miércoles, 15 de octubre de 2025

El histórico sorpasso de China a EEUU en un indicador económico clave es solo el principio de algo mucho mayor: la brecha que no para de crecer

 



  • La brecha en el PIB PPA es cada vez mayor: China ya es el 20% de la tarta
  • Las nuevas políticas en EEUU van a acelerar el sorpasso final
  • El sorpasso final en PIB a precios corrientes podría llegar en el 2045



En 1981, la economía de China apenas representaba el 2% en paridad de poder adquisitivo (PPA) del PIB mundial, mientras que EEUU suponía más de 21% de toda la economía del mundo. El gigante (EEUU) podía aplastar a la hormiga (China) cuando quisiera. La historia cambió rápido. En 2014 se produjo el histórico sorpasso, siendo una de las noticias económicas más sonadas del año. Hoy, la economía de China en PIB PPA es mucho más grande que la de EEUU, pero lo que es más impresionante es el ritmo de crecimiento de esa brecha y lo que está por venir. Cada vez son más los analistas que anticipan un gran sorpasso en PIB a precios corrientes ante las políticas que está adoptando EEUU bajo el mandato de Donald Trump. Si antes había alguna duda sobre quién sería en las próximas décadas la economía más grande del mundo, ahora parece que ya no hay ninguna. Donald Trump está adelantando lo que ya parecía casi inevitable.

En la actualidad, los fríos datos del Fondo Monetario Internacional desvelan que la economía de China en paridad de poder adquisitivo (elimina la distorsión de diferencias de precios en el mundo, es decir, una hamburguesa suma lo mismo al PIB en EEUU que en China) es ya 10 billones de dólares más grande que la de EEUU. El PIB PPA de China supera los 40 billones de dólares, suponiendo ya el 20% de la economía global, frente a los 30 billones de EEUU (14% de toda la economía global).


Como se puede ver en los gráficos, el sorpasso de China ha sido rápido. Ahora, con una distancia ya casi insalvable en el medio plazo, la brecha podría crecer aún más deprisa y desembocar en un sorpasso en dólares corrientes. Es decir, al final China va a producir tantos bienes y servicios que aunque su precio final de cada uno de ellos sea inferior al mismo bien producido en EEUU, el PIB de China terminará siendo superior.

Las políticas largoplacistas de Pekín están generando los cimientos de lo que será un crecimiento económico relativamente elevado durante muchos años. Incluso con la desfavorable demografía (China perderá 100 millones de personas en edad de trabajar en las próximas décadas), China va a presentar tasas de crecimiento del PIB mucho más elevadas que las de EEUU. La productividad, aunque a un menor ritmo que en el pasado, seguirá siendo el motor de avance en China, mientras que, en EEUU, las políticas proteccionistas y que limitan la entrada de mano de obra cualificada se pueden convertir en un gran freno para el PIB potencial.

Las nuevas políticas de EEUU

"Las políticas implementadas por la administración Trump perjudicarán claramente a la economía de Estados Unidos... El panorama es, por tanto, el de una desaceleración significativa de las ganancias de productividad y del potencial de crecimiento en Estados Unidos, lo que conducirá a una situación en la que, pese al declive demográfico en China, este país seguirá creciendo a un ritmo superior al de Estados Unidos", asegura Patrick Artus, un veterano economista del banco de inversión Natixis.

El rechazo a la inmigración, pese a que los inmigrantes desempeñan un papel clave en el progreso tecnológico del país. Unas políticas climáticas, que harán que Estados Unidos quede rezagado en todas las tecnologías necesarias para la transición energética o unas políticas sanitarias que obstaculizarán el desarrollo de la industria farmacéutica estadounidense y deteriorarán aún más la salud de los ciudadanos serán algunos de los obstáculos que ayudarán a que se produzca el sorpasso final de China a EEUU.

Desde marzo de 2025, el número de inmigrantes con empleo en Estados Unidos ha disminuido en 1,5 millones. Artus explica que los inmigrantes son responsables de muchas de las nuevas empresas que se crean en EEUU, "especialmente en nuevas tecnologías. El 29% de los emprendedores son inmigrantes (aunque representan solo el 15% de la población); el 44% de los fundadores de las compañías que hoy son unicornios son inmigrantes; y el 26% de los inmigrantes trabaja en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (según la National Science Foundation)", explica este economista. "El nivel científico y el potencial de innovación de Estados Unidos dependen, por tanto, en gran medida de su capacidad para acoger inmigrantes".

Además, este experto también valora de forma negativa las políticas medioambientales que dejarán a EEUU atrás en la carrera por las energías del futuro (Trump sigue apostando por el petróleo y el gas), junto a los recortes en sanidad y otras políticas que ya han comenzado a rebajar la esperanza de vida en EEUU.

Un cóctel de políticas peligroso

"Si se combinan el rechazo a la inmigración (cuando los inmigrantes juegan un papel crucial en la creación de empresas), las políticas que favorecen a los combustibles fósiles y frenan a las renovables (lo que retrasará a EEUU en las tecnologías necesarias para la transición energética), y las políticas sanitarias (rechazo de las vacunas, teorías marginales o conspirativas sobre las enfermedades y recortes presupuestarios), se obtiene una conclusión clara: Estados Unidos sufrirá una desaceleración de la productividad laboral (por políticas anticientíficas) y de la producción (por el rechazo a la inmigración y el deterioro de la salud de la población)", asegura Artus.

Las propias previsiones del FMI o del Banco Mundial, aunque no incorporan el impacto de estos factores que enumera Artus, sí prevén que durante los próximos años, la tasa de crecimiento del PIB en China sea casi del doble que la de EEUU, aunque se proyecta una convergencia constante por el menor crecimiento chino a medida que su fuerza laboral decrece.

"Y, a pesar de la disminución de su población en edad de trabajar, China superará a Estados Unidos en tamaño económico, gracias a sus importantes ganancias de productividad y a sus enormes inversiones en nuevas tecnologías (baterías para vehículos eléctricos, semiconductores, inteligencia artificial, etc.)", asegura el economista de Natixis.

Aunque Artus no da una fecha concreta, otros expertos sí se atreven a hacerlo. El profesor Justin Yifu Lin, destacado economista conocido por sus acertadas previsiones sobre el crecimiento de China en los últimos años, ha señalado al año 2045 como el momento del sorpasso. En una conferencia con varios inversors, Yifu, decano del Instituto de Nueva Economía Estructural de la Universidad de Pekín, explicó que el orden económico mundial ha cambiado drásticamente desde el dominio del Grupo de los Ocho (G8), compuesto por Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia, Rusia, Japón, Canadá y Francia, que en su día representaba casi la mitad del PIB mundial. "En el año 2000, el G8 controlaba alrededor del 47% del PIB mundial, pero para 2018, su participación ya se había reducido al 34,7% (y subiendo)", afirmó Justin, atribuyendo este descenso al rápido auge de economías emergentes como China.

Gasto en I+D de China y EEUU

Incluso antes de estas políticas de Trump, China ya mostraba una pujanza notable. Su gasto en Investigación y Desarrollo casi igualaba al de Estados Unidos (en 2023, en dólares de paridad de poder adquisitivo, 784.000 millones en EEUU frente a los 723.000 millones en China). Su índice de excelencia en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (calculado por el Center for Excellence in Education) estaba al mismo nivel que el estadounidense, asegura Artus.

Yifu, por su parte, explica que el peso del PIB de China en la economía mundial se ha disparado. "El 80% del descenso del G8 fue compensado por el crecimiento de China", añadió este experto. El economista explicó que en términos de paridad de poder adquisitivo, China superó a Estados Unidos en 2014, marcando la primera vez en 150 años que Estados Unidos se quedaba atrás de otra economía en este indicador. Desde entonces, Washington ha respondido con diversas políticas para frenar el ascenso de China.

Yifu argumentó que el impulso de crecimiento de China se mantiene sólido, impulsado por lo que denominó la "ventaja del recién llegado", un patrón observado en Alemania, Japón y Corea del Sur durante la posguerra. Proyectó que China podría mantener un crecimiento superior al 4% anual hasta 2045. "China cuenta con tres ventajas comparativas importantes en la revolución industrial en curso: talento, tamaño del mercado y capacidad de fabricación", afirmó. China produce más de seis millones de graduados en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas) al año, cuenta con el mayor mercado interno del mundo y sigue siendo el centro mundial de fabricación.

El ejemplo de Tesla

Este experto puso un ejemplo clave: "Cuando Tesla trasladó su producción a China en 2019, la producción alcanzó el medio millón de unidades en un año, lo que la convirtió en la empresa de vehículos eléctricos más valiosa del mundo". De cara al futuro, Justin proyectó que si China mantiene una tasa de crecimiento anual promedio del 4,5%, mientras que Estados Unidos crece alrededor del 1,6%, la economía china podría llegar a ser 2,5 veces mayor que la estadounidense para 2045.

"Para entonces, se habrá forjado un nuevo orden económico global", concluyó. "La paz y la estabilidad llegarán a medida que el poder económico se equilibre". También enfatizó que la continua expansión de China presenta oportunidades para las empresas globales, señalando que el país ya ha contribuido con el 30% del crecimiento del PIB mundial desde 2008. "El auge de China no es una amenaza, es una oportunidad para que el mundo crezca unido", afirmó.


La fortuna de Bill Gates está en decadencia: por qué ya no está entre los más ricos del mundo

 

Bill Gates, cofundador de Microsoft. Foto: Alamy


  • Acostumbrado a estar en el top-5 de los más ricos en los últimos cinco años


Este 2025 no pasará a la historia para Bill Gates. El cofundador de Microsoft va camino de convertirse en el multimillonario que más dinero va a perder en el año, y con mucha diferencia respecto al segundo clasificado. El que fuera el rico por excelencia en la década de los 90 y 2000 (lo volvió a ser en 2014 y 2015) ha visto cómo su fortuna ha caído en picado situándose en el puesto 15, según el índice de Bloomberg, mientras que sus colegas van cada vez más aumentando su patrimonio. Las causas: un divorcio millonario y su decisión de donar gran parte de su dinero en vida.

En concreto, en los nueve meses y pico que llevamos hasta la fecha, Gates ha perdido la friolera de 38.500 millones de dólares, más del doble que Dustin Moskovitz (16.300 millones), Mike Sabel y Bob Pender (ambos con 15.300 millones). Además, de los 50 primeros multimillonarios, Gates es junto a Stephen Schwarzman, el único que se deja dinero, aunque la diferencia entre uno y otro es abismal, ya que el presidente y CEO de Blackstone 'solo' ha perdido 1.650 millones en lo que va de año.

Ahora, la fortuna de Gates alcanza los 120.000 millones de dólares. Según un análisis de Forbes, si Bill y Melinda (su exesposa) nunca hubieran dedicado sus esfuerzos a la filantropía ni vendido una sola acción de Microsoft, Gates sería el primer billonario de la historia con un patrimonio de 1,2 billones de dólares. Eso es un poco menos del triple de la actual fortuna de Elon Musk, el hombre más rico del mundo con 437.000 millones.

Sin embargo, la caída a los infiernos de este icónico multimillonario empezó en 2021, año en el que se divorció de Melinda French Gates, su esposa durante 27 años. Esa caída coincidió con su renuncia como copresidenta de la Fundación Gates y el anuncio de que, como parte de su salida, recibiría 12.500 millones para sus propios proyectos filantrópicos. Según se supo, esos fondos provinieron directamente de la fortuna de Gates.

Forbes estima que, además de ese dinero destinado a la filantropía, French Gates recibió activos con un valor actual de 29.000 millones como parte del acuerdo de divorcio.

Pero Gates sigue empeñado en donar toda su fortuna: "El 95% lo voy a regalar. Mis padres me enseñaron lo que significaba la generosidad a través de cómo usaban su tiempo y recursos", escribió Bill en su Carta de Compromiso de Donación. "El dinero no me sirve de nada más allá de cierto punto. Su utilidad reside únicamente en construir una organización y hacer llegar los recursos a los más pobres del mundo", aclaró.

Además, recuerda que sus hijos solo heredarán un pequeño porcentaje de ella, confirmando así que renunciaba a construir una dinastía multimillonaria. En esta línea, su hija Phoebe Gates acaba de lanzar una plataforma de comercio online, sin embargo, su padre no ha invertido en ella, aunque le ha ofrecido su ayuda para coger el teléfono.


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El Foro de Davos se enfrenta su mayor crisis tras la salida de su fundador

 


  • El Foro Económico Mundial sufre el escándalo protagonizado por Klaus Schwab y su esposa Hilde


No se puede afirmar que hayan incurrido en conductas delictivas, aunque sí se han detectado irregularidades administrativas y una gestión marcadamente personalista. Un informe confidencial de 37 páginas presentado en agosto ante la junta directiva del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) ha sacudido los cimientos de una de las instituciones más influyentes del planeta. El documento, elaborado por el despacho suizo Homburger tras una exhaustiva investigación interna, concluye que Klaus Schwab, fundador del Foro, y su esposa, Hilde, no incurrieron en conductas delictivas, aunque sí detectó irregularidades administrativas y una gestión marcadamente personalista.

El informe es el resultado de una revisión minuciosa: más de 100.000 correos electrónicos, 65.000 documentos y 59 entrevistas con empleados actuales y antiguos. El objetivo era esclarecer si Schwab, de 87 años, había convertido al Foro en una suerte de feudo familiar y en una fuente de beneficios personales.

Los hallazgos concluyen que no existió delito. Sin embargo, el reporte sí apunta a gastos sin justificación empresarial precisa, fronteras difusas entre lo personal y lo institucional, y un estilo de liderazgo autocrático. Para Schwab, el resultado fue una reivindicación; para otros miembros de la junta, una confirmación de los problemas estructurales que aquejan a la organización.

Durante la reunión del consejo, que contó con figuras como Christine Lagarde (presidenta del Banco Central Europeo) y Larry Fink (director ejecutivo de BlackRock), Schwab exigió una compensación económica y una declaración pública que lo exonerara de las acusaciones. La respuesta llegó en forma de comunicado del 15 de agosto, donde el Foro reconoció "pequeñas irregularidades derivadas de la confusión entre aportes personales y operaciones institucionales", pero insistió en que no hubo mala fe ni intención de lucro.

Fink y André Hoffmann, vicepresidente de Roche, fueron nombrados copresidentes interinos, mientras que Schwab no ha recibido el título de presidente honorario. "El próximo capítulo del Foro", indica el comunicado, "se guiará por la misión original de Klaus Schwab: unir gobiernos, empresas y sociedad civil para mejorar el estado del mundo".

Durante más de medio siglo, esa misión definió la agenda global. Desde su primera edición en 1971, la reunión anual de Davos se convirtió en un escenario donde líderes políticos, empresarios y pensadores debatían sobre los retos de la globalización. El Foro sirvió en ocasiones como mediador diplomático, impulsor de compromisos económicos y catalizador de iniciativas filantrópicas. Pero el contexto actual es radicalmente distinto.

El auge del proteccionismo, la desconfianza hacia las élites y la fragmentación del orden internacional han mermado el poder de convocatoria del WEF. A nivel interno, la organización enfrenta tensiones derivadas del liderazgo de su fundador, quien durante décadas concentró las decisiones estratégicas y financieras. La salida de Schwab marca no solo el fin de una era, sino también el comienzo de una crisis identitaria.

Las acusaciones contra él se intensificaron en abril, cuando un informante anónimo denunció presunto uso indebido de recursos del Foro para gastos personales y viajes familiares. También se lo acusó de intentar influir en el influyente Global Competitiveness Report y de querer beneficiarse con regalías de sus libros financiados por la institución.

El informe de Homburger, sin embargo, descartó la mayoría de las acusaciones. De 45.000 partidas de gasto revisadas, apenas se detectaron 5.000 francos suizos indebidamente imputados, los cuales fueron catalogados como errores no ocultos. Tampoco se hallaron evidencias de corrupción, acoso o manipulación de informes. Las polémicas iniciativas, como el proyecto del "Metaverso Global" o la adquisición de la villa Mundi en Ginebra, contaron con la aprobación del consejo directivo.

Aun así, el documento revela un patrón preocupante: una gobernanza concentrada en la figura de Schwab, con escasos mecanismos de control interno. Algunos consejeros afirman en FT que el fundador "dirigía el Foro como una empresa familiar", donde pocos se atrevían a cuestionar sus decisiones. La investigación también mencionó un intento no informado de trasladar la sede del WEF a Dubái, idea que fue finalmente descartada.

Tras la publicación del informe, Schwab y el Foro alcanzaron un acuerdo que incluye una compensación económica, una pensión vitalicia y una declaración formal que lo exoneraba. Sin embargo, la falta de transparencia en torno al documento desató acusaciones de encubrimiento. El propio Peter Brabeck-Letmathe, presidente interino y exdirector de Nestlé, dimitió poco después, denunciando un "ambiente laboral tóxico".

Dentro del Foro, las heridas siguen abiertas. Algunos empleados lamentan que la controversia haya empañado el legado de Schwab, quien fundó la institución en 1971 y la convirtió en un actor central del diálogo global. Otros, en cambio, consideran que su salida era inevitable. "Klaus fue un visionario, pero el Foro necesita modernizarse para sobrevivir", afirma un alto funcionario de Ginebra.

El reto ahora es monumental. A tres meses del próximo encuentro de Davos, previsto para enero de 2026, el WEF busca recuperar su prestigio y relevancia bajo el lema "Un espíritu de diálogo". La organización intenta asegurar la participación de líderes mundiales y figuras influyentes, conscientes de que un fracaso podría poner en riesgo la continuidad de muchos de sus patrocinadores.

"La próxima reunión será decisiva", advierte James Breiding, autor del libro Swiss Made. "El Foro enfrenta la mayor amenaza desde su fundación: la pérdida de confianza en las élites y el fin del consenso global que lo hizo posible".

Mientras el mundo multipolar redefine sus espacios de poder —de Riad a Pekín, pasando por Aspen—, el Foro Económico Mundial lucha por no convertirse en una reliquia de la globalización. Lo que está en juego no es solo la reputación de su fundador, sino la supervivencia misma de la institución que alguna vez simbolizó la esperanza del diálogo internacional.


martes, 14 de octubre de 2025

Qué significa superar los límites planetarios y por qué nos atañe a todos

 


Las emisiones de CO2 siguen aumentando cada año 
(EFE/S.Akber)


La Tierra no da para más. Estamos agotando sus recursos y rompiendo los equilibrios que nos permiten habitarla. El embuste del crecimiento infinito en un planeta finito llega a su fin. ¿Lograremos evitar el colapso?



Los científicos que vigilan la salud del planeta y mantienen monitorizadas sus constantes vitales no dejan de alertar en cada uno de sus informes sobre el progresivo nivel de deterioro que sufre. Un deterioro directamente relacionado con la intensificación de la actividad humana, que se ha convertido en la fuerza dominante que configura el sistema terrestre.

Nuestro planeta tiene una alta capacidad de autorregulación para mantener las condiciones y los procesos que hacen posible la vida humana. Sin embargo desde hace siglo y medio, esa capacidad de respuesta, ese poder de adaptación, está cediendo ante la presión que ejercemos con nuestras actividades, a riesgo de traspasar puntos de inflexión críticos: los llamados límites planetarios.

La ciencia ha establecido nueve límites planetarios que deberían marcar las líneas rojas de nuestro desarrollo, o mejor dicho de nuestro actual modelo de desarrollo. Esos límites son: la crisis climática, el estado de la capa de ozono, la pérdida de biodiversidad, el deterioro de los ciclos del fósforo y el nitrógeno, la alteración del ciclo del agua, los cambios de uso del suelo, la acidificación de los océanos, la carga de aerosoles atmosféricos y la introducción de lo que los científicos llaman ‘nuevas entidades’ en el entorno: desde los microplásticos hasta los organismos modificados genéticamente y todo tipo de químicos sintéticos.

Según los expertos, superar uno solo de estos umbrales podría afectar negativamente al conjunto del sistema terrestre, pues sabemos que los límites planetarios son interdependientes. Pero la humanidad hace caso omiso de las alertas. Actualmente hemos superado siete.

El último informe que advierte de ello es el elaborado por el Instituto Potsdam para la Investigación sobre el Impacto del Cambio Climático (PIK, por su acrónimo en alemán) en colaboración con la organización sin ánimo de lucro Planetary Guardians, que vela por dar a conocer los límites del planeta al conjunto de la sociedad y promover grandes alianzas para evitar traspasarlos.

Publicado hace tan solo dos semanas, el informe ‘Chequeo a la Salud Planetaria’ forma parte del proyecto de investigación Ciencia de los Límites Planetarios (PBScience), que realiza anualmente evaluaciones basadas en la ciencia con el objetivo de aumentar la conciencia ciudadana sobre el grave riesgo de seguir desatendiendo dichos límites y revelar hasta qué punto esta cuestión nos atañe a todos. Porque va más allá de la condición social, la situación económica o las creencias de cada uno: estamos hablando de las condiciones que hacen posible la vida de todos en nuestra casa común.

El informe de este año confirma que seguimos viento en popa más allá de los límites del cambio climático, el ciclo del agua o la pérdida de biodiversidad, entre otros. De hecho tan solo quedan dos sin superar: el de la capa de ozono, que sigue dando muestras de recuperación, y el de las concentraciones de aerosoles, sobre el que simplemente no tenemos datos. Por el contrario este año hemos sobrepasado por primera vez un nuevo límite, el séptimo: la acidificación de los océanos.

Según el último chequeo a la Tierra, el pH de la superficie del océano ha alcanzado un aumento de hasta un cuarenta por ciento respecto a la era preindustrial. Un proceso de acidificación que “sigue extendiéndose e intensificándose” a nivel global, y que tiene en el blanqueamiento de los corales un clarísimo bioindicador del deterioro que ya está sufriendo la vida marina. Pero hay muchos más.


El océano como señal de alarma

Sin alejarnos del gran azul, un artículo publicado esta misma semana en la revista Nature informa de otro valor alterado que podría agravar aún más el estado de salud del planeta: el recalentamiento del agua marina. Un factor añadido que amenaza con alterar los ecosistemas marinos, socavando sus recursos naturales (la mayor despensa de la humanidad) y privándonos de uno de nuestros mayores aliados en la lucha contra el cambio climático.


placeholderLos niveles de contaminación superan ampliamente los límites del planeta (S.Kader/EP)
Los niveles de contaminación superan ampliamente los límites del planeta (S.Kader/EP)

Como señalan los autores de este artículo, entre los que figuran investigadores de la Universidad de Miami, de la Universidad de Columbia Británica de Vancouver y del Instituto de Ciencias Oceánicas de Sidney, el océano desempeña un papel clave en el ciclo del carbono del planeta, pues actúa como un gigantesco sumidero que absorbe aproximadamente una cuarta parte del dióxido de carbono emitido por las actividades humanas.

“Una vez capturado el CO2 que emitimos con la quema de combustibles fósiles, actúa como una cinta transportadora -señala el artículo- enviándolo a las profundidades para acumularlo allí abajo”. Sin embargo el estudio en el que se basa este ‘paper’ demuestra que “esa cinta transportadora se atasca cuando la temperatura del agua es demasiado elevada, aumentando el riesgo de que todo el carbono retenido en el fondo de los océanos vuelva a la atmósfera”. Un efecto que podría agravar aún más el calentamiento global y que aporta una evidencia más a una verdad incómoda: la de que el planeta está en su peor momento desde que los seres humanos lo habitamos.

Pero todavía estamos a tiempo de reaccionar. Para el investigador Johan Rockström, director del PIK y profesor del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Potsdam, “aunque el diagnóstico es severo, aún hay posibilidad de curación”. En su opinión “el fracaso no es inevitable: el fracaso es una elección. Una elección que debemos y podemos evitar”. Y pone como ejemplo lo ocurrido con uno de los límites que aún se mantiene en valores seguros: el de la capa de ozono.

El freno a su deterioro y su posterior recuperación se deben en buena parte a la cooperación internacional y a los grandes acuerdos internacionales alcanzados para ello, como el exitoso Protocolo de Montreal. Se trata de tomar ejemplo y fomentar este tipo de alianzas para identificar las oportunidades de actuación, aplicarlas y adoptar un nuevo modelo de desarrollo compatible con los límites planetarios.



Diane Keaton, el espíritu de Manhattan oculto bajo un sombrero



Imagen del libro 'Fashion First' sobre Diane Keaton. 
(Rizzoli)



Le tenía miedo a la muerte y Woody Allen le dijo que la muerte era una colonoscopia, que lo difícil es la vida, que es el preoperatorio. Se va la Katharine Hepburn de nuestro tiempo



Diane Keaton se ha ido, pero siempre seguirá recorriendo las calles de Manhattan ataviada con un sombrero y una mirada limpia de todo mal. La actriz nos deja a los 79 años en circunstancias que no han sido aclaradas por la familia. Se va la Katharine Hepburn de nuestro tiempo, fuerte, independiente y tapada con tanta ropa que parecía que quería ocultar su belleza poco convencional, como dijo Woody Allen.

Keaton se forjó en el teatro, pero empezó a ser conocida en el mundo del cine por interpretar a otra Katherine. Kay Adams, la mujer de Michael Corleone (Al Pacino) en ‘El Padrino’. Diane Keaton siempre fue una mujer natural, y en ella encontramos a esas personas que son atractivas porque son auténticas y a la vez sencillas. Algo nada fácil de encontrar.

En una comida del casting de ‘El Padrino’, Pacino cuenta que Marlon Brando presidía la mesa como si del auténtico Vito Corleone se tratara. Se presentó a la joven actriz: “Señorita Keaton, soy Marlon Brando”. Y ella respondió con un lacónico: “Ajam”.

Porque a Keaton no le impresionaban las estrellas de Hollywood, y quizá por eso muchas de ellas la perseguían. Con Pacino mantuvo una relación intermitente y un cariño que permaneció hasta el fin de los días. Cuando el actor tenía una entrevista de trabajo, la pareja discutió y al salir de la casa, Diane Keaton se asomó al balcón para gritarle: “¡Sobre todo no digas que eres un artista!”.

Y la vida siguió y se enamoró de Woody Allen, ese loco ingenioso que le dio el papel coprotagonista de Annie Hall. Una película por la que ganó un Oscar en 1978. Su discurso apenas duró un minuto.

Woody Allen fue una de las personas que mejor conoció a Keaton. En el premio honorífico del American Film Institute la ensalzó de la siguiente forma:

“Hemos recorrido un largo camino... No sé como describírosla. Su belleza no es convencional, por convencional me refiero a agradable a la vista. Viste para ocultar su sexualidad y siempre ha vestido así. Ha hecho un gran trabajo porque nunca ha emergido. Pero es una chica preciosa y nunca ha sucumbido a arreglos de cara, siempre ha preferido parecer vieja. A lo largo de los años hemos sido muy amigos, hemos paseado, debatido de todo en general, la vida, la muerte... Tiene miedo a la muerte y le digo que no tema. Es como una colonoscopia. Te ponen una inyección y todo es un sueño agradable. Lo malo es que la vida es como el preoperatorio. Es una escritora maravillosa y no sabía que me amaba tanto como dice en sus libros. Tampoco sabía que era bulímica. Cuando éramos pareja cenábamos, me decía que me quería y luego se iba a vomitar. Y yo la llevaba a restaurantes de lujo, de 400 dólares la cena, para que luego vomitase. Si lo llego a saber le hubiera llevado a un Pizza Hutt y habría ahorrado una fortuna”.


placeholderDiane Keaton y Woody Allen en 'Annie Hall' (1977).
Diane Keaton y Woody Allen en 'Annie Hall' (1977).

La filmografía de Allen no se entiende sin su musa de pantalones anchos caminando Nueva York como en ‘Annie Hall’, ‘Sueños de un seductor’ o ‘Manhattan’. Junto a su amiga Meryl Streep conformaron el nuevo canon de belleza femenina de los 70, mujeres sofisticadas que no necesitaban que el típico héroe clásico les salvase de un apuro.

Diane Keaton también salió con uno de los seductores natos de Hollywood, Warren Beatty. Siempre tuvo buenas relaciones con sus exparejas, por muy disparatados que fueran. En aquellos tiempos se interesó por ella Jack Nicholson, que respetó a su amigo Beatty y mantuvo una sincera amistad con la actriz.

Con el paso de los años Keaton supo envejecer con dignidad, y reivindicó el amor adulto, el de los sesentones, ese en el que las arrugas importan menos que el espíritu. Una de las actuaciones que más valoro de Keaton es su papel en 'Cuando menos te lo esperas' (2003), la comedia romántica que coprotagonizó con Nicholson y que le permitió ganar un globo de oro.


placeholderJack Nicholson y Diane Keaton.
Jack Nicholson y Diane Keaton.

“¡Si sumas la edad de los protagonistas hacemos 125 años!”, exclamó desde el escenario mientras Nicholson se llevaba las manos a la frente. Una película en la que Diane Keaton inundaba la pantalla y conseguía que te enamorases de una personalidad, esa que tanto llevó a gala como actriz, escritora y directora.

No sé si la muerte será una colonoscopia, y tampoco calificaría de preoperatorio la parte en la que nos toca vivir, pero Manhattan sin duda perderá mucho sin sus huellas. Los ecos de aquellos zapatos que hablaron a una generación seguirán resonando, como aquella cita en un lugar sencillo donde entendiste que una conversación te puede elevar a lo alto del Empire State. Y que en los lugares más ocultos están las cosas bellas, como bajo un sombrero o tras unos pantalones anchos.

Don’t look at the moon tonight
You’ll never be never be never be Manhattan

Cat Stevens