sábado, 12 de abril de 2025

Ni se hunde ni se dispara: bitcoin se estanca ante la incertidumbre arancelaria

Una persona revisa el movimiento de la criptomoneda Dogecoin en una aplicación móvil.Angel Colmenares (EFE)



Los analistas consideran que los aranceles no afectan directamente a la industria cripto como a los demás sectores. Una rotación de los inversores explicaría el comportamiento de la criptomoneda pionera respecto a las Bolsas



El anuncio de los mal llamados aranceles recíprocos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desatado en las últimas semanas una volatilidad extrema en los mercados mundiales. Wall Street cerró la semana pasada dejándose más del 10% en dos días. Este miércoles, el anuncio oficial de la tregua de 90 días desató la euforia bursátil, con repuntes de doble dígitos en el Nasdaq (un 12,16%). Mientras las Bolsas sufrían fuertes oscilaciones constantes, el activo más volátil por excelencia, el bitcoin, cotizaba con menores movimientos. Y, pese a tantos acontecimientos disruptivos, se ha quedado estancado en los mismos niveles de las últimas semanas: ahora cotiza en los 81.000 dólares.

Las menores oscilaciones de la criptomoneda pionera llaman la atención, ya que se trata de un activo históricamente muy correlacionado con los índices estadounidenses, especialmente con el Nasdaq. “Normalmente, tenía un efecto multiplicador de dos o tres veces; en 2020 o 2021, cuando la Bolsa caía un 10%, bitcoin tendía a hacerlo mucho peor, bajaba entre un 25% y un 30%. Y al revés también. Cuando el Nasdaq o los mercados tradicionales subían entre un 5% y un 10%, bitcoin subía en el entorno del entre un 20% y un 30%. Y el comportamiento de las altcoins era incluso más exagerado, con caídas de un 40% o un 50%”, explica Javier Pastor, director de Formación de Bit2Me. En la primera semana de noviembre, que coincidió con la elección de Trump, bitcoin se disparó un 15,6% frente al Nasdaq, que repuntó un 5,7%. El miércoles, cuando el Nasdaq se disparó un 12%, la criptomoneda pionera avanzó un 7,94%. “En los primeros años tenía movimientos incluso más amplios”, recuerda Pastor. El 11 de noviembre de 2024, cuando superó los 86.000 dólares por primera vez en la historia, se revalorizó un 11,52%.





Los analistas consultados coinciden en que la correlación entre estos activos ha cambiado con el tiempo, en primer lugar por el cambio de perfil de los usuarios. Javier Molina, analista de eToro, señala que los inversores de largo plazo, que mantienen durante más de un año bitcoin en cartera y que representan el 72%, no se están deshaciendo de sus posiciones. Quienes están vendiendo son ahorradores que compraron más a corto, que están haciendo trading. “También ha habido muchas liquidaciones, pero con un menor volumen que en anteriores caídas fuertes. El mercado parece tener menos apetito y hay una rotación de los inversores: ahora el especulador de corto plazo no está en bitcoin sino en Tesla. Por eso los volúmenes han subido mucho en el Nasdaq, mientras bitcoin se queda esperando”, analiza.

Pastor coincide con esta idea e identifica el inicio de esta tendencia con la aprobación de los ETF de bitcoin y el aumento de interés de inversores institucionales: las compras de empresas como Strategy, de gobiernos (como El Salvador), y grandes inversores como BlackRock o Fidelity. “El mercado ve más madurez y legitimidad”, incide. Javier Cabrera, analista de mercados, apunta a otro factor: los aranceles recaen fundamentalmente en las compañías, más que en las criptomonedas. Para bitcoin no hay ningún gran evento que esperar, mientras para las empresas estadounidenses sigue habiendo gran incertidumbre, de ahí los movimientos más bruscos. Molina coincide con esta lectura y señala que mientras bitcoin mantiene su comportamiento, la volatilidad del resto de los activos ha subido. “Tesla, Apple o Google ahora mismo tiene más volatilidad que bitcoin, porque es donde los aranceles tienen impacto directo”. Mientras en el caso de bitcoin no hay consecuencias directa en la industria —salvo la minería de bitcoin, cuyas empresas tienen su cadena de suministro en los países asiáticos sujetos a las tarifas— las demás compañías estadounidenses sí sufren estos gravámenes en su negocio y las consecuencias macroeconómicas que acarrean.

Además, un goteo de buenas noticias para el sector, como las desestimaciones de las demandas contra empresas cripto por parte de la SEC, la confirmación de Paul Atkins como presidente de la agencia y la carta a los inversores de Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, que advirtió de la posibilidad de que los inversores comiencen a ver a bitcoin como una apuesta más segura que el dólar, también ha apoyado la cotización de este activo.

En el corto plazo los expertos no tienen dudas: lo que hay que esperarse es volatilidad. No obstante, si los aranceles llevaran a recesión y obligaran a los gobiernos a lanzar estímulos económicos, estos aumentarían la liquidez, un factor que beneficia a la criptomoneda pionera. “Más que con el Nasdaq, ahora bitcoin tiene más relación con la liquidez y lleva un delay de aproximadamente 60 días. Eso significa que reacciona a posteriori al aumento (o reducción) de la liquidez global”, detalla Pastor. Ante un incremento de la liquidez global, los inversores tienden a invertir en diferentes tipos de activos, como la Bolsa, el oro o el bitcoin. “Y el bitcoin recoge muy bien la liquidez”, añade.

Pero en el medio plazo tienen opiniones distintas. Manuel Villegas, analista de Julius Baer, considera poco probable que bitcoin sea a prueba de recesiones. “La única certeza es la volatilidad”, asevera. En cambio, la escalada de las tensiones y una guerra comercial más agresiva entre EE UU y China podría beneficiar a bitcoin, según Pastor. Si China tiene que seguir siendo competitiva, exportando sus productos a otros mercados o a EE UU con unos aranceles de más del 100%, lo más probable es que devalúe el yuan. “Los ciudadanos chinos van a tratar de refugiarse en alternativas como el oro. El bitcoin sería otra opción. Ya lo vimos con la guerra arancelaria de 2017-2018, cuando absorbió muchas de las posiciones que querían tener los ciudadanos chinos en activos de reserva. Y eso explica el rally de ese año. Si la guerra comercial se mantiene, vamos a ver una segunda derivada, que es una guerra de divisas. El yuan se va a depreciar, China va a tratar de imponer controles de capital, y los chinos van a tratar de refugiarse en oro y en bitcoin. Y eso puede ser otro elemento para favorecer la descorrelación del mercado tradicional con activos de reserva como bitcoin”, concluye.



Madrid - 11 ABR 2025 - 13:26 CEST
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