.

España y Portugal se comen la brecha con Alemania

Robin Brooks, investigador principal del programa de Economía Global y Desarrollo de la Brookings Institution y antiguo director gerente y economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales, ha publicado en la red X un gráfico revelador en el que se puede ver cómo el crecimiento del PIB de Portugal y España ha permitido recortar la brecha con el de Alemania a pasos agigantados. La remontada del sur de Europa está siendo épica y de continuar la tendencia actual, esta brecha desaparecerá en 2025 o 2026. "Los resultados de España tras el covid merecen celebrarse. Su crecimiento de PIB casi ha convergido con el de Alemania si se escala a 100 justo antes de la crisis de 2008. Un momento perfecto para que España reduzca su enorme sobreendeudamiento. ¿Lo hará? Esa es la verdadera prueba...", escribe Brooks.

Alemania sigue siendo más rica

El cierre de esta brecha no es sinónimo de mayor prosperidad ni productividad ni tampoco quiere decir que España o Portugal tengan ahora la misma renta per cápita que Alemania. El crecimiento agregado del PIB puede estar ligado a un mayor crecimiento de la población o a una creación de empleo más intensa (algo muy positivo) que incrementa la producción total del país. El caso de España es especialmente representativo de esto último, puesto que en los últimos años ha disfrutado de una intensísima creación de empleo: desde el segundo trimestre de 2020 en España sea han creado tres millones de empleos.

No solo hay un efecto rebote tras el covid. La inercia positiva para España se mantiene cuando la salida de la pandemia ya va quedando atrás. Muy representativos en este sentido han sido los últimos informes del Hamburg Commercial Bank (HCOB) con los índices de gestores de compras (PMI) de septiembre que tradicionalmente ha recogido S&P Global. En el caso del PMI manufacturero se recogía un aumento de pedidos y de la producción, además de una mejora del empleo y la confianza de las empresas, así como las compras de insumos. "Es una verdadera lástima que España sea sólo la cuarta economía más grande de la zona euro. Aunque ha manejado sorprendentemente bien la desaceleración manufacturera mundial, España simplemente no tiene suficiente peso como para levantar al resto de la zona euro con ella", expresaba en el informe su autor, el economista Cyrus de la Rubia.

El buen momento de España

Si en el informe de la manufactura España descollaba en medio de la debilidad europea, el impulso era aún mayor en el de servicios. "El verano está llegando a su fin y España nos trae una pequeña sorpresa ya que, aunque esperábamos que el crecimiento se ralentizara un poco en el segundo semestre del año, los últimos datos del índice PMI muestran signos de crecimiento acelerado en septiembre. Esto vuelve a diferenciar a España del resto de los países principales de la zona euro. La actividad comercial y los nuevos pedidos aumentaron en medio de informes de un nuevo repunte de la demanda del mercado. Se podría argumentar que el consumo privado sigue siendo el principal motor de crecimiento de la economía, ya que el comercio minorista también se expandió en los últimos meses", se congratulaba esta vez desde HCOB su economista Jonas Feldhusen.

La dehesa extremeña en España. Foto de iStock.

Mirando hacia adelante, más lejos llega en uno de sus últimos comentarios Pedro del Pozo, director de Inversiones Financieras de Mutualidad: "No está de más añadir que la conjunción de buenos datos de actividad e inflación pone a España en una situación notablemente positiva para ver acelerar o, al menos, mantener su crecimiento, en un contexto de tipos de interés previsiblemente a la baja. En ese sentido, España sería un alumno aventajado dentro de lo que la Reserva Federal de EEUU llamaría un 'aterrizaje suave' de la economía".

Alemania es hoy el 'enfermo' de Europa

En la otra cara de la moneda aparece una Alemania atascada en su punto de inflexión particular. La propia Schnabel recalcaba en su conferencia los problemas de Alemania y su industria, que aunque se han manifestado de forma muy visible en los últimos años, es una historia que viene de lejos y que la pandemia 'ocultó' por un año ante el fuerte pico de consumo de bienes duraderos a nivel mundial durante los confinamientos. La reapertura de la economía, sin embargo, provocó un efecto péndulo, el mundo pasó del consumo de televisores, frigoríficos o coches al consumo de servicios, donde los países del sur presentan una ventaja competitiva, sobre todo en los relacionados con el turismo y el ocio.

Esta dinámica, el fin del gas ruso barato a raíz de la invasión de Ucrania y la menor necesidad compradora de bienes de alto valor añadido del 'amigo' chino han golpeado con fuerza a la tradicional locomotora económica europea, dando pista a la convergencia en crecimiento del PIB de sus socios sureños. Para el analista de ING Cartsen Brzeski, habitual 'médico' de la economía alemana, la situación se puede resumir así: "Alemania sigue atascada entre vientos en contra cíclicos y estructurales y dándose cuenta por fin de que el viejo modelo macroempresarial de energía barata y grandes mercados de exportación de fácil acceso ya no funciona". Especialmente lacerante está siendo el daño sufrido por su históricamente puntero sector del automóvil, muy vapuleado tanto por la debilidad de China como, la vez, por su competencia.

"Para entender los principales factores que impulsan la heterogeneidad (en la zona euro), es necesario analizar tanto los países que han crecido más rápido de lo que se podría haber esperado considerando una política restrictiva como aquellos que han tenido un desempeño inferior. Permítanme centrarme primero en las regiones más dinámicas de la zona del euro. En muchos casos, el comercio jugó un papel importante. En España, por ejemplo, las exportaciones netas (se incluye el turismo) contribuyeron, en promedio, alrededor de 0,4 puntos porcentuales al crecimiento cada trimestre durante los últimos dos años y medio. Se trata de un aumento notable respecto del período anterior a la pandemia. El mismo patrón general se puede observar en Italia y Portugal", señalaba Schnabel en su exposición. La fuerte recuperación del turismo después de la pandemia ha sido un factor clave que ha respaldado el aumento de las exportaciones en estas economías. Pero el comercio no es todo.

La evolución del mercado laboral ha jugado un papel igualmente importante. La creación de empleo ha destacado en España o en Portugal, pero "Grecia es el caso más notable. El desempleo cayó del 13,7% a principios de 2022 al 9,9% en julio de este año, un nivel no visto desde la crisis financiera mundial. Observamos mejoras similares en los mercados laborales del sur de la zona del euro. En Italia, por ejemplo, el número de personas empleadas ha aumentado en más de un millón desde 2022, lo que ha apoyado de forma mensurable el consumo privado y la confianza", comentaba la alemana.

Por otro lado, la economista del BCE también atribuía parte de este mayor crecimiento en el sur a los fondos asignados en el marco del programa Next Generation EU, que han dado un nuevo impulso al crecimiento y al empleo a los países que presentaban mayores necesidades en el momento que se confeccionaron. En 2022 y 2023, el 37% de los fondos se asignaron a los cinco países de más rápido crecimiento, aunque su participación en la economía de la zona del euro representa solo el 13%.

En un reciente informe, Paolo Grignani, analista de Oxford Economics, destacaba el mayor repunte de la inversión y el consumo públicos en estos países, probablemente debido a la suspensión de las normas fiscales de la eurozona y al despliegue de fondos en el marco del programa NextGenerationEU : "A pesar de algunos retrasos, los fondos estás permitiendo que la inversión pública en las economías del sur de Europa repunte tras una década de estancamiento". Además, ahondaba el analista, "varios proyectos relacionados con el Fondo de Resiliencia y Recuperación están cofinanciados, por lo que es posible que esto haya disparado la inversión privada no residencial, explicando en parte el exceso de crecimiento".